Arrecia la batalla contra los estereotipos que invaden la lengua común. Uno de ellos, como es bien sabido, es la palabra «exacto». Efectivamente, ya todos contestan «exacto» cuando quieren comunicar su conformidad con algo. Su uso lo alentaron los primeros concursos televisivos, que traducían «That’s right» o «That’s correct» directamente del inglés de Estados Unidos para indicar que la respuesta era correcta. Por tanto, no hay nada fundamentalmente inexacto en decir «exacto», salvo que quienes así lo dicen demuestran que han aprendido la lengua solo a través de la televisión. Decir «exacto» es como hacer ostentación, en la sala de estar, de una enciclopedia que a todas luces solo reciben como premio los que compran un determinado detergente.
Para satisfacer a todos aquellos que quieran liberarse del «exacto», sugiero una lista de preguntas o afirmaciones a las que hoy se suele contestar con «exacto», y pongo entre paréntesis el gesto de afirmación alternativo que podría usarse en su lugar.
Napoleón murió el 5 de mayo de 1821. (¡Muy bien!) Perdone, ¿es esta la plaza Garibaldi? (Sí.) Buenos días, ¿hablo con Mario Rossi? (¿De parte de quién, por favor?) Buenos días, soy Mario Bianchi, ¿hablo con Mario Rossi? (Soy yo, dígame.) Entonces, ¿todavía le debo diez mil liras? (Sí, diez mil.) ¿Cómo ha dicho, doctor?, ¿sida? (Pues sí, lo siento.) ¿Está usted llamando a Quién sabe dónde para decir que ha visto a la persona desaparecida? (¿Cómo lo ha adivinado?) Policía: ¿Es usted el señor Rossi? (¡Carla, el maletín!) Entonces, ¡es cierto que no llevas bragas! (¡Por fin te has dado cuenta!) ¿Usted pide diez mil millones por el rescate? (¿Y cómo podría permitirme tener teléfono en el coche, si no?) A ver si lo he entendido bien, ¿has firmado un cheque sin fondos por diez mil millones y has dado mi nombre como aval? (Admiro tu perspicacia.) ¿Ya han cerrado el embarque? (¿Ve ese puntito en el cielo?) ¿Está usted diciendo que soy un sinvergüenza? (Ha dado usted en el clavo.)
En fin, me diréis, nos estás aconsejando que no digamos nunca «exacto».
Exacto.
(1990)