DAN

 

 

 

 

Aquel recorrido en coche fue una nebulosa oscura de terror. El repiqueteo de la lluvia en los cristales, el traqueteo y el crujir del chasis, el dolor que sentía en todos los huesos del cuerpo, los nervios crispados, Connor gritando que no teníamos ninguna oportunidad contra Clarke, yo aterrorizado porque no llegáramos a tiempo, o nos atraparan policías infiltrados, o, lo peor de todo, porque Hamidi apareciera de improviso y provocara un accidente. Cada treinta segundos llegaban mensajes de voz de Trent, ronco por la rabia contenida. Habría tirado el teléfono por la ventanilla de no ser porque lo necesitaba para encontrar el camino. ¿Qué era lo que Aliya decía siempre? ¿Tener un plan? Gran idea. Lo malo era que yo no tenía ninguno.