Jake deseó regresar a su habitación. Él estaba fascinado. No solo era poderosamente dotado, sino que también podía atravesar las habitaciones si lo deseaba. Sin embargo, era difícil verse a sí mismo viviendo en este tiempo primitivo. Había estado tan obsesionado con el Castillo Esmeralda desde que su padre le dijo que posiblemente pertenecían a la misma línea consanguínea de los Kellan a la que pertenecía Jared Kellan. Sopló y apagó las velas en su habitación y se acostó en la cama.
Al amanecer, Jake despertó con el sonido de golpes fuertes en su puerta. Saltó de la cama:
“¡Dios santo!”.
“¿Acaso habrían vuelto Luna, Gretchen y Nubia?” se preguntó. Al abrir la puerta, Derrick dijo:
“Viajaremos al norte, debemos prepararnos”.
Jake se pasó la mano por el pelo y asintió. Se giró y miró su cama... había dormido con la ropa que le trajeron y ya usaba sus Jeans secos. No había más que llevar entonces se peinó con los dedos y salió.
“Este... ¿hay algún lugar donde pueda lavarme?”.
“Hay un pozo de agua fresca afuera”, respondió Derrick.
Derrick ordenó a un sirviente que pasaba que condujera a Jake al pozo. El sirviente se acercó a Jake y le pidió que lo siguiera afuera. Era una mañana fría y brumosa, Jake se lavó la cara y se mojó el pelo en el agua helada y se estremeció cuando el sirviente le tendió un trapo para secarse. Loriel, que también estaba despierta, se acercó.
“Buenos días, Jake, ¿por qué te lavas aquí, está heladísimo?” preguntó Loriel con curiosidad.
Jake se volvió con un ojo cerrado y dijo:
“Buenos días, Derrick dijo que aquí es donde se lavan”.
Loriel se volvió y miró al sirviente.
“El amo Derrick, dijo que él prefería el agua fría” contestó el sirviente.
Loriel meneó la cabeza y sonrió.
“¡Arderás por esto, hermano!” dijo Loriel en voz alta, luego se volvió hacia Jake: “Aquí, Festus podría haberte traído una cubeta de agua para calentar en la chimenea de tu habitación”.
Jake suspiró,
“Por supuesto... olvidé que tu hermano me odia”.
Loriel se rió y respondió:
“Él no te odia, solo tiene problemas para adaptarse a los recién llegados”.
“Pues, se carga una espadota, odiaría cruzármelo un mal día, que para él es todos los días”, dijo Jake sarcásticamente.
”Sí, es un guerrero hábil, debo admitirlo, pero recuerda, tú también eres un poderoso hechicero, alguien con quien no hay que jugar”, dijo Loriel y sonrió.
“Pues, todo es nuevo para mí, todavía me estoy acostumbrando”.
Jake estaba parado secándose y admirándola.
“¿Cómo pasaste la noche?” preguntó Loriel, cambiando de tema.
“Diferente, surrealista, por cierto te ves hermosa” coqueteó él.
Loriel sonrió:
“Gracias, mi señor... quiero decir, Jake”. Loriel miró hacia abajo, y luego se quedó sin aliento, “¡Oh, no, mi pendiente, no está!”, Loriel colocó su mano sobre su cuello. “Debo haberlo dejado caer nuevamente”.
“¡Estaba al lado de la vela!” espetó Jake, luego maldijo en silencio por el arrebato mientras miraba hacia otro lado.
Loriel lo miró:
“Cierto, me lo puse esta mañana... pero ¿cómo sabes que estaba al lado de la vela?”.
Jake estaba atado de lengua y tragó saliva:
“Oh, pues tú sabes... todos ponen sus cosas... a un lado de... las velas”. Jake se las arregló para contestar mientras se volteaba y giraba los ojos hacia arriba.
Loriel guardó silencio un momento mientras consideraba sus palabras y la extraña sensación de la noche anterior cuando colocó el colgante al lado de la vela. Ella lo miró de nuevo.
“Sí, es verdad”. Loriel se alejó, preguntándose sobre la noche anterior, cómo había percibido una presencia y luego había soñado con ser besada por Jake. Ella decidió no investigarlo más por el momento. “Vamos, el cocinero ha preparado la comida de la mañana, debemos romper el ayuno, antes de que nos vayamos”.
