De pronto, el tren,
más cerca,
paralelo.
Yo por la carretera con mi mundo.
El tren rodando su refrán del hierro.
Ahora compartiremos el paisaje.
Cedo la prisa,
me desacelero.
Nos repartimos el favor del aire
y nos miramos compañeros.
Él va sobrecargado de alegría.
Yo me remuerdo de viajar ligero.
En la boca del túnel se me pierde.
Queda el humo detrás como un pañuelo.