El secreto (c)
Me inspiraba temor con su escalera,
con su muro y sus plumas y su almohada,
con su mujer lacónica, enlutada,
con su jaula y su fuego que lacera;
me inspiraba temor, terror, porque era
como el eco en la gruta frecuentada
que repite y encierra ensimismada
una sílaba larga y postrimera;
me retuvo después con estupor
y fue en las propiedades del amor,
en su angélico espejo frente a Dios,
que sola me acerqué a la dicha un día
para advertir también que la alegría
es un secreto y que se parte en dos.