El robo, el saqueo, el asesinato, el cautiverio, la violación, nunca fueron en México armas de ningún partido; estaba reservado su uso a la facción de aventureros y gentes perdidas, que con insulto del buen sentido se llaman soldados de la religión.
Francisco Zarco
En la guerra en contra de Estados Unidos la excomunión de soldados o civiles por haber atacado a los yanquis invasores, además de las antipatrióticas homilías pronunciadas desde los púlpitos, hicieron más daño que las bombas norteamericanas.
Melchor Ocampo