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RELACIÓN
Cómo conseguir una novia, esposa o amante
Fase 10 del método SUS

En este capítulo verás…

• Problemas del seductor en las relaciones monógamas.

• Consejos para disfrutar de tus relaciones al máximo.

• La importante diferencia entre el amante y el proveedor y cómo influye en tus relaciones.

• Sorprendentes ideas para tener varias relaciones liberales.

• Un regalo para tu pareja… que va a darte inmensas dosis de placer.

Teniendo en cuenta la estructura que te planteamos, podríamos decir que la relación comienza después del sexo. Las relaciones íntimas entre hombres y mujeres son un área muy personal; sin embargo, en este capítulo Iván y Martín te darán consejos que les han resultado útiles a la hora de desenvolverse en sus relaciones con las mujeres.

Las enseñanzas de Martín

El regalo inolvidable

Tal vez ya tienes una novia o una amante a la que quieras regalarle algo y no sepas qué. Necesitas comprar lencería erótica y bombones. Saca los bombones de la caja y colócalos en la nevera. Ahora, coloca la lencería erótica en el lugar de los bombones. Toma un bombón de la nevera, caliéntalo y pégalo en la tapa de la caja de bombones. Ya estás listo. Esto, además de ser un regalo perfecto, al tener una mezcla ideal entre romanticismo y sensualidad, te puede servir para fomentar en ella el uso de lencería. Tal vez tu pareja hace tiempo que desea usarla pero le da vergüenza contártelo o proponértelo por el complejo de chica fácil. Al hacerle este regalo, le estás diciendo: «Me gustaría que usaras esto».

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Amistades femeninas

¿Qué puedo escribir sobre amistades femeninas? Tener amigas, realmente amigas, es algo que todo hombre merece vivir. Pasar momentos únicos, divertirse con ellas es algo muy placentero.

Si tienes amigas, pregúntales sobre los temas e ideas vistos en el libro. Conoce sus opiniones. Y ayúdalas en todo lo que te sea posible para que sus vidas sean más plenas. Incluso podrías divertirte mucho al conocer mujeres junto con ellas. Sería interesante que desarrollases estrategias para conocer a mujeres con ellas y se las contases. Y por supuesto, podrías ayudarlas a ellas a conocer hombres, tal vez enseñándoles muchas de las técnicas que contiene este libro. Aunque no te preocupes por eso, muchas de las ideas comentadas en el libro ya las aplican muchas mujeres regularmente.

Ten otra rama a la que pasarte

He observado esta situación principalmente en mujeres. Y es una inteligente idea. Observé que muchas mujeres, aun estando en pareja, coquetean con otros hombres pero no de una manera intensa o demasiado obvia. Algunas, estando en pareja, suelen seguir en contacto con otros hombres que les atraen pero negándose a sus avances. De esta manera, si cortan con su pareja, ya tienen a otros hombres con los que salir y rápido. Por eso, si tú estás en una relación seria, puede ser buena idea seguir en contacto con otras mujeres que te gustan y no cortarlo. Solamente coqueteando con ellas de manera tranquila y nunca llegando al beso ni al sexo.

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Relación exclusiva

En el caso de que decidas tener una relación exclusiva con alguna damisela, te recomiendo que seas fiel. Con «ser fiel» me refiero a que sólo tengas relaciones sexuales y te beses con ella. No sé tú, pero besar a una mujer que no es tu pareja yo lo considero una infidelidad.

Al estar de novio, nace una especie de pacto de confianza entre los dos. Una especie de «promesa» lo llaman algunos. Cumplir con las promesas nos parece de gran importancia para llevar una vida digna.

Si piensas en hacer una promesa, pero crees que no la vas a poder cumplir ni mantener, lo mejor es que no la hagas desde un principio. No hace falta tener una novia para sentirte feliz.

He sabido de casos muy tristes de infidelidades. Algunos corazones pueden quedar destrozados. De verdad. La idea es darle todo el placer que esté a tu alcance a las mujeres. Sin dolor. Hay mujeres que buscan relaciones sin compromisos. Así que si eso es lo que deseas, ¡adelante! Sólo tienes que buscarlas.

Ten una vida propia

Si antes de emparejarte te encantaba ir a jugar al fútbol con tus amigos los jueves, sigue haciéndolo. Si te encantaba juntarte a tomar cervezas en casa de un amigo todos los viernes, sigue haciéndolo.

Puede pasar que tu pareja te pida que dejes de hacer cosas que te gustan. Si accedes, puede pasar que ella empiece a perderte el respeto y que al mismo tiempo también baje su atracción por ti. Hay hombres que dejan de hacer lo que más disfrutan cuando empiezan una relación.

