Desde que era niño he tenido este impulso y ansia instintiva de desarrollarme y expandirme. Para mí, la función y el deber de un ser humano, de un ser humano de calidad (no cuento aquí a esa gente que no llega a saber bien de qué va la vida), es el desarrollo honrado y sincero de su potencial, y la «autorrealización». No me refiero a la realización de la autoimagen. Pero tengo que hacer aquí un inciso para decir que en cierta ocasión, hace ya bastante tiempo, caí en el hábito de la realización de la autoimagen en vez de la «autorrealización».
A lo largo de una década he ido descubriendo otra cualidad. Llevo mucho tiempo sumido en el proceso de descubrir, por medio de las experiencias personales sinceras y del aprendizaje constante que, en última instancia, no hay mejor ayuda que la autoayuda. Que no hay más ayuda que la que uno se pueda dar a sí mismo, haciendo honradamente lo mejor que uno pueda, dedicándose de todo corazón a una tarea dada, que en realidad no termina nunca sino que es un proceso siempre en marcha. A lo largo de estos años de proceso, he hecho muchas cosas y he pasado de la realización de la autoimagen a la autorrealización, de seguir ciegamente la propaganda, las verdades organizadas, etcétera, a buscar dentro de mí la causa de mi ignorancia. Soy un hombre trabajador.
Fuente: Artículo manuscrito personal de Bruce Lee sin título, hacia 1973. Papeles de Bruce Lee.