Difícil es cantar la primavera.
Dolidamente el corazón os llora,
frutales de mi amor, porque a deshora
se heló la sangre que en la rama espera.
Os veo como un mástil sin bandera,
triste muñón que al tibio miembro añora.
¿Dónde aquella canción prometedora
que el sol traía a vuestra flor primera?
Malheridos estáis, mas no sois muertos.
Se empreñarán las viñas y los huertos
y volverán el pámpano y la higuera.
Difícil es cantar. Pero no callo.
Porque vivís. Porque si así no fuera,
moriría de ver la muerte en mayo.