Apunte para Enrique Badosa

En Marraquech de los decapitados

atardece en jirones


Hay un coro implorante


Golpean

la dureza de estaño


Son los tristes que ven

—¡Alá es grande

escuchad

compadeceos!


Y un tumulto de ciegos sin bastones

circulamos de prisa entre las torres

sin acertar jamás con los aromas.