NAILON
Material sintético de índole nitrogenada del que se hacen hilos elásticos muy resistentes que se emplean en la fabricación de diversos tejidos. Es una fibra que marca un importante cambio en los sistemas textiles del siglo XX que pueden definirse como antes y después del nailon (o nylon en inglés). De este material, derivado del petróleo, se elaboró un tejido que conservó el nombre de la fibra y cuyas propiedades más importantes eran la elasticidad, la resistencia, la facilidad de lavado y secado y la eliminación de las arrugas. A partir del nailon apareció una nueva generación de fibras e inventos textiles que han marcado la segunda parte del siglo.
Fue descubierto en 1927 por el investigador norteamericano de la compañía Du Pont Wallace H. Carothers y comenzó a utilizarse en 1938 para la fabricación de cerdas de cepillos de dientes. En 1939 se aplicó a la fabricación de medias femeninas, que se comenzaron a comercializar en 1940. La compañía Du Pont de Nemours, fundada a principios del siglo XIX en Estados Unidos para dedicarse a la fabricación de pólvora, adquirió en los años veinte la patente francesa del celofán y poco después otra patente francesa, la del rayón, a partir de la cual se llegó al descubrimiento del nailon.
NAST, Condé
(Montrose, Colorado, 1873-Nueva York, 1942) Editor estadounidense creador del grupo que lleva su nombre y que ha sido a lo largo del siglo XX el más potente en la prensa femenina y de modas de gran calidad como la revista Vogue, verdadero emblema del estilo del siglo. Nieto de un pastor luterano e hijo de diplomático, estudió filosofía en Washington y comenzó a trabajar en la revista Collier’s Weekly como vendedor de publicidad. Entendió rápidamente que el secreto de una revista de éxito era en aquel momento la «exclusividad, el lujo asequible y la alta calidad». Con esta idea en la cabeza en 1909 compró la revista femenina Vogue (que había nacido en 1893); su proyecto coincidió con una importante etapa de expansión norteamericana en la que comenzaba a despuntar un modelo triunfador basado en el dinero, las pretensiones y la ambición.
Éste fue el público que encontró en Vogue una guía tanto para la forma de vestirse como de comportarse. Fue lo que les dio Condé Nast, que añadió a este atractivo inicial una aureola snob que favoreció la mitología de la revista.
En 1913 fundó la revista de información femenina Vanity Fair y en 1915 la influyente revista de decoración House and Garden. En colaboración con Edna W. Chase, directora ejecutiva del Vogue americano, lanzaron la edición inglesa (1916) y francesa (1920) de la revista. Nast fracasó en su intento de editar Vogue en España, donde comenzó en 1918 y se cerró en 1923 (
revistas), y tampoco lo consiguió en Alemania en 1928. Paralelamente, era propietario de la revista francesa Jardin des Modes (1921) y copropietario, entre 1920 y 1925, de la Gazette du Bon Ton. La lista de suscriptores de Vogue y Vanity Fair se convirtió en un verdadero Gotha de la elegancia mundial, y Condé Nast daba magníficas fiestas con esta gente guapa que parecía arrancada de las páginas de sus revistas. En 1939, tres años antes de su muerte, lanzó la revista Glamour, dedicada a un público más joven. El Crash de 1929 marcó de forma importante el estilo lujoso de sus revistas, que supieron adaptarse a la nueva situación sin perder el carácter snob y lujoso que las caracterizó. Por el contrario, los problemas económicos amargaron la vida del editor, hasta el punto de convertirlo en un personaje irritable y dictatorial.
NÉGLIGÉ
Déshabillé.
NEW AGE
Movimiento desarrollado entre grupos juveniles a finales de los años setenta y principios de los ochenta en la costa Oeste de Estados Unidos. Nacido para contrarrestar la cultura materialista, se convierte en un banderín de enganche para una «espiritualidad posmoderna» en oposición al yuppismo. Músicas, poesías y textos ecológicos y místicos acompañan a unas ropas simples, aunque sofisticadas en su minimalismo. Resulta ser, finalmente, un fenómeno más mediático y consumista que real, pero que sobrevive como moda.
