Oración con mi cuerpo

Me desnudo.

Estreno una manera

de sentirme de sangre y no de ropas.

¿Cómo saber, si el frío los ataba,

la posible extensión de nuestros brazos?

Aquí me llama el mar hasta su boca,

y el hombre aquel que se tendía oscuro

desenreda su cuerpo y lo levanta

lento de asombro hacia la luz hermosa.


Hoy rezo con mi cuerpo, por mi cuerpo,

tan cercano de mí, tan fiel y amigo,

verdad a la que toco y que me toca.