El río y las rosas
Lleguemos a la orilla de ese río
donde las brisas mecen el follaje
de los sauces dormidos del paisaje
que buscan en la sombra del estío
las frescuras del agua misteriosas.
Hundamos nuestras manos en las ondas
y en el tumulto de las hierbas hondas
besemos nuestros labios en las rosas.