A la sombra

Con vértigo feroz de cacería,

con clámides y cintas semejantes

a las alas del aire sibilantes

que descubren la pura lejanía,

oh Diana, si tu sombra fuese mía,

con tus lebreles de ojos palpitantes

en el centro de bosques incesantes

varia, precisa, azul, te seguiría.

Ignorando, a tus pies, que nos acecha

el futuro fragor de la oriflama,

la música que apresa el pentagrama,

estaría en tu ciervo y en tu flecha,

en tus rodillas porque más me asombra

mi sola actualidad que ser tu sombra.