SUBIDA DEL MONTE
M
ÁS ALTO que los Ojos del Salado
Y más que esotro Aconcagua
Y su altura no echa sombra
Ni de nube ni de sol
No divide ningún territorio
Tampoco aparece en los mapas
Ni en los radares del servicio aéreo de rescate
Ni en los folletos de las oficinas de turismo
Sin refugios de temporada
Sin aguas termales a 40 grados Celsius
Y estoy en su altura
Y ningún medio de comunicación da la noticia
Y en el Monte nada
Y por las laderas de este Monte
Desciende una mirada de ira de Dios como lava de volcán
Y las bestias pastan
Solo en la cumbre
Esa misma mirada —mirada de Dios— es un rayo láser
Y/o una bomba de cobalto
Que cura mi costado
Roto de un lanzazo todos los días como hace miles de años.