«Aquí yace José
Pinto da Silva,
tipógrafo esmerado,
hombre de bien…
Sus deudos lo recuerdan
para siempre».
Y no fue vanidad, piedra gastada
en balde. A muchos años de silencio
yo pienso en él, lo reconstruyo
tipógrafo esmerado,
hombre de bien,
José Pinto
da Silva.
Acaso nunca fue tan verdadero.