Poética

Ahora sé que es un crimen de lesa poesía

exprimirle a la almendra del verbo su licor

y entregarlo a los indiferentes.

Oh, tú, poeta pródigo,

malgastador de lo que sólo es tuyo

durante un breve relajo de los dioses.

Retén el aire en el pulmón florido

hasta la hora en que tu canto sea

disculpado por la necesidad,

no vayas a jurar el verso en vano.