La belleza
¡Ah, quién podrá decir qué es la belleza!
Secreta en su envoltura celeste de cristal
como un reloj o un ángel debajo de un fanal
que brilla y nos otorga la dicha o la tristeza
de un modo natural.
¡Qué es la belleza! Trémula, desnuda y dibujada
sobre el polvo o el mármol del tiempo que sedientas
largas horas contemplan, liman, pulen atentas
como la suave piedra por los mares besada
que atraviesa tormentas.
No supo Schopenhauer definirla y fue en vano
que Platón en sus Diálogos hablara tanto de ella.
Tiembla como en el agua, que la oscuridad sella,
el reflejo perfecto de un ala o de una mano
o de una antigua estrella.
¡Ah, quién podrá decir de qué ansiosas sustancias
nace y en qué momento y con qué proporciones
descubrieron sus rostros con tantas perfecciones
misteriosas, fugaces, como son las fragancias
de una flor sin razones!