Todos los ríos que corren
hacia Oriente u Occidente
deben ir a dar a la mar;
la corriente de la región
central
rodea la isla solitaria.
Se mezclan las pepitas de oro
y de plata,
se entrelazan las algas y las
plantas marinas.
Los torrentes que nacen
de las nieves de las montañas
se convierten en grandes olas.
Todo el arco líquido se desplaza
echando una carrera a lo gris.
Las cabritillas blancas,
como latidos, se sumergen
en la ola.
La ola de las cumbres
montañosas se convierte
en un mazo que talla las rocas,
que deja formas a cincel
y superficies pulidas.
De peña a piedra, de piedra
a arena.
Y con el último impulso, el sol
arroja la ola a la playa.
La medusa, cansada,
se refugia en un charco.
Fuente: Poesía manuscrita de Bruce Lee, hacia 1963. Papeles de Bruce Lee.