Está empapada de sudor un minuto y al siguiente está congelada. No ha dormido bien en meses, a veces sufre de incontinencia, quiere arrancarle la cabeza a todos los que la rodean y se siente como si las tripas se le hubieran secado. ¡Bienvenida a la menopausia!
Han pasado dieciocho años, pero todavía recuerdo claramente cuando Kathy se inclinó sobre el mostrador de mi farmacia y con tono asustado me rogó que la ayudara a lidiar con las oleadas de calor. A duras penas podía musitar palabra y me miraba como si otra vez hubiera pasado la noche en vela. Además, se la pasaba discutiendo con su marido por su estado (al parecer él estaba demostrando poca empatía hacia ella) y el medicamento que estaba tomando no le estaba sirviendo de nada.
Yo era una farmacéutica recién graduada que sabía cuáles eran los últimos medicamentos que habían salido al mercado y cuáles eran sus beneficios. Era como una especie de enciclopedia, así que empecé a parlotear sobre todo lo que había aprendido y le informé con mucho entusiasmo cuáles eran los últimos estrógenos que la ayudarían a enfriarse y qué podía tomar para dormir. Se fue con una larga lista de productos que le iba a pedir a su médico que le recetara, y yo me sentí complacida al pensar que desde cualquier punto de vista clínico, le había dado unos buenos consejos farmacéuticos.
A pesar de que han pasado tantos años desde ese incidente, pienso en él con frecuencia, en gran medida porque hoy esa conversación habría sido muy diferente. Hoy le habría dicho a Kathy que no tomara hormonas sintéticas, sino más bien hormonas naturales bioidénticas, algunas de las cuales se pueden comprar sin receta médica. La habría llevado al pasillo de los suplementos y le habría mostrado cuáles opciones naturales y confiables, de venta libre, sirven para bajar la temperatura, tranquilizarse y dormir bien. Ay, ¡si sólo pudiera devolver el tiempo!
Aunque, bueno, puede ser que no pueda devolver el tiempo, pero ahora lo importante es que estoy aquí para usted.
1. Las oleadas de calor y otros síntomas incómodos de la menopausia son parte normal del proceso del envejecimiento, puesto que el nivel de estrógeno desciende cuando cumplimos cincuenta años.
2. El mejor remedio para los síntomas de la menopausia es la terapia de sustitución hormonal.
3. Nunca se ha comprobado que los remedios naturales para tratar las oleadas de calor funcionen realmente.
Pues adivine qué... ¡Lo que “todo el mundo sabe” está equivocado! Si quiere ser una de las pocas personas que saben la verdad, siga leyendo.
Para la mayoría de las mujeres, empieza como una especie de “aura” o sensación, tal vez una palpitación rápida que indica que va a presentarse un aumento de temperatura. Y entonces sobreviene el calor: es posible que la cara se le ponga roja como la remolacha y que empiece a sudar mientras se le acelera el corazón. Puede ser que el pecho se le ponga rígido, empiece a sentirse ansiosa y después vuelva a enfriarse de nuevo. Tal vez usted es de las afortunadas que puede decir que tiene la menopausia pero no sufre de bochornos u oleadas de calor. Si es así, siéntase agradecida, porque algunas mujeres sienten bochorno o sufren de accesos de sudor en la noche con tanta frecuencia como diez o veinte veces al día.
Ahora le voy a explicar lo que sucede bajo su piel: cuando su cuerpo se calienta, ya sea por una salsa picante, una bebida caliente o una sesión de ejercicio, el termostato del cerebro empieza a funcionar y dice: “oh-oh, esta mujer se está calentando, así que mejor libero unos químicos que le expandan los vasos sanguíneos para que no explote en este mismo momento”.
Normalmente, este tipo de regulación de la temperatura funciona sin problemas muchas veces al día durante muchos años, debido a que el cuerpo puede tolerar cambios de un grado y medio aproximadamente. El nivel de estrógeno, por su parte, pasa de estar estable durante décadas a enloquecerse en la menopausia, cuando asciende y desciende con frecuencia. Las cosas se van calmando después de dos a cinco años, y ésta es la razón por la cual eventualmente las oleadas de calor cesan. Pero durante la menopausia al termostato del cerebro no le cae en gracia esta montaña rusa de estrógeno, entonces se pone muy, pero muy susceptible. De repente, un pequeño ascenso en la temperatura del cuerpo, incluso tan insignificante como menos de un grado, activa el botón del calor y voilà, ¡una oleada de calor! Y a propósito: no sólo les pasa a las mujeres; los hombres también experimentan estos “calores,” especialmente si están tomando medicamentos para la próstata, como Lupron, por ejemplo.
