Capítulo 44: Aidan y el Dragón

 

Aidan ahora tenía el cristal, necesitaba acercarse lo suficiente al dragón de ojos rojos para extraer los poderes de las brujas. Él sostenía el cristal que colgaba de la cuerda en su mano.

“¡Sigue al dragón!” Gritó Aidan mientras cabalgaba sobre el dragón amigo cual era el cervatillo convertido en dragón. El dragón de ojos rojos se volvió y cargó contra Aidan y el dragón en el que cabalgaba y les lanzó una ráfaga de fuego, pero el cristal se encendió y los protegió. Sin embargo, el dragón demoníaco se alarmó cuando vio el cristal que sostenía Aidan. El cristal comenzó a extraer el poder de las brujas, y su dragón maligno vaciló en el aire. El cristal, sin embargo, no transportó a Aidan a ningún lado, ya que no había otro lugar en el que deseara estar más que persiguiendo a las malvadas brujas que casi mataron a su esposa dos veces y que había causado tanta tragedia a tanta gente. “¡Acércate dragón!” Exclamó Aidan al dragón que montaba.

Cuando Aidan y el dragón noble se acercaron al dragón de ojos rojos le dijo a su dragón que liberase una corriente de fuego sobre el dragón maligno. Su dragón obedeció y el dragón demoníaco rugió de dolor y vaciló en el aire. En represalia el dragón maligno se giró y dirigió un rayo de luz similar a un láser hacia la cuerda del cristal y la quemó. El cristal cayó de la cuerda, que sostenía Aidan en su mano, al campo enzacatado. Luego el dragón maligno lanzó una última corriente de fuego hacia Aidan y su dragón. El dragón noblemente se volvió hacia la corriente de fuego para proteger a Aidan y rugió de dolor al ser golpeado por las bengalas abrasadoras y cayó a la tierra en llamas. Al impacto, Aidan fue arrojado y rodó hacia el lado opuesto del campo. Poco después, el dragón noble se convirtió de nuevo en cervatillo. Aidan levantó la vista y ya no vio al dragón de ojos rojos. Se levantó con dificultad y cojeó hacia el cervatillo. Se arrodilló junto a él y acarició al cervatillo moribundo, dándole las gracias por su servicio. El cervatillo dulcemente lo miró y parpadeó un par de veces más antes de expirar.

 

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Luna y Gretchen ya no podían mantenerse en vuelo o seguir siendo un dragón de dos cabezas y cayeron a la tierra sobre el zacate, volviendo rápidamente a sus formas humanas. Una vez en la tierra, Luna estaba en una furia asesina cuando vio a Aidan en el campo, y de inmediato dirigió un rayo eléctrico parecido a una daga hacia él, clavándolo en el pecho mientras se arrodillaba junto al cervatillo moribundo, y Aidan cayó fatalmente herido. Luna cacareo malvadamente de placer al pegarle a Aidan en el pecho, pero luego ella también tropezó por debilidad mientras se levantaba y buscó el apoyo de Gretchen.

 

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“¡Kayla!” Gritó Aidan mientras yacía moribundo en el campo.

 

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Mientras Luna y Gretchen se regocijaban por la victoria de matar a Aidan y su dragón, sintieron que se les agotaba el poder debido al cristal en alguna parte del campo verde, y Luna cayó de rodillas.

“¡Me siento débil!” Exclamó Gretchen.

“Yo igual, el cristal, nos está drenando del poder. ¡Debemos ir a Misty Cove como cuervos de inmediato!” Exclamó Luna.

“Pero estamos casi impotentes, apenas puedo soportarme”, enfatizó Gretchen.

“No por mucho tiempo, allí encontraremos a los hijos de Devon y los haremos arder, con toda la aldea, y entonces recuperaremos nuestros poderes perdidos. Luego nos convertiremos de nuevo al dragón y mataremos a Devon desde arriba junto con su traidora madre, Nubia, esa imbécil inútil. ¡Pero primero le dejaremos ver a sus hijos arder!” Luna cacareo. “Y cuando nuestro querido lazo de sangre, Jake y los demás lleguen, verán que ya es demasiado tarde. Entonces ese pavo real y sus hermosas plumas, también se convertirán en cenizas, mientras escuchan el sonido de nuestra risa, así que no te preocupes, querida hermana, lo mejor está por venir”, Luna cacareaba.

