Epitafio de un fantasma que vivió en el partido de Azul
1930-1941
Yo renací en la noche despoblada,
en esta casa. Un hombre me llamaba.
Ese hombre tímido que examinaba
la mitad de mi cara ya borrada,
mi vestido punzó, mi pelo suelto,
durante once años de fidelidad
recibió mis visitas, mi bondad.
Y ahora me abandona. Ah, no ha vuelto,
no conoce mi nombre —soy Fermina,
la huérfana de Azul, soy argentina—
no sabe que en esta alba de febrero,
con miedo, es por segunda vez que muero.