(HERBEZUELA DE ALICANTE)
EN LA MUERTE DE MARÍA
Ego quasi obdormivi in separatione animæ et corporis, et evigilavi in gaudio perpetuo.
Fué como si me durmiese, al separarse el alma del cuerpo, y luego me desperté en la alegría eterna.
La Virgen a Sta. Brígida.
(Lib. IV, cap. 13).
— Cubridme de flores
que de amores muero;
cubridme de flores
que muero de amores.
Suspirando así,
cual la Sulamita,
la Madre de Dios
de amores moría,
los brazos en cruz,
la mirada extincta.
Mas no murió, no;
quedóse dormida
en lecho de flores,
cual la Sulamita.
Ya despertará
cuando Jesús diga:
— Venid, dulce amor,
venid, madre mía,
pasó ya el invierno,
mayo se avecina,
rebosando aromas
florecen las viñas:
venid, dulce amor,
venid, madre mía.
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