LAS REBELDES
CITAS
Hombres, sus derechos y nada más; mujeres, sus derechos y nada menos…
SUSAN B. ANTHONY (1829-1906), feminista estadounidense.
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Una mujer sabe muy bien que, aunque un hombre ingenioso le envíe sus poemas, elogie su juicio, solicite su crítica y tome su té, esto no significa en absoluto que respete sus opiniones o admire su comprensión.
La historia de la oposición de los hombres a la emancipación femenina es quizá más interesante que la historia de la emancipación misma.
VIRGINIA WOOLF (1882-1941), escritora inglesa.
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Espero que mi propio sexo me disculpe si trato a las mujeres como criaturas racionales, en lugar de alabar sus «fascinantes gracias» y considerarlas como si estuvieran en estado de infancia perpetua, incapaces de sostenerse en pie por sí mismas.
Es inútil esperar virtud de las mujeres hasta que no sean hasta cierto punto independientes de los hombres.
MARY WOLLSTONECRAFT (1759-1797), feminista inglesa.
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¿Se merece un libertino poseer algo de valor, considerando que persigue a cualquier cosa con polleras y después se imagina que puede esconder su vergüenza calumniando a las mujeres en general?
El hombre o la mujer en los que reside mayor virtud, es el mejor; ni la alta calidad ni la bajeza de una persona reside en su cuerpo de acuerdo a su sexo, sino en la pefección de su conducta y su virtud.
CHRISTINE DE PIZAN (1364-1430), poetisa francesa.
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Hombres necios que acusáis
a la mujer sin razón
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis.
Sor JUANA INÉS DE LA CRUZ (1651-1695), poeta mexicana.
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Cuando un hombre opina, es un hombre.
Cuando una mujer opina, es una perra.
BETTE DAVIS (1908-1989), actriz estadounidense.
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Si los hombres pudieran vernos como somos en realidad, se sorprenderían un poco; pero hasta los hombres más inteligentes, los más agudos, están con frecuencia bajo una ilusión con respecto a las mujeres: no las ven bajo una luz verdadera, las perciben mal, tanto para bien como para mal.
La mujer buena es una cosa rara, mitad muñeca, mitad ángel; la mujer mala es casi siempre una fiera.
CHARLOTTE BRONTË (1816-1855), novelista inglesa.
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Los hombres han hablado enormemente de la mujer, pero desde luego y fatalmente a través de sí mismos. A través de la gratitud o de la decepción (…) Se los puede elogiar por muchas cosas, pero nunca por una profunda imparcialidad acerca de este tema.
Mi única ambición es llegar a escribir un día más o menos bien, más o menos mal, pero como una mujer.
VICTORIA OCAMPO (1890-1979), escritora argentina.
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¿Creen ustedes realmente que todo lo que nos cuentan los historiadores sobre los hombres —o sobre las mujeres— es de veras cierto? Deberían considerar el hecho de que esas historias han sido escritas por hombres, que nunca dicen la verdad, excepto por accidente.
MODERATA FONTE (1555-1592), escritora italiana.
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Un hombre me preguntó cómo me las arreglaba para escribir en mis libros conversaciones entre hombres que sonaran tan naturales. (…) «No hubiera esperado que una mujer lograra algo tan convincente», me dijo. Le contesté que había resuelto este difícil problema haciendo que mis hombres hablaran, en lo posible, como seres humanos normales. Este aspecto de la cuestión pareció sorprender a mi interlocutor, no dijo más, pero se llevó mi respuesta para masticarla. Uno de estos días se le podría ocurrir que las mujeres, tanto como los hombres, cuando se las deja solas, también hablan entre ellas casi como si fueran seres humanos.
DOROTHY L. SAYERS (1893-1957), escritora inglesa.