Ahora, aclaremos el mito # 1: cuando el nivel de estrógeno eventualmente se estabiliza después de la menopausia, no siempre desciende a cero. De hecho, muchas mujeres que están pasando por la menopausia tienen la capacidad de mantener algún nivel de estrógeno, lo que es tanto una buena noticia como una mala, pues significa que incluso después de la menopausia uno puede sufrir de predominio del estrógeno, especialmente si se tiene sobrepeso.
Los cambios bruscos en el estrógeno durante la menopausia tensionan el termostato mental, igual que el agotamiento adrenal. Si su vida está consistentemente llena de estrés (¿quién puede decir que no?), sus glándulas adrenales se ven obligadas a liberar hormonas del estrés constantemente, lo que puede causar que se le funda el motor adrenal debido al exceso de trabajo. Estas averías en el motor adrenal, a su vez, causan daños en el termostato del cerebro. ¿La consecuencia? Una sucesión eterna de oleadas de calor.
Así que la clave, casi desconocida, para atenuar las oleadas de calor está en nutrir y subsanar las glándulas adrenales. El estrés, como ya vimos en el principio del libro, agota las glándulas adrenales y disminuye la producción de progesterona, lo que desequilibra el balance entre el estrógeno y la progesterona, es decir, que el estrógeno empieza a predominar. ¿Y cuáles son los principales síntomas del predominio del estrógeno? Insomnio y ansiedad. Así empieza el círculo vicioso: el insomnio y la ansiedad la estresan aun más, entonces sus glándulas adrenales deben pagar el precio, lo que disminuye el nivel de la progesterona... y así infinitamente porque los medicamentos no son eficaces a la hora de remediar el problema.
El bochorno es el grito de auxilio de su cuerpo. Básicamente le grita: “¡Estás quemando la vela por ambos extremos!”. Cuanto más agotadas estén sus glándulas adrenales, peores serán las oleadas de calor. Y ya que hablamos de esto: cuanto más agotadas estén sus glándulas, mayores son las probabilidades de que también descienda el nivel de testosterona de su cuerpo, lo que acarrea problemas todavía más graves.
Entonces, permítame que se lo repita, porque es importante para las mujeres que sufren de oleadas de calor: si quiere aplacar las oleadas o prevenirlas, empiece a cuidar de usted misma. Tómese el tiempo para que su cuerpo pueda descansar y no se preocupe por cosas sin importancia. También es importante que encuentre maneras de relajarse después de un día duro de trabajo. Y lea el capítulo 1, donde encontrará más información sobre cómo nutrir sus glándulas adrenales.
¡Los medicamentos pueden hacerla sudar también!
¿Sabía que más de setenta medicamentos pueden detonar un aumento repentino en la temperatura tanto en hombres como en mujeres? Algunos de ellos son los antidepresivos como Effexor, Cymbalta, Prozac y Sarafem; los medicamentos de triptano para la migraña como Maxalt; los inhibidores de la aromatasa como Aromasin, Arimidex y Femara; los moduladores selectivos del receptor de estrógeno como Evista y el tamoxifeno; y el Boniva, que se usa para tratar la osteoporosis. Si cree que sus oleadas de calor tienen su origen en alguno de estos u otros medicamentos, consulte con su médico la posibilidad de que le baje la dosis o le cambie el medicamento que toma por otro.
NO deje de tomar repentinamente ningún medicamento sin el previo consentimiento de su médico. Recuerde que algunos medicamentos tienen que irse dejando paulatinamente para no experimentar síndrome de abstinencia.
La mayoría de los libros de texto convencionales enseñan que las oleadas de calor están relacionadas con un bajo nivel de estrógeno, pero puede que ésa no sea la causa completa. Considere lo siguiente: si las oleadas de calor fueran causadas solamente por una deficiencia de estrógeno, las mujeres seguirían sufriendo de oleadas de calor el resto de su vida. Pero después de unos años las oleadas desaparecen, con o sin medicamentos. Y la razón es obvia: el estrógeno no es el único problema. Otros factores que tienen ingerencia son el estilo de vida, la dieta, las habilidades para lidiar con la vida diaria, el descanso, el medio que rodea a la persona y el más importante: el nivel de progesterona.
