Capítulo 11: La maldición

 

El anciano encorvado cojeaba con la ayuda de un bordón de madera que usaba para caminar entre la gente que lo rodeo mientras avanzaba lentamente. Se sentó en un tronco junto al fuego y respiró profundo.

“Mi nombre es Rafe Maguire; vine aquí desde el lejano sur después de servir con el ejército romano”. La multitud susurró y se quedó sin aliento al escuchar que había sido un soldado romano. Luego explicó rápidamente: “Quince inviernos atrás, yo no era el hombre discapacitado que ven hoy. Era alto y fuerte, fácilmente capturaba sonrisas hermosas y estaba listo para empuñar una espada en la batalla o labrar la tierra para una cosecha de primavera.

Era un joven ambicioso que buscaba comprar un terreno propio cuando me ofrecieron un paquete considerable en esta tierra del norte a un precio barato. Ustedes verán que la tierra fue ofrecida junto con la mano de una bella joven de cabello negro y ojos azul claro, que era viuda. Se llamaba Lía, y cuando tenía quince años se había casado en secreto, pero su padre ya la había prometido a un noble y se había llevado a Lía. El noble no sabía que ya estaba casada y esperaba un hijo en ese tiempo hasta que ella habló con él y él la liberó.

Su padre y sus hermanastras estaban furiosos con ella por esto y porque su padre también había vendido una parcela de tierra al noble. Luego el noble exigió que le devolvieran el pago. Entonces, como castigo, su padre y hermanastras le informaron a Lía que su hijo sería vendido al nacer y ella sería la sirvienta de la familia. Temerosa y oprimida por su propia familia, Lía, que en ese tiempo era casi una niña, decidió huir una noche tormentosa después que se habían acostado. Montó su caballo y cabalgó hacia el norte, esperando encontrar a su esposo, pero la distancia era grande y la noche estaba húmeda y fría, y cayó enferma. Una mañana, monjes encontraron su cuerpo mojado e inconsciente cerca del monasterio y la ayudaron. Allí se escondió hasta que dio a luz a su hijo, y hasta que finalmente fue encontrada por los impíos tres. Cuando su padre y sus hermanastras le preguntaron acerca de su hijo, Lía les dijo que después de que ella tuvo fiebre y casi murió, el niño había nacido muerto.

En verdad, sin embargo, con la ayuda de un monje, Lía había colocado previamente a su pequeño hijo con una pareja cristiana mayor que acordó mantener al niño oculto de su familia mientras ella buscaba a su esposo. Sin embargo, después de que su padre y hermanastras la encontraron en el monasterio, para mantener la paz entre su padre y los monjes, Lía regresó voluntariamente con su familia y agradeció a los monjes por su ayuda, consolada al saber que su hijo estaba a salvo con la pareja mayor hasta que ella pudiera recogerlo. Desafortunadamente, una vez que regresó con sus hermanastras, para evitar que huyera nuevamente, las hermanastras le dijeron que su esposo había sido asesinado, un hecho que ocurrió mucho más tarde. La trágica noticia causó que Lía cayera en una gran depresión. Sus hermanastras también comenzaron a poner ciertas hierbas en su té para mantenerla en un estado semiinconsciente. Después de esto, Lía no pudo volver a escapar nuevamente.

Su padre, Bart, sin embargo, no solo estaba frustrado por la pérdida financiera con el noble, sino que también estaba frustrado con Lía, que ahora nunca estaba alerta. Se preguntaba por qué, pero Lorna simplemente le dijo que la fiebre que casi la mató había obstruido su mente. Luego, Lorna le sugirió a su padre que simplemente diera la mano de Lía a otro extranjero desprevenido y así recuperara sus pérdidas, pero esta vez ella tomaría su lugar. Su padre se opuso al instante, diciéndole que el hombre estaría disgustado cuando descubriera que ella no era Lía. Entonces Lorna le contó sobre el encanto de belleza que Rowena, la anciana hechicera del bosque, había puesto sobre ella y que la convertiría en una belleza superior después de que se llevaran a cabo los derechos matrimoniales, y ella simplemente tenía que llevar un velo pesado y proporcionar al novio mucha bebida mientras ocurría la transformación. A su padre le gustó la idea y conspiraron para encontrar a un extranjero desprevenido, como yo, que seguramente aceptaría la compra de una parcela de tierra que venía con la mano de una dama tan bella, y así se hicieron los arreglos.

