La frontera del ego no está fijada. Si queda fijada, se convierte en carácter o en una coraza, como el caparazón de una tortuga. La frontera del ego es la distinción entre el yo y el otro.
Si algunos de nuestros propios pensamientos o sentimientos nos resultan inaceptables, queremos rechazarlos. Existen muchos recursos de este tipo para mantenernos intactos, pero siempre a costa de rechazar muchísimas partes valiosas de nosotros mismos. Si vivimos manifestando solo un porcentaje reducido de nuestro potencial, se debe a que no estamos dispuestos —o porque la sociedad o como queramos llamarla, no está dispuesta— a aceptarnos a nosotros mismos, a aceptarte a ti mismo como el organismo que eres por nacimiento, por constitución, etc.
No te permites —o no te permiten— ser totalmente tú mismo. Por eso, la frontera de tu ego se encoge cada vez más. Tu fuerza, tu energía se reduce cada vez más. Tu capacidad para afrontar el mundo disminuye y se vuelve más rígida, más limitada a vivir solo como lo indica tu carácter, tu pauta preconcebida.
Un organismo vivo es un organismo que consta de miles y miles de procesos que requieren intercambios con otros medios que están fuera de las fronteras del organismo. Por eso tiene que suceder algo para cruzar las fronteras, y eso es lo que llamamos contacto.
Tocamos, establecemos contacto y ampliamos nuestra frontera hasta que llega a la cosa en cuestión. Si somos rígidos y no podemos movernos, se queda donde está.
Para vivir, gastamos energía y la necesitamos para mantener en marcha la maquinaria. Este proceso de intercambio se llama metabolismo. Tanto el metabolismo del intercambio de nuestro organismo con el entorno como el metabolismo interior de nuestro organismo están en funcionamiento continuamente, día y noche.
Se llama gestalt a una función orgánica tal (caminar, tener sed, caminar) que la situación queda cerrada y puede tener lugar la situación inacabada siguiente, lo que significa que nuestra vida, en esencia, no es más que un número infinito de situaciones inacabadas, de gestalts incompletas. En cuanto hemos terminado con una situación, surge otra.
Fuente: Notas manuscritas de Bruce Lee tituladas «Relación del organismo con su entorno», en Notas misceláneas. Papeles de Bruce Lee.