Ahora, aclaremos los mitos # 2 y 3, en cuanto a la terapia de sustitución hormonal y a la eficacia de los remedios naturales: la gente cree estos mitos porque sólo se entera de los estudios que han financiado las compañías médicas y farmacéuticas grandes, pero también se han llevado a cabo estudios que han demostrado la eficacia de algunos remedios naturales. A continuación le voy a mencionar algunos de esos remedios que la ayudarán a poner fin a su sufrimiento, sin necesidad de un médico:
Cimicífuga o cimicífusa (Cimicifuga racemosa): Pertenece a la familia de las ranunculáceas. En el año 2001, el American College of Obstetricians and Gynecologists dijo que sí, que la cimicífuga podía ser eficaz en el tratamiento de las oleadas de calor si se tomaba durante seis meses o menos. También se cree que ayuda a mermar la hinchazón y la resequedad vaginal. En lo que hay consenso en la comunidad científica es que la cimicífuga se comporta como el estrógeno pero sin los peligrosos efectos secundarios. Algunos estudios han demostrado que incluso tiene efectos antidepresivos. Si la va a probar, hágalo con cautela, porque puede irritar el estómago o producir dolor de cabeza en algunas mujeres. Le recomiendo una marca de venta libre que es muy popular: Remifemin. Tome una tableta de 20 mg dos veces al día. También podría probar Menopause Transition with Black Cohosh, de Triple Whammy: una tableta dos veces al día. En las tiendas naturistas se consiguen otras marcas de buena calidad y diferentes dosis, aunque yo no tomaría un producto que contenga menos de 2,5 por ciento de glucósidos triterpénicos.
Las mujeres que están embarazadas no deben tomar cimicífuga sin consultarlo con su médico antes, aunque algunas mujeres la toman bajo la supervisión de su médico.
Linaza: Estas semillas superpoderosas deberían formar parte de la dieta diaria de todas las personas, además porque se ha comprobado que ayudan a aplacar los síntomas de la menopausia. La linaza contiene más lignanos que cualquier otro alimento, y si tenemos suficiente flora saludable en nuestro tracto gastrointestinal, podemos convertir ciertos lignanos en poderosos compuestos anticancerígenos. Las semillas de linaza molida son ricas en proteína, minerales y fibra, y es una manera natural fabulosa de combatir las oleadas de calor, el dolor en los senos, los ciclos menstruales irregulares y otras molestias premenstruales y de la menopausia. Los lignanos también ayudan a que el pelo se ponga lustroso, salga menos acné y a los hombres les mejora la salud de la próstata. La linaza también es rica en ácidos grasos esenciales similares a los que se encuentran en el pescado, lo que la hace buena para el corazón y para mantener bajo el nivel de colesterol.
Puede comprar la linaza en semilla y molerla usted misma, yo lo prefiero así porque es más fresca. Pero también puede comprarla ya molida. Por otra parte, no me gusta tanto el aceite de linaza, que no es la mejor opción si lo que usted quiere es aplacar los síntomas de la menopausia: se pone rancio en poco tiempo y casi no contiene lignanos. De hecho, incluso las semillas se ponen rancias si no las guarda en el refrigerador; preferiblemente hágalo en un recipiente oscuro que las proteja de la luz. Yo pongo estas semillas maravilla en casi todo lo que como, una o dos cucharadas al día está bien. Y puesto que la linaza es fuente de fibra, beba mucha agua.
Vitamina E y bioflavonoides cítricos: Ésta es una combinación muy poderosa que algunas personas creen que es un fantástico agente contra las oleadas de calor. De nuevo: ¡esto ha sido comprobado! Los bioflavonoides provienen de las frutas y las verduras, y si se combinan con vitamina C o E adicional, pueden aliviar la ansiedad, la irritabilidad, la resequedad vaginal, los cambios bruscos de humor y las oleadas de calor. Tome 500–1.000 IU de vitamina E mezclada con 1.000 mg de bioflavonoides dos veces al día. Puede intensificar el efecto de estos últimos comiendo muchas frutas y verduras coloridas como zanahoria, calabacín, tomate, bayas, brócoli y verduras de hojas verdes, o compre un suplemento en una tienda naturista o en una farmacia. La hesperidina es el bioflavonoide más importante, así que verifique que el suplemento que vaya a comprar la contenga. Thorne produce una variedad de hesperidina interesante: HMC Hesperidin, que el cuerpo puede procesar más fácilmente.
