PARTE

IV
GUERRA
OFENSIVA

Los mayores peligros en la guerra, y en la vida, surgen de lo inesperado: la gente no responde como pensaste, los hechos revuelven tus planes y producen confusión, las circunstancias son arrolladoras. En estrategia, esta discrepancia entre lo que quieres que pase y lo que pasa se llama “fricción”. La idea detrás de la guerra ofensiva convencional es simple: al atacar a la otra parte primero, golpeando sus puntos vulnerables y tomando la iniciativa para no soltarla jamás, creas tus propias circunstancias. Antes de que cualquier fricción pueda colarse y minar tus planes, pasas a la ofensiva, y tus implacables maniobras imponen tanta fricción en el enemigo que se desploma.

Ésta es la forma de guerra que han practicado los más exitosos capitanes de la historia, y el secreto de su éxito es una perfecta combinación de astucia estratégica y audacia. El elemento estratégico interviene en la planeación: establecimiento de una meta general, forja de los medios para cumplirla y concepción del plan general en todo detalle. Esto significa pensar en términos de una campaña, no de batallas particulares. También significa conocer las fortalezas y debilidades de la otra parte, para que puedas calibrar tus golpes según sus vulnerabilidades. Cuanto más detallada sea tu planeación, más segur@ te sentirás al entrar en batalla y más fácil te será mantener el curso una vez que surjan los inevitables problemas. En el ataque mismo, sin embargo, debes golpear con tal espíritu y audacia que pongas a tus enemigos de rodillas, dando así irresistible impulso a tu ofensiva.

Los once capítulos siguientes te iniciarán en la forma suprema de la guerra. Te ayudarán a poner tus deseos y metas en un marco más amplio, conocido como “gran estrategia”. Te enseñarán cómo examinar a tus enemigos y descubrir sus secretos. Describirán cómo una sólida base de planeación te dará fluidas opciones para atacar y cómo específicas maniobras (la maniobra de flanqueo, el envolvimiento) y estilos de ataque (dañar centros de gravedad, forzar al enemigo a asumir posiciones de extrema debilidad) que funcionan brillantemente en la guerra pueden aplicarse a la vida. Por último, te enseñarán cómo poner fin a tu campaña. Sin una vigorosa conclusión que cumpla tus metas generales, todo lo que hayas hecho será inútil. Dominar los diversos componentes de la guerra ofensiva dará a todos tus ataques en la vida una fuerza mucho mayor.