COMO SIEMPRE, QUIERO dar las gracias ante todo a Jonathan. ¡Eres un hijo absolutamente maravilloso! Y a Linnea. No sabéis cuánto me alegro de que queráis pasar algún rato conmigo de vez en cuando.
Gracias a mi familia de la costa Oeste, que siempre me anima: Sverker y Sofie, y todos mis sobrinos. Y muy especialmente a Jörel, mi madre, que fue una jovencita en la Fjällbacka de 1949, y que ha contribuido con recuerdos de aquella época.
Gracias a Fjällbacka, mi ciudad natal, donde una parte de mi corazón habita para siempre.
Gracias a la editorial Forum y en particular a Teresa, mi editora, que creyó en mi hotel desde que no era más que una idea sin forma, y a Lena, la editora de mesa, que se encargó de mi texto.
Gracias a Helen, Jein y Simona, por una estrecha amistad que lo es todo para mí.
Gracias a los hoteles de Londres que tan generosamente respondieron a todas mis preguntas, y que me permitieron recorrer discretamente sus pasillos: el Ritz, el Claridges y el Savoy.
Gracias al restaurante Grodan de Estocolmo, que nos permitió fotografiar en su espléndido local de la calle Grev Turegatan.
Gracias a Anna-Lena Ahlström por la foto y a Jessica Wahlgren, por el peinado y el maquillaje.
Gracias a Bonnier Rights y a Enberg Agency.
Todos los errores que encuentre el lector son solo míos. De modo que para reprimendas —o para mandar abrazos—, me encontraréis aquí:
En mi blog, donde hablo de casi todo a diario y sin reparos: asahellberg.blogspot.com
En Instagram, donde publico cada pésima foto que hago, y donde también podéis ver cómo soy: instagram.com/asahellberg
En Facebook, donde solo entro a veces, casi siempre para presumir: facebook.com/asahellbergwriter
Åsa Hellberg