Progesterona: Esta poderosa hormona ayuda a atenuar las oleadas de calor. Varios estudios han comprobado que funciona, y la razón es que hace que el cerebro sea menos sensible al comportamiento irregular del estrógeno. La progesterona también es útil para las mujeres que tienen deficiencia en progesterona o que sufren de predominio del estrógeno y que están viviendo el climaterio, es decir, la época previa a la menopausia que empieza hacia el final de los treinta años o principios de los cuarenta.
La progesterona natural se ve exactamente igual a su propia progesterona, y esto es así incluso en los productos de venta libre. Pero los médicos han seguido perpetuando el mito # 2: que el mejor remedio para los síntomas de la menopausia es la terapia de sustitución hormonal y los medicamentos recetados como Provera (medroxiprogesterona). Pero este medicamento, al igual que otros que se usan en dicha terapia, no son naturales, los han “cocinado” en un laboratorio y si bien es cierto que pueden aplacar el bochorno, ¡no es cierto que sean el mejor remedio! Por ejemplo, la Provera tiene al menos unos cien efectos secundarios, por no mencionar los enormes riesgos que corren quienes la toman, como la muerte. Entonces, ¿por qué no tomar en cambio progesterona natural que protege del cáncer en lugar de causarlo? Al discutir la terapia de sustitución hormonal es importante hacer una salvedad: no todos los medicamentos hormonales recetados son sintéticos. El Prometrium, por ejemplo, es una forma de progesterona natural derivada del maní (si es alérgica a las nueces, no puede tomar este medicamento). Entonces, mientras el Prometrium es progesterona granulada para tomar por vía oral derivada de una fuente natural, la Provera (medroxiprogesterona) es progesterona sintética fabricada en un laboratorio.
Puede ser que su médico trate de asustarla para que acceda a someterse a la terapia de sustitución hormonal y le diga que no hay suficientes estudios que comparen las hormonas sintéticas con las bioidénticas. Pues bien, tenga en cuenta que las hormonas sintéticas tienen el respaldo de compañías multimillonarias, ¡mientras que las plantas no! El hecho que nadie haya hecho estudios que enfrenten los dos tipos de hormonas no significa que nadie haya estudiado las plantas. Como hemos visto, hay estudios que comprueban que éstas funcionan bastante bien.
Si usted está tomando progesterona natural en cualquier forma, ya sea recetada o de venta libre, recuerde que la dosis es importante, entonces le sugiero que trabaje en conjunto con un médico y un farmacéutico que entiendan las hormonas bioidénticas y que le puedan tomar un examen que garantice que usted está tomando la cantidad apropiada según su caso particular. Por favor, no se exceda con las cremas de venta libre, pues deben usarse con moderación y en la menor dosis posible.
Si usted insiste en automedicarse, lleve un diario de sus síntomas, anote cómo van cambiando de semana a semana y de ciclo en ciclo, para que pueda ajustar la dosis. Por ahora, puede seguir las instrucciones que preparé en la parte V, pero, por favor, consulte con su médico pronto. (Para saber cómo encontrar al médico de sus sueños, vea la parte V.)
Sauzgatillo (Vitex agnus-castus): He aquí otra planta que se ha demostrado que es eficaz. El sauzgatillo estimula el cerebro para que produzca una hormona que es la responsable de que el cuerpo ovule (por eso se la usa en el tratamiento de la infertilidad). Cuando el cuerpo ovula, produce mayor cantidad de progesterona y de estrógeno, lo que mejora el equilibrio entre las hormonas y hace que el proceso sea más tranquilo y, por tanto, que sude menos. Como es obvio, el extracto de esta planta no va a servir de nada si le han extirpado quirúrgicamente los ovarios. Una advertencia: si usted sufre de endometriosis, de tumores fibroides o de cáncer de seno, ovarios o del útero, las bayas del sauzgatillo pueden empeorarle los síntomas debido a sus propiedades hormonales.