Luego se pusieron de pie con la ayuda de una y otra y se convirtieron en cuervos y se dieron en vuelo.

 

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Justo antes que Jake los transfiriera a Misty Cove a velocidad de luz, Kayla gritó al sentir a Aidan muriendo en el campo. Todos se volvieron hacia ella.

“Lady Kayla, ¿qué ocurre?” Preguntó Jake alarmado.

“¡Es Aidan, ha sido fatalmente herido, se está muriendo!” Gritó Kayla mientras se alejaba del Pegaso.

“¡No!” Gritaron Edmund y Finían chico.

Finían corrió hacia su madre mientras Edmund saltó de su caballo.

“¡Padrastro!” Exclamó Loriel mientras corría hacia su madre.

“¡Madre, debemos ir a él de inmediato!” Exclamó Edmund.

“¡¿Qué?!” Jake preguntó en estado de shock. “Pero él tiene el cristal, debería haberlo protegido”.

“¡No, debe haber caído!” Gritó Kayla, mientras negaba con la cabeza.

“¡Alma divina!” Exclamó Caitlin mientras levantaba sus manos sobre su boca. “¿Cómo pudo suceder esto?” Lloró Caitlin.

“¡Abuelo no dejes morir a mi padre! ¡Por favor ayúdalo! ¡Por favor!” Finían chico le suplicó al espíritu de su abuelo en el bosque mientras abrazaba a su madre.

“Ve con él, Kayla, ¡él te necesita!” Gritó Caitlin.

“¡No puedo, porque no sé dónde está!” Gritó Kayla desesperada.

Loriel lloró mientras miraba a Jake con ojos suplicantes.

“Yo entiendo, te amo... ¡ve!” Jake respondió con angustia.

“¡Y yo te amo a ti!” Replicó Loriel en silencio mientras lloraba junto a su madre y hermanos.

“¡Es inútil, no puedo ir con él!” Lloraba Kayla, mientras era abrazada por sus hijos.

 

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Mientras Aidan agonizaba en el prado cubierto de hierba, jadeando en busca de aire junto al cervato fallecido, oyó que algo venía hacia él. Temía que fueran las brujas quienes venían a terminar con él. Luego sintió un ligero cosquilleo en la palma de su mano izquierda y vio a un pequeño conejillo entregar el cristal en su mano.

Aidan cerró los ojos con renovada esperanza al pensar en Kayla, Loriel y sus hijos en algún lugar del bosque, y con su último aliento colocó el cristal sobre su corazón. Entonces el cristal se encendió y en el otro lado del bosque una luz lavanda rodeó a Kayla y sus hijos y ellos desaparecieron dejando a todos sorprendidos. Un segundo después, Aidan abrió los ojos y vio a Kayla, Loriel, Edmund y Finían chico a su lado.

 

 

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“Creo que encontró el cristal... o tal vez el cristal lo encontró a él”, dijo Jake, con tono de esperanza.

“Oh Jake, por favor, que tengas razón en esto”. Caitlin cerró los ojos en oración. Un momento después ella abrió los ojos, y se volvió hacia Jake y dijo. “Ahora Jake, por favor llévanos a Misty Cove antes de que esas brujas nos maten a todos”. Caitlin lloró.

Jake la miró y asintió, luego miró a su madre, y luego se volvió hacia Jared y dijo:

“Señor, si pudiera pensar en el lugar donde su hijo espera con los hijos de Devon”. Jared asintió con la cabeza, luego Jake miró las estrellas y dijo: “Vayamos todos a Misty Cove y a los niños de Devon a velocidad de luz”. Un segundo después, todos sintieron un tirón hacia las estrellas que parecían venir hacia ellos.