¡Qué bien huele Portugal!
El aire de sus pinares
llega hasta Ciudad Rodrigo.
Vienen a aromar en mí,
si desde Ayamonte miro,
briznas de algarves maduros
y limones extendidos.
Si desde Aracena, pan.
Si desde Zamora, vino
dorado al lado del Duero.
¡Pájaros, si desde el Miño!
Toda la raya rayana
me huele a amores antiguos.
Para pasar la frontera,
por el aroma me guío.
Y nadie podrá decirme,
nadie,
que voy perdido.