Por lo general, esta planta se encuentra en muchas fórmulas polivalentes como AM/PM Menopause Formula, de Enzymatic Therapy, o Meno-Relief 1650, de Life Extension, por eso le recomiendo que lea las etiquetas. Es mejor que tome sauzgatillo en una fórmula combinada, pero si decide comprar un suplemento independiente, use su instinto para determinar la dosis. Puede empezar tomando 100 mg entre dos y cuatro veces al día.
Duerma con un pijama ligero para que no sude durante la noche.
Póngase un parche de gel frío en la frente, el cuello o el pecho. Hot Flash Gel Sheets, de Be Kool, son una buena opción porque puede llevarlos en el bolso para cuando necesite ponerse uno. Sólo tiene que quitarle el papel protector al autoadhesivo de la parte trasera y ponérselo donde quiera. Sentirá alivio inmediato, que además dura por varias horas. Se consigue en Rite Aid, Walgreens y . El Head Spa Massager también es una opción innovadora que puede ayudarla a aplacar el dolor. Se siente como si mil dedos le estuvieran masajeando el cuero cabelludo. La compañía productora le devolverá su dinero si devuelve el aparato en un período de treinta días después de comprarlo si usted no se siente satisfecha con él. Para mayor información visite www.gadgetuniverse.com o llame al teléfono 800-429-0039. Valor: $50.
Manténgase alejada de las personas y las situaciones que le generen emociones fuertes, o encuentre maneras diferentes de lidiar con esas emociones.
Elimine completamente o limite su ingesta de alimentos picantes, cafeína y nicotina.
Practique yoga o meditación o hágase masajes con regularidad. Estos relajantes reducen la liberación de cortisol y otras hormonas del estrés, lo que ayuda al termostato de su cuerpo a sanarse a sí mismo.
Antes de la menopausia, el estrógeno se produce en los ovarios, después son las células de grasa y las glándulas adrenales las que lo producen. Así que una mujer robusta que ya haya pasado por la menopausia puede estar en mayor riesgo de sufrir de predominio del estrógeno que su hermana que todavía menstrúa y es delgada, y también está en mayor riesgo de desarrollar un cáncer relacionado con el estrógeno.
Y practique este relajante de acción inmediata: cierre los ojos y respire profundamente tres veces. Esta sencilla acción cambia de inmediato las ondas cerebrales a un estado más lento y relajado. ¡Es increíble lo tranquilizante que puede ser!
Mientras más de la mitad de las mujeres en Estados Unidos sufre de bochorno, en Japón es algo que ocurre muy rara vez. Existen montones de teorías al respecto, incluyendo el hecho de que las personas asiáticas no comen mucha carne roja, lo que las ayuda a no ingerir todas esas hormonas a las que estamos expuestos los carnívoros de Occidente. Pero otro factor que parece ser determinante es que los asiáticos comen muchísima más soya que nosotros.
La soya es una fuente de estrógeno natural, es decir, que es un fitoestrógeno, que, como vimos en el capítulo 11, es como se les llama a los estrógenos provenientes de las plantas. Si bien es cierto que los fitoestrógenos son naturales, no son bioidénticos (lo que quiere decir que no son una réplica exacta de sus propias hormonas). Sin embargo, parece probable que lo que ayuda a las asiáticas a no tener que vivir ese molesto desequilibrio hormonal que experimentamos las mujeres occidentales es su alto consumo de soya, pues mantiene más estables sus niveles de estrógeno y hace que sea menos sensible su “botón del calor”.
Cuando esta información se hizo pública, la industria de la soya trató de hacernos creer que su pequeño grano podía revertir todos los síntomas de la menopausia. Pero en mi experiencia personal puedo decir que no es cierto. Un estudio que leí recientemente mostró que las mujeres que tomaban un suplemento de soya se les redujo la severidad de los bochornos en un 50 por ciento, pero al grupo que estaba tomando placebo se les redujo en un 35 por ciento, mientras que la frecuencia se mantuvo igual para todas.
