LA MUJER CANÍBAL Y EL TABACO
LEYENDA KOM (TOBA)
Esto ocurrió en el tiempo antiguo.
En una toldería vivía un matrimonio, y un día se fueron los dos al monte a buscar comida.
Cuando andaban por el monte, vieron un algarrobo bien cargado de nidos de loro. Los pichones de loro son un bocado exquisito. Entonces la mujer le pidió al hombre que se trepara al árbol y sacara los pichones de los nidos.
El marido trepó fácilmente. Sacaba los pichones y se los iba tirando a la mujer, pensando que ella los pondría en el bolso en el que iba cargando la comida que conseguían.
Pero la mujer cometió un error muy grande. Tenía tanta hambre que no pudo esperar. En vez de meter los pichones en el bolso, a medida que los atajaba se los empezó a comer, así crudos como estaban.
Eso era una locura, porque esa mujer estaba menstruando y por algo está prohibido comer carne cruda y sangre cuando una mujer está con la regla.
Empezó a transformarse. Se le pusieron muy largas las uñas. Y en vez de parar, siguió comiendo vivos y crudos los pichones de loros y tenía la boca llena de sangre.
Ahora había sangre en la boca de arriba, por los loritos, y sangre en la boca de abajo, en la vagina, por la menstruación.
Empezó a llamar al marido, pidiéndole que bajara pronto. Al marido le pareció que tenía la voz rara, le dio miedo, pero igual le hizo caso y bajó.
Con una fuerza enorme, la mujer agarró a su marido del cuello y lo estranguló. Después lo destrozó en pedazos y empezó a comérselo ahí mismo.
Se había convertido en una Nsoe.
Las Nsoe son mujeres-monstruo, caníbales. Siempre tienen hambre, un hambre que no se satisface con nada, y se comen a la gente. Sus uñas crecen muchísimo, tienen una fuerza anormal. Cada vez que una mujer está con la menstruación y come carne, sobre todo carne jugosa o cruda, se convierte en Nsoe. Por eso los kom (tobas) tratan de que la mujer, cuando está menstruando, no coma carne y se quede tranquila en la casa sin moverse mucho.
Esta mujer se comió una parte del marido, puso los restos en el bolso y se volvió a su toldería. Los hijos le preguntaron por el padre, pero ella les contestó de mala gana.
Los hijos se dieron cuenta de que la madre estaba rara. Le espiaron la yisca (bolsa) y vieron que ahí adentro traía la cabeza del padre, las piernas, y otras partes que ya no se reconocían. Entonces los chicos corrieron a esconderse y a contar a los demás lo que pasaba.
La Nsoe tenía un hambre tremenda, incontenible. Enseguida mató a otra persona y la empezó a comer. Y al rato mató a otra.
La gente huyó de la toldería. Pero la Nsoe los persiguió. Todos estaban aterrados y no sabían qué hacer. No se puede pelear directamente contra una Nsoe, porque tiene una fuerza tremenda.
Un piogonak (chamán toba) les explicó que la única manera de vencerla era cortarle los dedos enteros con las uñas, porque allí residía su poder.
Entonces le tendieron una trampa. Tejieron unas sogas hechas de palo borracho, prepararon un lazo y se escondieron esperando que llegara. Consiguieron enlazarla de los pies y la ataron con la soga a la rama de un árbol. Allí la dejaron colgando boca abajo, atada de los pies. En esa posición no se podía defender.
Entonces el hombre que tenía poder, el piogonak, le cortó los dedos de un machetazo. Antes de morir, la Nsoe volvió en sí, reconoció a sus hijos, y pidió que cuando estuviera bien muerta, la enterraran. Pero la gente tenía tanto miedo que no se animaban a bajarla, desatarla y enterrarla, porque no estaban seguros de que estuviera muerta de verdad.
El piogonak consultó a una mosca. La mosca entró en la nariz de la Nsoe y así supieron que estaba muerta. Porque ésta es la mejor prueba de que una persona está muerta: cuando una mosca no tiene miedo de entrarle en la boca y en la nariz.
Entonces la bajaron, cavaron un pozo y la enterraron.
Y al otro día, donde la habían enterrado, creció por primera vez una planta de tabaco.
Desde entonces los kom (tobas) tienen el tabaco.
Pero el tabaco tiene una fuerza peligrosa, porque es una planta que sale de la esencia de una mujer-caníbal.
Por eso, cuando alguien fuma mucho, queda consumido: es la fuerza de la Nsoe que lo carcome. Es la mujer caníbal que se lo va comiendo por dentro a medida que fuma y fuma.
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En esta leyenda kom se relatan las terribles consecuencias de romper un tabú relacionado con la menstruación. El estado menstrual, que se asocia a la capacidad generadora de vida de las mujeres, las convierte en seres peligrosos que deben ser rigurosamente controlados. Impura para la religión judía, la mujer menstruante debe ocultarse en una choza en el imaginario de muchos pueblos originarios, y, entre los kom, tiene prohibido comer animales sangrantes. Precisamente en el momento en que más necesidad tiene de hierro para reponer los glóbulos rojos que pierde en el sangrado, se consideraba temible que una mujer tuviera sangre simultáneamente en la boca de arriba y la boca de abajo.