Desentrañar la muerte
empieza en discutirles las prerrogativas a los muertos
el derecho que tienen la tarde de su esquela
a sacarnos del café
a que nos quitemos el sombrero.
Desdeñar a la muerte
requiere defenderse
de la mano de plomo de los muertos
los muertos que se creen
que morir es un manto.
Destemer a la muerte
es reñir a los muertos de casa
porque siguen dejando los grifos mal cerrados
si no a ver quién ha sido.
Que no es ningún pecado
hablar mal de los muertos.