Sin lugar a dudas, la soya puede ser buena para usted (a menos que tenga un cáncer relacionado con el estrógeno, en cuyo caso las opiniones difieren), pero esto no significa que tenga que depender de ella para encontrar el alivio que está buscando. Así, si quiere aumentar su ingesta de soya, tome un suplemento: 50–100 mg de isoflavonas al día. Es probable que la etiqueta del suplemento diga “daidzeína” o “genisteína,” en referencia a los ingredientes activos de la soya. Una advertencia: no tome demasiado, pues puede causar confusión y pérdida de memoria. Sin embargo, yo prefiero lo natural, por tanto, le sugiero que en lugar de tomar un suplemento mejor coma alimentos de soya de verdad, como hacen las japonesas. La sopa de miso es una de mis comidas favoritas, y además, protege contra el cáncer. El natto también es otro de mis alimentos favoritos japoneses: es una especie de puré viscoso de soya fermentada que tiene un sabor bastante fuerte. ¡Hay que desarrollar el gusto por este platillo! El edamame, el tempeh, la salsa de soya (escoja la variedad baja en sodio) y el tofu son también fantásticas fuentes de soya. Otras isoflavonas saludables se encuentran en los garbanzos, en los frijoles secos, en las arvejas y en otras legumbres.
En todo caso, aunque la soya sea saludable, no se exceda. La soya puede actuar como un ladrón de zinc y de magnesio. El efecto es clínicamente insignificante, a menos que su dieta se base completamente en la soya, en cuyo caso puede disminuir la producción de su glándula tiroidea, lo que le puede causar cansancio y otros síntomas de hipotiroidismo.
Un artículo que publicó The Journal of the American Medical Association (JAMA) hablaba más en detalle sobre el Women’s Health Initiative, un estudio de quince años que sigue en curso y que les ha hecho seguimiento a unas 160.000 mujeres. Al parecer, quienes toman los medicamentos hormonales Premarin y Prempro sufren de más “fugas” vergonzosas de orina, como las que suceden cuando se tose, se estornuda, se ríe o se levanta algo pesado. De hecho, el estudio ha demostrado que las mujeres que no sufrían de estas “fugas” antes de tomar las hormonas tienen más probabilidades de volverse incontinentes, mientras que las mujeres que ya sufrían de este problema vieron cómo su estado empeoró al cabo de un año de haber empezado a tomar el medicamento.
Las hormonas bioidénticas son derivados de plantas que después se procesan en un laboratorio para hacerlas idénticas a las humanas. Por tanto, opino que son más seguras de usar y que tienen menos efectos secundarios nocivos que las hormonas sintéticas, aunque esto no significa que no impliquen ningún riesgo. Es un hecho que necesitamos de más investigaciones clínicas que comprueben su eficacia, pero estoy usando el sentido común: debido a que se parecen tanto a las hormonas del cuerpo, no puedo evitar creer que son la mejor opción.
Las hormonas bioidénticas vienen en varias combinaciones y con diferente intensidad. Algunas se toman por vía oral, algunas se aplican vaginalmente y otras, incluidas las de venta libre, se frotan sobre la piel. Lo mejor de estas cremas radica en que permiten que más progesterona trabaje por usted, sin el riesgo de que se creen subproductos que causen efectos secundarios (como soñolencia o hinchazón, aunque el primero sería una cosa buena para las mujeres con insomnio).
Si quiere dejar de tomar los medicamentos recetados de la terapia de sustitución hormonal y empezar a usar las hormonas bioidénticas por su cuenta, en teoría puede hacerlo sin problema, puesto que existen las opciones de venta libre, pero le sugiero que no lo haga. Las hormonas son poderosas (¡como los bochornos!) y usted necesita la dosis adecuada según sus necesidades, además de que es pertinente que le hagan seguimiento. Así que lo mejor que podría hacer es encontrar al médico de sus sueños, alguien que entienda las hormonas bioidénticas, y pedirle que le ordene unos exámenes para determinar una dosis inicial y después para verificar que los niveles de sus hormonas están dentro de los rangos saludables.
Existe un enorme debate en cuanto a cuál es el mejor examen: si de saliva, de sangre o de orina (vea la sección de fuentes al final del libro, en donde encontrará un listado de laboratorios de primera línea). A continuación le diré lo que opino de los exámenes en pocas palabras:
Examen de saliva: Es apropiado para las personas que se aplican las hormonas sobre la piel. Asegúrese de que le tomen el examen justo en la mitad de dos aplicaciones. Me explico: si usted se unta la crema a las diez de la noche para que la ayude a relajarse antes de dormir, debe ir a que le tomen el examen a las diez de la mañana, es decir, justo en medio de las dos dosis de las diez de la noche. Si el nivel de sus hormonas resulta demasiado alto, quiere decir que se está poniendo demasiada crema o que le tomaron el examen a una hora inapropiada. ¿Ve por qué le digo que es bueno tener la asesoría de un médico?
