El mar no es sólo
de los litorales.
Porque de tierra soy,
de tierra adentro,
al delgado confín
donde la tierra cede
proclamo mi derecho.
Tan grande el mar, no basta
para amarlo un amor
marinero.
Porque si el mar se definiese en suma
como el verde remoto de los piélagos,
por la alta mar y por la línea varia
de las costas batidas por el viento;
si a la espalda del mar no hubiese tierra
sufrida, con praderas y centenos,
montes y ríos, minas encerradas
donde oscurece el hombre entre los hierros…
si todo fuese mar
ya mar no habría,
agua sin forma
bajo el cielo.