NEW LOOK
Silueta lanzada en 1947 por Christian Dior en su primera colección de alta costura, caracterizada por faldas amplias, cuerpos ceñidos y cintura de avispa. Supuso una verdadera revolución al devolver a las mujeres el gusto por el glamour, el sexy, el lujo y la feminidad abandonados en las penurias e indumentarias militarizadas de los años de la Segunda Guerra Mundial. El estilo romántico y la idea de mujer preconizada por el new look influyó en la moda femenina durante más de una década en la que tuvo una intervención acusada el propio Dior, que reformó las amplias faldas del new look en ajustadas faldas tubo que potenciaban el sexy del cuerpo femenino. Frente a este estilo se levantaron los comerciantes británicos, que se quejaban del derroche que significaba tanta cantidad de tela, pero Dior, que había sido financiado por el industrial textil Boussac, recibió el apoyo del gobierno francés. El new look devolvió a la ciudad de París el cetro de la moda mundial, perdido en favor de Nueva York durante los años de la guerra. Tanto Coco Chanel con sus trajes «pegados a la realidad» como Cristóbal Balenciaga con su elegancia estructurada combatieron el estilo lanzado por Dior, que se daría por cancelado al morir el modisto en 1957, aunque su influencia perduró hasta la década de los sesenta.
NEWTON, Helmut
(Berlín, 1920-Los Ángeles, 2004) Fotógrafo de moda que trabajó en las mejores revistas internacionales a partir de la década de los sesenta, cuando se instaló en París. Creador de un estilo propio, destaca por la agresividad y el impacto teatral de sus fotografías publicadas en Elle, Marie Claire, Vogue y Jardin des Modes.
NIDO DE ABEJA
Punto específico de bordado utilizado especialmente para vestidos infantiles en España.
NIKI
Expresión con la que se conoció en España durante los años cincuenta y sesenta cierto tipo de jersey cerrado.
NIÑOS
Las líneas generales de la indumentaria infantil del siglo XX marcan dos etapas principales. En la primera de ellas, que se extiende hasta los años sesenta según los países, los niños tienen su propia indumentaria de acuerdo con las diversas edades y según normas básicas que garantizan tanto la comodidad y la resistencia como una estética propiamente infantil. La segunda etapa se inicia a partir de los años cincuenta en Estados Unidos, con la divulgación de las nuevas fibras sintéticas y elásticas, y en los sesenta en Europa; esta etapa viene marcada por la progresiva incorporación a la indumentaria infantil del elemento moda que, a su vez, ha descubierto el valor de lo joven, lo que acabará, en términos generales, igualando la indumentaria infantil y cierto tipo de indumentaria adulta de corte deportivo e informal; esta igualación se extenderá a los elementos básicos de la indumentaria para niños y niñas.
Evolución Los niños no han tenido hasta el siglo XX una indumentaria especialmente ideada para ellos. Anteriormente, y dejando aparte la ropa de los bebés, los niños seguían la moda vestimentaria de los adultos: pequeños corsés y miriñaques, casacas y sombreros fueron parte de la indumentaria infantil en los siglos anteriores. Sólo los avances de la higiene lograron, a mediados del siglo XIX, la incorporación del traje de marinero, azul en invierno y blanco en verano, inspirado en el uniforme de las marinas inglesa y francesa, a la indumentaria infantil. Este traje significó una simplificación de los trajes de los niños, permitió aligerar las telas y formas y fue el más utilizado hasta bien entrados los años cuarenta.
A partir de esa fecha los avances textiles y de la industria de la confección comienzan a producir prendas específicas para niños, centradas, sobre todo, en género de punto, franelas y fibras sintéticas. La evolución de la indumentaria infantil desde esta fecha fue rápida y, al igual que las prendas de los adultos, se dirige hacia una mayor comodidad y funcionalidad.
A lo largo de esta evolución existen una serie de elementos que condicionan las progresivas modificaciones. Los sistemas de costura de la primera mitad del siglo son casi exclusivamente manuales y los materiales textiles escasos. Privan por otro lado, en este momento, rígidas tradiciones locales sobre la infancia ligadas también a los sistemas de salud. La indumentaria infantil es claramente un mundo aparte, regido por sus propias normas, en las que influye directamente la clase social, por lo cual es difícil una descripción que englobe elementos comunes significativos.
