De acero son los pasos,
oscuros, secretos...
retumban en la noche,
cobardes, siniestros...

Dormís en torreones de un alcázar,
intentando ser guardianes de la Nada...
presos bajo la sombra de viejos blasones,
que os impiden ver el horizonte,
pálidos de ondearse cara al sol,
‘vuestra’ lucha ya acabó...

Hijos de la svástica, marchitos vástagos desorientados:
la tierra que pisáis fue cuna de otras razas,
candil de culturas que todavía os alumbran,
que vuestras corpulentas pero débiles sombras amenazan.

Apenas os diviso, me entristezco... ¿cómo sería el mundo bajo el arco iris de un solo color?

NIEVES MOYANO