A vosotros

Todos los que a mi edad no sabéis que la vida nunca fue como era

o como debiera ser ni muchacha que perdiendo

su frescor alcanzara no obstante a servirnos

las horas descansadas de la consolación


Todos los que cerráis vuestras memorias clínicas

con la esperanza loca de que no volverán a abrirse

en distintos lugares las mismas cicatrices


y subís y subís escaleras de sueños

como los mares y los montes sucesivos

engañan al viajero desde que el mundo es mundo

y al viajero de atrás


Los que sois de mi quinta aproximadamente y los días declarados azules

en el fondo del vaso contempláis los muslos memorables

creyendo que todavía falta el último tren.