Viniendo por Penafiel
vi que un anciano, a la aurora,
cavaba solo la tierra
como quien cava su fosa.
Los brazos que antes lo hacían
fueron a labrarse gloria.
Sé de un héroe que ha muerto
al sol de una isla remota.
Al hermano que quedó
guardando la vieja sombra
de la casa, ¿quién le hará
en su muerte la corona?
Recuerdo el tiempo de oro
sobre el libro de la Historia:
¡Qué bravura el navegar
si otros guardaban las costas!
¡Qué honor a los mayorazgos
que en sus caballos galopan,
mientras las bestias humildes
sacan agua de las norias!
Yo canto por los que quedan,
patria a la que nadie nombra.