Remordimiento póstumo

de Charles Baudelaire

Cuando duermas mi bella tenebrosa

en la casa de mármol erigida

y tu nueva mansión oscurecida

sea sólo una gruta honda y lluviosa;

cuando la piedra al oprimir tu pecho

y tu flanco flexible y voluptuoso,

en tu cuerpo de encantos venturoso

tu móvil corazón haya deshecho,

la tumba, de mis sueños, confidente

en insomnios dirá: “Oh incompetente

cortesana, de qué te habrá valido

frente a los muertos nunca haber sabido

por qué lloraban”. — Y el gusano lento

te destruirá como un remordimiento.