Jake asintió y la siguió al comedor dentro del castillo. Se sentaron a la mesa y Aidan y Kayla se unieron a ellos.
“Buenos días, Jake”, saludaron Kayla y Aidan.
“Y, buenos días a ustedes también”, Jake se inclinó feliz y sonrió alegremente.
“Disfruto el tono feliz en tu discurso, es encantador”, afirmó Kayla.
“Yo al igual” coincidió Loriel.
Derrick se acercó, sacó una silla, se sentó y saludó a todos en general.
“Buenos días”, dijo Derrick secamente.
Todos le regresaron el saludo.
“Gracias por la abrupta llamada matutina, y el agua helada sí que me animó”, dijo Jake sarcásticamente sin mirarlo.
“Sabía que te gustaría, enfría la sangre” replicó Derrick mientras comía uvas.
Kayla y Aidan intercambiaron miradas, mientras Loriel meneó la cabeza y miraba su plato.
“Entonces, hoy vamos a ir con Jared Kellan, ¿está lejos?” preguntó Jake, cambiando de tema.
“Llegarán antes del mediodía. Nos gustaría ir con ustedes, pero Kayla y yo viajaremos hacia el sur a visitar a una familia necesitada”, dijo Aidan.
“¿Necesitada de qué?” preguntó Jake.
Aidan, Derrick, Loriel y Kayla se miraron el uno al otro.
“Una familia necesitada de ayuda después de ser atacada por Luna, Gretchen y Nubia, quienes cegaron a los padres y se llevaron a su recién nacido para comerlo en su primera visita al área. Ahora que he recuperado mis poderes, por lo menos deseo proporcionarles al hombre y a su esposa su vista y llevarles comida y leña a la familia. Tienen muchos otros niños que cuidar”.
Cconmocionado por las palabras de Kayla, Jake se tensó e inmediatamente se disculpó.
“Dios mío...” Jake tragó saliva y respiró profundamente, mientras miraba a Kayla y vio una lágrima correr por su mejilla. “Lo siento mucho... no tenía idea, yo…”.
Jake quedó sin palabras, después del horrible anuncio de Kayla. Bajó la cabeza y repentinamente perdió el apetito. Los sirvientes comenzaron a servir la comida y té. El resto, comió en silencio. Hasta ese momento, Jake había pensado en la vida en el siglo XIII como una aventura divertida llena de gente intrigante, criaturas marinas y magia. Pero la realidad estaba tomando un tono más serio por la dureza de la vida aquí. Esta gente lo necesitaba, y él los necesitaba a ellos. Al recordar su encuentro inicial con Loriel, cuando ella mató a su atacante, más las noticias impactantes de Kayla en la mesa del desayuno, Jake se dio cuenta de que la pérdida de vida era algo común aquí. Entonces Aidan hizo una pregunta que interrumpió sus pensamientos.
“¿Alguna vez has usado una espada o un arco y flecha?”.
Jake levantó la mirada, la feliz sonrisa que tenía al sentarse a desayunar había desaparecido.
“No, señor”, dijo Jake mientras negaba con la cabeza.
Derrick miró a Loriel, recordando que ella había dicho que Jake le había disparado al hombre con su arco y flecha en su defensa el día anterior. Loriel evitó a Derrick y mantuvo sus ojos en su plato.
Aidan señaló detrás de Jake.
“Toma la espada, el arco y las flechas detrás de ti. Jared y Derrick te mostrarán cómo usarlos y Loriel es una excelente arquera. Sé que tus poderes son fuertes, pero puede llegar un momento en que necesites de ellos”.
“Sí, señor, gracias” dijo Jake, sintiéndose tonto por su actitud anterior.
“Jake, come... también entregaremos algunas provisiones a los aldeanos, así que el viaje será largo”, le alentó Loriel.
Jake asintió y miró su plato, que consistía de huevos, queso, pan horneado, mantequilla, bayas y miel, más té caliente.
“¿Qué pasa, no te gusta?” preguntó Loriel.
“No, no es eso, está bien” respondió Jake y después de un momento comenzó a comer.