Aun siendo hermosa como Lía lo era, su propia familia la había condenado a vivir una vida atormentada de pérdida, sin su amado esposo e hijo, pero tenía un consuelo al saber que su hijo estaba a salvo con una amable pareja mayor.

Al principio, yo también rechacé una unión matrimonial con una viuda que había dado a luz a un niño muerto años antes hasta que conocí a la hermosa Lía, entonces mi corazón se ablandó y acepté rápidamente. Hice varias visitas para aprender más sobre ella y para finalizar mi negocio para la compra de la tierra con su padre. Durante este tiempo, probablemente a Lía no se le dio nada para embotar su mente y fue durante una de estas visitas que Lía me confesó que su hijo vivía y su nombre era Devon. Ella me suplicó que la ayudara a encontrar a su hijo una vez que nos casáramos, pero pidió que no se lo mencionara a su familia. Me había enamorado de ella y acepté. Su padre, Bart, organizó que se celebrara nuestras nupcias, así como la compra de la tierra, y que las festividades incluyeran bastante bebida.

El día de la boda, la chica llevaba un velo pesado sobre la cara y no podía verla, pero no me importaba porque sabía que su belleza era como ninguna otra, sin embargo, fue cuando nos llevamos a nuestra cama matrimonial que descubrí que no me había casado con la hermosa Lía de pelo negro, sino con su horrible hermana mayor, Lorna, cuyo cabello, pestañas y cejas gruesas eran casi blancas.

Lorna había apagado las velas y pensaba que mi estado de ebriedad me impediría descubrirla hasta después de consumir los derechos matrimoniales, que ella creía la transformarían en una bella joven, pero la luz de la luna llena la delató y yo no estaba tan alegre de ebriedad”.

La multitud jadeó y murmuró sobre el engaño y acto de falsedad.

“¿Qué hiciste?” Preguntó Brayden, mientras crujía su joven rostro, intrigado por la historia del anciano.

“Rechacé a la hermana y nunca la toqué. De acuerdo a las historias que escuché, Lorna, que era fea de nacimiento, había ido con Rowena muchos años atrás. Rowena le conjuró un encanto para convertirla en una bella joven al juntarse por primera vez con su esposo, pero él no podía saber de esta condición por lo que Rowena sugirió que Lorna tal vez contratara a un hombre seleccionado durante el verano para que la ayudase a traer leña para el invierno, o alguna otra tarea. De esta manera cada vez que se encontraran, el corazón del hombre se volvería más cálido hacia ella. Creo que Rowena tenía un alma romántica y el amor era una condición escondida en su encanto”.

Jared recordó esto acerca de la anciana, miró a Caitlin, fue el hechizo de amor de Rowena el que los había unido incluso a través de las arenas del tiempo. Caitlin y Jared se tomaron de manos por la obvia verdad de esa afirmación. Entonces Rafe continuó,

“Sin embargo, Lorna y su padre ignoraron la necesidad del amor y amistad, y para ahorrar tiempo, decidieron engañarme. Es por eso que el hechizo no habría funcionado en ningún caso, pero de todos modos me culparon”.

Todos guardaron silencio por un momento y luego Jake preguntó:

“¡Vaya! Entonces, ¿es de allí donde viene el truco o premio durante Halloween?”

Todos miraron a Jake con curiosidad, excepto Caitlin, que tuvo que cubrirse la boca con las manos para evitar reírse a carcajadas. Entonces Jake también trató de mantener una expresión seria... finalmente Brayden, el más jovencito de los chicos se echó a reír a carcajadas, recordando los relatos de su madre sobre el día festivo de su mundo conocido como Halloween cuando los niños salen en disfraces y utilizan la frase truco o premio al pedir dulces, pero fue rápidamente reprendido por su madre. Sin embargo, era demasiado tarde, la mayoría de la gente, incluyendo Jake, también comenzaron a reírse. Aunque la risa llegó como alivio necesario, no era apropiado y pronto todos se callaron. La consternación de Rafe, sin embargo, era obvia, ya que frunció el ceño y esperó.

