Tiempo de amar

Si el río se subleva por su pecho

y allí estoy yo gritando con los brazos,

ah, qué limpia madera salvavidas.

(Y antes fuera tan sólo a la deriva

un desdeñado vástago del árbol.)


Si el motor tercamente se ha parado

y pasa el sol, y yo no paso,

ah, luminosas manos sabedoras

de cuál tornillo.

(Y sólo eran

unas manos en un bosque de manos.)


Si en dolor, cómo crece la mirada

de quien nos vela.

(Y nos enamoramos

de los que antes fueran unos ojos

dentro de un mar de ojos borrados.)


Tronco de salvación donde abrazarme,

manos de salvación, mirada amiga,

ahora es el tiempo de decir que os amo:

Cuando el agua es de seda, cuando vuelo

adelantando al sol. Cuando me basto.