1. Escucha. Se necesita humildad y contenerse para escuchar sin justificarte o defender tus acciones. Conviértete en un buen oidor. Aprende a perder una disputa en vez de ganar a toda costa.
2. No esperes que te adivinen los pensamientos. Muchos conflictos ocurren porque las expectativas no están claras ¿Sabe tu cónyuge qué cosas te hacen perder los nervios? ¿O te enojas cuando él o ella no han estado a la altura de unas expectativas que tú nunca has comunicado?
3. Sal. ¿Hay un asunto que tienen que discutir? ¿Quizá algo relativo al dinero? ¿O algo que tiene que ver con los niños? Intenten salir a algún lado en vez de hablar en casa. Discutir un asunto tomando un café en algún lugar neutral puede ayudar a descargar la situación.