Villaralbo con la casa amiga

(1.361 habitantes de hecho

1.407 habitantes de derecho.)

Cruceros por el Sur, copas de espuma

decoradas de rojo de los labios,

y una orquesta en el fondo con violines.

y espejos más de plata que los astros;

bahías en nocturna claridad

que alargan su perímetro de faros;

riberas de azahar embriagadoras

junto a playas de torsos desnudados

donde las horas se disuelven tiernas

como senos de arena entre las manos…

¡yo os abandono! Voy a otra querencia

que me llama a la fiesta del verano.


¡Con cuánto amor las blancas alpargatas!

Casi me bastan a llenar el hato,

sin olvidar el libro compañero,

la pluma de soñar a campo raso.


Estoy seguro de lo que deseo

en pos de la llegada y el abrazo:

una nube de olvido que me envuelva

hasta ponerme en paz con lo creado.

¡Oh pan de la amistad, ligero el vino

sobre el mantel más puro y cándido!


La casa está en silencio

¡y todo canta sin embargo!

La sombra en el reloj, los limpios cobres

y los vientres oscuros en que el barro

reserva el agua… ¡y todo canta, sí,

a nada que sepamos escucharlo!


Cuando la tarde peina sus mitades,

el pecho lo sentimos tan cargado

de amor, que Dios se hace

indispensable. Y le rezamos.


Le rezamos así: por las cosechas

en la extensión vecina de los campos,

por los que están muriendo tal nosotros,

por los que ya viviendo en Otro Lado…


Es el rezo en común.

Pero yo quiero

hablar después a Dios en solitario

bajo la luna enorme que persigue

el corazón del Duero entre los álamos.


Para pedirle a Dios por esta casa,

para rogarle por sus amos.

Porque todos los hombres sobre el mundo

sepan partir el pan, y celebrarlo

unos con otros, y que tengan vino

donde alegrar el corazón cansado

para beberlo en compañía,

chocando las miradas y los jarros.


(Lujosos por el Sur van los cruceros

de espaldas a la tierra de secano.)