“¿Puedo continuar?” preguntó Rafe, frustradamente.

“Sí, por favor, perdón, continúe”, aseguró Caitlin.

“Gracias”. Rafe resopló con consternación. “Luego fui a buscar al padre, Bart que me había engañado, pero se había ido y se había llevado a Lía, su hermosa hija menor con él. Entonces Lorna, que había hecho todo lo posible por adornar su aspecto antiestético, se enojó por mi rechazo hacia ella y se unió a Greta, la otra hermana desagradable, que viviría con nosotros. Una cosa estaba clara, las dos estaban celosas de su bella media hermana Lía, y en el pasado me habían hablado mal de ella, con la esperanza de que yo la rechazara y prefiriera a Lorna. Para colmo de males mi vecino, Elfric, más tarde me informó que la parcela de tierra que Bart me vendió era mucho más pequeña e infringía en su tierra.

Bastante enojado, viajé al sur lejos de Lorna y su hermana en busca de su engañoso padre, pero no tuve éxito. Durante mi ausencia, los tres hijos de Elfric fueron a cazar en el bosque y encontraron a Lorna y Greta realizando un ritual impío por fuego. Las vieron sacrificar animales, cantar y bailar desnudas alrededor del fuego pidiendo vida eterna, juventud, belleza y poderes mágicos a cambio de su devoción y adoración eterna.

El fuego creció alto y delineó una horrible figura con cuernos y rasgos de cabra. Luego, una voz gruesa les respondió que honraría sus peticiones, una vez que lanzaran maldiciones sobre aquellos que eligieran, gritando sus nombres y sosteniendo algo personal de ellos para sellar la maldición y luego sacrificar criaturas de la tierra en su nombre. Los muchachos vieron que levantaban varios objetos, incluyendo mi fino arco de madera de roble rojo, mientras hablaban mi nombre, y pidieron que fuera afligido con la vejez, dolor y sufrimiento como castigo por mi rechazo y abandono. Entonces los chicos vieron a Lorna sosteniendo una pequeña bolsa negra con una rosa roja bordada, y gritaron, varias veces el nombre completo de Lía para que se convirtiera en su sirvienta muda y fea como castigo por no haberse casado con el noble adinerado y por haber huido.

Como confirmación, el maligno les proporcionó un apetito voraz de alimentarse de carne recién nacida humana. Luego las envió a aumentar sus poderes con cada acto malvado, o tomarlo de las odiosas brujas naturales de la tierra, conocidas como brujas blancas, que ayudan y sanan a los mortales. Pero advirtió que si cualquier maldición se rompe, deben reemplazarla a la siguiente luna llena o pierden sus poderes e inmortalidad.

Los muchachos luego las vieron sacrificar más animales arrojándolos al fuego. Entonces, uno de los hijos de Elfric tropezó y casi cayó. Afortunadamente, Lorna y Greta estaban coreando tan fuerte que no los escucharon, pero temiendo que pudieran ser descubiertos, los jóvenes abandonaron el bosque. Una vez en casa, se encontraron con su padre e inmediatamente le contaron lo que habían presenciado.

Esa hora, Lía se convirtió en su sirvienta muda. Sin embargo, para su consternación, ella no fue físicamente cambiada ni se le ha conocido hacer el mal como sus hermanastras. Algunos dicen que Lía se hizo cristiana cuando pasó un tiempo escondida en el monasterio, aunque posee ciertos poderes.

Como confirmación de su transformación y para ocultar su identidad mortal, Lorna y Greta tomaron los nombres más atractivos, Luna y Gretchen. Durante este tiempo yo también fui afligido con vejez y dolor paralizante, y me convertí en lo que ven ahora”.

Entonces el anciano bajó la vista tristemente.