La necedad es parte del corazón juvenil,
pero la vara de la disciplina la corrige.
PROVERBIOS 22:15 (NVI)
Castiga á tu hijo en tanto que hay esperanza; Mas no se excite tu alma para destruirlo.
PROVERBIOS 19:18 (RV ANTIGUA)
Si amas a tu hijo, corrígelo;
si no lo amas, no lo castigues.
PROVERBIOS 13:24 (BLS)
Y ya han olvidado por completo las palabras de aliento que como a hijos se les dirige:
«Hijo mío, no tomes a la ligera la disciplina del Señor
ni te desanimes cuando te reprenda, porque el Señor disciplina a los que ama,
y azota a todo el que recibe como hijo.» Lo que soportan es para su disciplina, pues Dios los está tratando como a hijos. ¿Qué hijo hay a quien el padre no disciplina? Si a ustedes se les deja sin la disciplina que todos reciben, entonces son bastardos y no hijos legítimos. Después de todo, aunque nuestros padres humanos nos disciplinaban, los respetábamos. ¿No hemos de someternos, con mayor razón, al Padre de los espíritus, para que vivamos? En efecto, nuestros padres nos disciplinaban por un breve tiempo, como mejor les parecía; pero Dios lo hace para nuestro bien, a fin de que participemos de su santidad. Ciertamente, ninguna disciplina, en el momento de recibirla, parece agradable, sino más bien penosa; sin embargo, después produce una cosecha de justicia y paz para quienes han sido entrenados por ella.
HEBREOS 12:5-11 (NVI)
No escatimes la disciplina del niño;
aunque lo castigues con vara, no morirá. Lo castigarás con vara,
y librarás su alma del Seol.
PROVERBIOS 23:13-14 (BLA)
La vara y la corrección dan sabiduría;
Mas el muchacho consentido avergonzará a su madre.
PROVERBIOS 29:15 (RVR 1960)