Este es el primer artículo que voy a escribir sobre mí mismo. No es lo habitual. Pero en este momento me pregunto para quién estoy escribiendo esta «desorganización organizada». Debo decir que escribo todo lo que quiere hacerse escribir. Entre estos sentimientos figura también el impulso de ser todo lo sincero que pueda. Ah, ya lo sé: tampoco es que me haya convocado un tribunal donde deba decir la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad.
Lo que es innegable es que me estoy convirtiendo en un personaje público. De ser un luchador chino hábil (no soy estratega, y si me llamas presumido, procuraré no quejarme, estás en tu derecho) he pasado de pronto a ser un actor conocido. Actor, ojo, no estrella: también he pasado por eso. La triste realidad es que aquí hay demasiada gente que quiere ser estrella, en vez de querer ser actor o actriz de calidad.
Cuando mejor me siento es cuando estoy exhibiendo mi habilidad ante el público. ¿Por qué? Porque he trabajado mucho para poder ser capaz de hacer eso mismo. Implica dedicación, trabajo duro y continuo, aprendizaje y descubrimiento constante y muchos sacrificios.
Fuente: Artículo manuscrito de Bruce Lee, sin título, hacia 1973. Papeles de Bruce Lee.