Los grandes cambios se inician de forma muy tímida y paulatina en la segunda posguerra con la aparición de las fibras sintéticas y la consolidación de la industria de la confección. Sin embargo, la fabricación industrial de indumentaria infantil tiene complejidades como la de las tallas, que no se dan en la misma proporción en el mundo adulto. Los nuevos tejidos, fácilmente lavables, de mayor comodidad y mejor mantenimiento, la progresiva simplificación en las hechuras que conlleva la aparición del prêt-à-porter, así como la hegemonía del gusto por lo joven configuran un punto de convergencia suficientemente estable para que la moda y sus diversos estilos influyan también en los vestidos infantiles. Así, a partir de los años sesenta, niños y niñas comparten con los adultos el gusto por los vaqueros, los anoraks, las camisetas de algodón, las zapatillas de deporte, los jerséis de todos los tipos, los chándales y otras prendas básicas de los sistemas de la moda. Aparecen firmas importantes de confección dedicadas a prendas infantiles y firmas consolidadas del prêt-à-porter como Benetton o modistos como Yves Saint-Laurent crean líneas infantiles, con mejor o peor fortuna.
Los niños comparten con los adultos también los colores y los estilos, y se integran plenamente dentro del mundo de la moda común entre los años setenta y los ochenta. La pasión por las marcas de prendas de moda, por lo común muy relacionadas con el deporte, incide muy directamente en el mundo de la indumentaria infantil, cuyo mercado conoce en esta etapa una enorme expansión.
NORFOLK
Chaqueta masculina inglesa hecha de lana de tweed con cinturón, pliegues y grandes bolsillos de parche, utilizada para practicar deportes en Inglaterra a principios del siglo. El nombre se lo dio el duque de Norfolk y se llevaba originariamente combinada con pantalones bombachos. El estilo Norfolk se adaptó a lo largo del siglo a diversos tipos de chaquetas de sport que quedaron tanto para hombres como para mujeres como piezas clásicas.
NORREL, Norman Levinson
(Indiana, 1900-Nueva York, 1972) Modisto de alta costura estadounidense con importante influencia en la moda norteamericana durante los años cuarenta y cincuenta, en los que impuso un estilo chic y ultrafemenino que algunos consideran precursor del new look de Christian Dior.
A los 19 años comenzó a estudiar diseño en dos institutos de Nueva York y en 1922 inició una corta carrera como diseñador para el cine, participando en el diseño de trajes para Rodolfo Valentino en la película The Sainted Devil (1928, con Natasha Rambova) y para Gloria Swanson en Zaza (1938, con Edith Head). Creó también vestuarios para diversas compañías de Broadway y para el confeccionista al por mayor Charles Armour. Tras colaborar entre 1928 y 1941 con la modista Hattie Carnegie, crea su propia firma junto con su socio, el confeccionista Anthony Traina, con quien permaneció hasta 1960, cuando fundó su propia empresa de moda superexclusiva, pero mucho menos influyente en el gusto del gran público. En los años cuarenta lanzó el traje camisero femenino, tanto para el día como para la noche, que sentó las bases de un estilo de moda femenina norteamericana que se afianzaría durante la Segunda Guerra Mundial y a la que Norrel aportaría formas confortables guarnecidas con adornos espectaculares. Fue también uno de los primeros en lanzar el escote bañera para trajes de noche, que determinaría el marcado estilo de los años cincuenta.
NOSTALGIA
Término utilizado para definir una tendencia de la moda que comienza a vislumbrarse a mediados de los años sesenta y que consagran oficialmente dos películas: Bonnie and Clyde (1967) y El gran Gatsby (1974). Derivada de la moda camp de principios de los sesenta que resucita el gusto por lo que está fuera de moda, la tendencia nostálgica es producto también del nuevo circuito que comienzan películas de los años treinta y cuarenta repuestas en las nuevas cadenas de televisión de todo el mundo. Actrices como Greta Garbo, Marlène Dietrich, Katharine Hepburn, Jean Harlow, y en menor medida los Valentino, Barrymore o Gable, cobran así nueva actualidad, y sus respectivos estilos entroncan con la nueva sensibilidad de un público que no los conoció en su momento y para el que resultan toda una novedad. La boina femenina y las faldas largas son uno de los primeros cambios perceptibles, junto con la vuelta al chaleco y el traje completo para los hombres.
