ADAMITA
D
ESPUÉS de un día angustiado por mis errores
y mis desvelos y mis vacilaciones
Leo un libro de un autor anónimo del siglo quince
que se pasó la vida entre jaculatorias y jeremías
Salgo luego a ver la puesta de sol en un campo
cubierto de hierba quemada por el verano
No hago otra cosa que estar casi inmóvil
apoyado en un poste que sirve de arco de fútbol
Miro fijamente cómo las altas cumbres de la cordillera
van tomando los más profundos colores
como si todo el resplandor
del sol se quedara para siempre en esas altas cumbres
Siento que algo algo como una bondad
me viene del cielo de las montañas del pasto seco
de esta tierra seca de verano
También del canto de unos queltehues que acusan
mi presencia en el potrero
Y aun del ruido de una moto Honda
que pasa a toda velocidad por la carretera
Con ese algo algo como una bondad regreso
a mi convento yo autor anónimo
del siglo veinte guiado por las estrellas amado
por las inefables cosas de la naturaleza
Contento de tener errores y desvelos y vacilaciones.