Examen de sangre (un pinchazo): Ésta también es una buena opción para quienes usan cremas. Se trata de un pinchazo indoloro en el dedo, y aunque se saca sólo una gota de sangre, muestra claramente lo que está pasando con sus células. Es mucho mejor que el típico examen de sangre, que puede mostrar un nivel bajo de las hormonas totalmente artificial, que llevaría a su médico a pensar que usted necesita una dosis más alta de la que en verdad necesita.
Examen de sangre: Algunos médicos prefieren este tipo de examen, pero no es una buena opción para quienes usan cremas, pues, como dije antes, el resultado puede parecer muy bajo. La razón es que las hormonas de la crema pasan de la piel al torrente sanguíneo, pero lo abandonan pronto, pues se dirigen directamente hacia las células que son su objetivo. Así que me parece que este examen de sangre tradicional no es tan acertado como los otros.
Examen de orina: Me gustan los exámenes de orina porque una medición de veinticuatro horas de la orina refleja bastante acertadamente lo que está sucediendo con las hormonas dentro de sus células. Sin embargo, este tipo de examen en particular es más apropiado si usted está tomando hormonas por vía oral, puesto que si usa cremas, el resultado no va a ser tan certero.
Los médicos que miden el nivel hormonal pueden llevar las hormonas bioidénticas un paso más allá al indicárselas según sus necesidades particulares. Por ejemplo, algunas cremas de estrógeno pueden contener una cantidad mínima de DHEA para darles arranque a las glándulas adrenales (es la receta perfecta para las mujeres agotadas adrenalmente, que se sienten cansadas, que están pasando por la menopausia y que tienen demasiados episodios de oleadas de calor durante el día). Otra fórmula especialmente compuesta por su farmacéutico según las instrucciones de su médico podría incluir estrógeno junto con testosterona, lo que no sólo eliminaría la resequedad vaginal, sino que haría explotar fuegos artificiales en su habitación.
Como puede ver, incluso si lleva algún tiempo sufriendo síntomas severos, todavía hay esperanza de que pueda sentirse mejor. Llame a las farmacias de su localidad en donde preparen sus propias medicinas y pregunte por los médicos que estén cerca de usted y que receten hormonas bioidénticas. Para encontrar una farmacia de este tipo, busque en las páginas amarillas en “farmacias” o llame a la International Academy of Compounding Pharmacies (vea la información al final del libro, en la sección de fuentes).
Un hígado maltrecho no es capaz de descomponer correctamente el estrógeno, así que es probable que se le suba peligrosamente el nivel, lo que aumenta el riesgo de que le dé cáncer. Revísese: si tiene venas bifurcadas debajo de la lengua, si tiene mal aliento, se siente cansada o tiene pequeñas manchas rojas en el abdomen, puede ser que el hígado le esté funcionando a marcha forzada. Consulte con su médico y tome los colaboradores hormonales que mencioné en el capítulo 10. A continuación encontrará algunos suplementos que miman el hígado, para que pruebe:
Cardo lechero: De sus semillas se extrae una sustancia conocida como silimarina. Mejora la capacidad filtradora del hígado. Tome 150 mg tres veces al día de silimarina estandarizada al 80 por ciento. Se consigue en todas partes, pero existe una forma superpoderosa llamada Siliphos, producida por Thorne, Phytosome y Natural Factors.
Liver Chi: Le da al hígado un descanso al reducir los subproductos tóxicos que se supone debe filtrar. Tome tres cápsulas dos o tres veces al día antes de las comidas. Visite www.chi-health.com.
SAMe: Ayuda al hígado a desintoxicarse de estrógeno. Recomiendo tomar 200–400 mg una o dos veces al día con el estómago vacío.
Si usted está en terapia de sustitución hormonal, NO deje de tomar los medicamentos abruptamente. La terapia de sustitución hormonal hace que la producción de hormonas del cuerpo se haga muy lenta, así que necesita ir dejando los medicamentos lentamente, durante varios meses y bajo la supervisión de un médico, mientras el cuerpo empieza a producir sus propias hormonas naturales otra vez.