La tendencia nostálgica que comienza con fuerza en las propuestas de moda de los años setenta de la mano de Saint Laurent y otros grandes costureros y diseñadores trae a la moda nuevos aires tradicionales de sofisticación tras el pop, el unisex, el hippismo y las diversas rupturas de los años sesenta. Su papel es importante para entronizar de nuevo el prototipo de mujer-mujer y de hombre-hombre que se volverá a afianzar durante la década de los setenta y perdurará durante los ochenta y los noventa.
La inspiración en el pasado no se detendrá en la indumentaria de los años treinta y cuarenta, sino que progresivamente la moda de los setenta, los ochenta y los noventa irá reinventando el new look de los cincuenta, y la minifalda y el hippismo de los sesenta; este influjo se dejará sentir tanto en la moda femenina como en la masculina, tanto en las prendas exteriores como en las interiores y en el diseño de los nuevos tejidos. De la misma forma que el cine antiguo está presente en todos los hogares gracias a la televisión, la inspiración nostálgica de la moda permite convertir en presente las modas del pasado.
NOVIA, traje de
La tradición del traje de novia, largo y de color blanco, tal como se instituyó por las clases altas de la sociedad en el siglo XVIII para expresar la situación de felicidad y continuó en el siglo XIX, en que se le añadió la connotación de inocencia, se ha mantenido prácticamente intacta a lo largo de todo el siglo XX. De origen romano, que estipulaba el color amarillo, el vestido de novia ha querido mostrar también a lo largo de su historia el estatus y el rango familiar, de ahí la costumbre generalizada de que fuera un vestido especial, lujoso, y que aspirara a ser utilizado una sola vez en la vida. Un vestido de princesa que resumiera la función femenina más tradicional. Estas características se mantienen durante el siglo XX, que incorpora la costumbre de acompañarlo de un velo que cubre la cabeza y el rostro en señal de virginidad y un ramo de flores como signo de autenticidad.
La moda, y sus diferentes variaciones, ha marcado claramente la forma de los trajes de novia de acuerdo con los gustos de cada época, pero cabe señalar la presencia constante de tejidos lujosos como la seda, el encaje o el tul, así como la costumbre de coronar el velo con joyas auténticas o de imitación, o sustituirlas por flores u otros adornos. La espectacularidad ha sido también una de las notas más frecuentes. Dadas estas características, el traje de novia ha sido el sueño del creador de modas, y los grandes costureros adquirieron la costumbre durante todo el siglo de cerrar sus desfiles con un traje de novia. Excentricidades como trajes de novia de color negro (Yves Saint-Laurent, 1981) son escasas y se realizan más bien con ánimo de reclamo.
Los puntos diferenciales básicos entre los trajes de novia del siglo se encuentran, además de las modas concretas que han reproducido, en el color tipo marfil de comienzos de siglo, la austeridad total en las épocas de las dos guerras mundiales, en las que llegó a suprimirse la costumbre en algunos lugares, y la simplificación a la que tendió esta indumentaria durante los años sesenta, si bien el traje tradicional, tipo princesa, volvió con fuerza en los años ochenta para los matrimonios religiosos.
Las grandes bodas del siglo marcaron sucesivas tendencias y crearon estilos de vestidos de novia que fueron copiados. Entre los más famosos de estos vestidos están: el de la princesa Isabel de Inglaterra para su matrimonio con Felipe Mountbatten en 1947, hecho por Norman Hartnell; el de Grace Kelly en 1956, hecho por Helen
Rose; el de Fabiola de Mora y Aragón para su matrimonio con Balduino de Bélgica en 1960, hecho por
Balenciaga; el de Carmen Martínez-Bordiú Franco para su boda con Alfonso de Borbón en 1971, también por Balenciaga, y el de Diana Spencer para su boda con Carlos de Inglaterra en 1981, diseñado por
Emanuel. El traje de la boda de Jacqueline Kennedy con Aristóteles Onassis en 1968 creado por
Valentino marcó época por ser corto y de seda y encaje de color albaricoque, al igual que lo hizo el de cuadros de Vichy rosa de Brigitte Bardot para su boda con Jacques Charrier en 1960, diseñado por Jacques
Esterel.
NUDO
Atadura de tejidos o cintas que la indumentaria ha utilizado de múltiples maneras. El nudo más elaborado y sujeto a las normas vestimentarias es sin duda el de la corbata masculina ( corbata).
NYLON
Nailon.