En lo que a mí respecta y solo como opinión personal, un actor es, por encima de todo y estrictamente hablando, un ser humano como tú y como yo; no ese símbolo lleno de glamur que llaman «estrella». Al fin y al cabo, ese nombre no es más que una palabra abstracta, un título que te asigna la gente.
Si te crees todos esos halagos y te complaces en ellos (y todos somos humanos y a todos nos complacen hasta cierto punto), olvidándote de que esos mismos que antes eran amigos tuyos pueden abandonarte sin más para hacerse amigos de otro «ganador» en cuanto tú dejes de serlo..., allá tú. Eres dueño de creértelo. Aunque el libre albedrío debería aplicarse en este caso con cierto autoexamen, no deja de ser cierto que eres dueño de creer lo que quieras.
Después de más de veinte años de experiencia como actor, he llegado a verlo de la siguiente manera: un actor es un ser entregado que trabaja mucho, que trabaja tanto que su nivel de entendimiento hace de él un artista de la autoexpresión, con la capacidad física, psicológica y espiritual necesaria para cautivar al público. Muchos sabéis que soy artista marcial por afición y actor de profesión, y espero llegar a convertirme también en artista de la vida, actualizando diariamente mi potencial por medio del descubrimiento del alma y, en mi caso, del ejercicio diario.
Fuente: Notas manuscritas de Bruce Lee tituladas «¿Qué es un actor?». Papeles de Bruce Lee.