Miro por la ventana. Llueve, llueve mucho. Cuando llueve tanto no me dejan salir. A mí me gusta salir a la calle pero hoy llueve, hoy no me dejan salir.
Mi madre dice que si salgo a la calle y llueve se me mojan los pies y entonces no creceré. A mí no me importa no crecer pero sí me importa no salir a jugar a la calle. Yo no sé cuántas nubes son necesarias para hacer la lluvia, Jose dice que con una sola puede llover. Yo, a veces, veo una sola nube y no llueve, en otras ocasiones veo muchas y tampoco llueve. Pero, cuando no quiero que llueva, como hoy que casi no se ve la nube en el cielo, va y llueve.
Mi madre siempre me dice que a ella tampoco le gusta la lluvia pero se aguanta. Si sigue la lluvia me tendré que quedar encerrada en mi casa. Es que mi madre dice que es mejor que cada niño se quede en su casa, así no se molesta a los mayores. Pero yo no quiero ir a ninguna casa, yo quiero salir en bici por el campo con Jose. A veces, en el campo hacemos carreras y yo gano siempre. Yo soy más rápida, más lista.
Cuando llueve no puedo ver a Jose porque mi madre no me deja salir, ella dice que la lluvia es necesaria pero buena, buena, sólo es buena para las plantas. No puedo salir pero tampoco Jose puede entrar. Mi madre dice que los niños lo ensucian todo y más si vienen llenos de barro. Lo mejor es que te esperen en la puerta, me repite.
A la mamá de Jose no le importa que juguemos en su casa. Por las tardes nos hace bocadillos de chocolate y, hay veces, que hasta nos deja salir montados en las bicis desde el patio hasta la calle. Solo se enfada si rayamos la pared del pasillo, aunque eso, claro, pasa muy pocas veces.
Mi mamá dice que las cosas son importantes por eso no se pueden tocar. Mi mamá abre los cajones y los armarios; los niños esperan a que sus mamás les den lo que necesitan y no andan revolviendo todo lo que tienen a su alrededor, dice. Ella siempre se preocupa mucho. Quiere que nuestra casa sea la más limpia y arreglada de la ciudad por eso no me deja traer a mis amigos, tampoco a Jose. Es mejor jugar en la calle. Aunque hoy es distinto porque hoy llueve.
La mamá de Jose nunca lo regaña, ni cuando se mancha, ni siquiera cuando celebra su cumpleaños y deja todo lleno de tarta y palomitas, ni aunque se moje con la lluvia. Su mamá dice que la lluvia nos hace cosquillas y así nos reímos, y reírse es bueno porque eso nos hace más listos y sólo se enfada cuando Jose miente o se pega con su hermana.
A mi madre no le gusta la mamá de Jose.
Mi mamá cuando llueve también está triste porque tampoco deja entrar a sus amigos, es mejor que todos se queden en la puerta así no ensucian nada. La verdad es que en mi casa nunca entra nadie. Jose me dice que yo vivo en un museo y él en una casa.
No me gustan los museos. Tampoco la lluvia.