La salud es el equilibrio y la coordinación de todo lo que somos (somos es ser mente, más que tener mente).
Un organismo funciona como un todo. No somos una simple suma de partes, sino una coordinación muy sutil de todos esos diversos fragmentos que constituyen el organismo. No tenemos un hígado o un corazón. Somos hígado y corazón y cerebro, etc.
Fomentamos el proceso de crecimiento y desarrollamos el potencial humano para:
a superar la representación de papeles sociales.
b llenar los huecos de la personalidad, para volver a ser plenos y completos.
La ansiedad es esa emoción que llevamos encima y que se estanca, se reprime si no sabemos con seguridad el papel que tenemos que representar. Titubeamos, se nos acelera el corazón y toda esa emoción no puede fluir y manifestarse en actividad. Sentimos miedo escénico. La ansiedad es la laguna que separa el ahora del entonces. Si estás en el ahora eres creativo, tienes inventiva. Si estás en el ahora no puedes tener ansiedad, porque tu emoción fluye inmediatamente, manifestándose como actividad espontánea constante.
El sentido de la vida es que hay que vivirla, no hay que comerciar con ella ni conceptualizarla ni meterla a presión en los esquemas de un sistema. Nos damos cuenta de que la manipulación y el control no son la gran alegría de la vida. Sí lo es volvernos auténticos, encontrar nuestra posición, desarrollar nuestro centro, apoyar nuestra personalidad total y liberarnos para ser espontáneos.
Yo hago lo mío, haz tú lo tuyo.
No estoy en este mundo para cumplir tus expectativas.
Y tú no estás en este mundo para cumplir las mías.
Tú eres tú y yo soy yo.
Y si nos encontramos por casualidad, qué hermoso.
Si no, qué se le va a hacer.
Una vez que tienes un carácter, ya has desarrollado un sistema rígido. Tu conducta se petrifica, se vuelve previsible y pierdes la capacidad de enfrentarte libremente al mundo, poniendo en juego todos tus recursos. Quedas programado para enfrentarte a las circunstancias de una única manera: la que dicta tu carácter. Por eso puedo afirmar, aunque parezca paradójico, que la persona más rica, la más productiva y creativa es la persona que no tiene carácter.
En nuestra sociedad, exigimos que la persona tenga carácter y, preferiblemente, que tenga «buen carácter», pues entonces será una persona previsible y se le podrá encasillar.
Nos damos cuenta de que la manipulación y el control no son la gran alegría de la vida. Sí lo es volvernos auténticos, encontrar nuestra posición, desarrollar nuestro centro, apoyar nuestra personalidad total y liberarnos para ser espontáneos.
Fuente: Notas manuscritas de Bruce Lee tituladas «Notas sobre la terapia Gestalt», en Notas misceláneas. Papeles de Bruce Lee.