Me parece fundamental para una relación sana que las dos partes sean lo más felices posible. Y si al empezar a salir con una chica, dejas de hacer las cosas que te hacían feliz y le daban un gusto especial a tu vida, eso seguramente va a afectarte. Por lo tanto, también afectará a tu relación. Es buena idea que estés atento a esto y no te olvides de realizar las demás actividades que te hacen feliz.

Decide límites

Ponle coto a comportamientos que no toleres de las mujeres hacia ti. Si una mujer dice o hace algo que realmente detestas (como insultarte gravemente en público), y a ti te gustaría que no lo haga más, simplemente házselo saber.

Puedes comunicarle esto con humor, serio o como te salga en ese momento. Si esa mujer dice o hace nuevamente lo que a ti no te agrada, díselo en tono serio. Sé bien directo. Si lo hace nuevamente, bórrala de tu vida. Sin mirar atrás. Y simplemente, céntrate en conocer otras mujeres.

Hay hombres que sólo salen con cierto tipo de mujeres, que son las únicas que ellos creen poder conseguir, y que tal vez no les agradan del todo. Otros hombres soportan tratos humillantes por parte de las mujeres, pero no las dejan por miedo a quedarse solos y no poder conseguir una nueva novia.

Recuerdo una noche que escuché a una mujer gritarle a un hombre: «¡Date prisa, imbécil! Que los chicos esperan en casa». Él respondió: «Sí, mi amor, ya voy».

Para evitar esta clase de agresiones te recomiendo poner límites precisos sobre lo que aceptas y lo que no en tu vida nada más iniciar la relación. En cuanto sientas que te falta el respeto de una manera que no toleras, házselo saber inmediatamente.

Relaciones múltiples

Si tu deseo es tener relaciones informales con varias mujeres a la vez, te recomiendo que se lo comuniques en las primeras citas. Salir con una mujer, prometerle fidelidad, y luego a escondidas intentar seducir a otras es una estrategia que puede traer mucho sufrimiento a la mujer; en caso de que el hombre sea descubierto, por supuesto.

Hay mujeres para todos los gustos

Hay mujeres que no buscan una relación de noviazgo clásica (un hombre y una mujer) sino sexo esporádico. Sólo tienes que salir a buscarlas. Te aseguro que las hay, y muchas. Si logras salir con varias, van a surgirte nuevos problemas. Como el hecho de tener que administrar muy bien tu tiempo para verlas a todas.

La mayoría de las relaciones que tuve con mujeres fueron libres y múltiples. Es decir, salí con varias mujeres simultáneamente y sin compromisos formales con ninguna. También salí con chicas que salían con otro u otros hombres aparte de mí.

Si la chica con la que empiezas a salir comienza a mostrar grandes señales de cariño o gestos que te hagan pensar que se está enamorando, es preferible que lo antes posible le comuniques claramente que deseas tener una relación libre y no buscas compromisos. Esto puedes comunicárselo tanto por medio de acciones como de palabras.

Ideas para comunicarle que no quieres una relación seria son:

Puede pasar que ella empiece a preguntar qué tipo de relación tienes con ella. También que empiece a expresar el deseo de que la relación pase a ser exclusiva entre los dos. En el último caso, tu respuesta depende fundamentalmente de los deseos que tengas con ella.

Si deseas seguir teniendo una relación libre, te recomiendo que se lo digas. Que le cuentes (siempre y cuando sea cierto) que te gusta conocer más a las mujeres antes de ponerte en algo serio con ellas o que por ahora estás muy bien como estás.

Las enseñanzas de Iván

Consejos para mantener y disfrutar de tus relaciones

Nuestro libro no trata de relaciones, sino de cómo conseguirlas. Sin embargo, sentíamos que el libro no estaba completo si no hablábamos un poco del tema. Tal vez tú no estés buscando estar con muchas mujeres, sino encontrar una especial; es un objetivo tan bueno como cualquier otro, siempre y cuando sea lo que realmente deseas y te haga feliz (algo que dependerá totalmente de ti y de la persona que elijas).

En una situación ideal, con el fin de la seducción (sexo) queda la opción de comenzar una relación a largo plazo. Cuando nos referimos a relación a largo plazo no sólo nos referimos a relaciones monógamas. También puede tratarse de relaciones polígamas prolongadas en el tiempo. Es tu decisión. Siempre y cuando la tomes con integridad y teniendo en cuenta los sentimientos de las personas que se relacionan contigo.

Amante versus proveedor: tómate tu tiempo

En la comunidad de la seducción están muy difundidos estos términos: amante y proveedor. Tienen que ver con dos roles específicos que puede asumir el hombre ante la mujer.

EL AMANTE

Suele ser considerado un héroe, un referente de virilidad por los hombres. Es un misterio para la mujer, un hombre imposible de domar. Es el que despierta sus bajos instintos y las hace fantasear. Por una simple razón: es un desafío.

En mi experiencia, siempre que me acerqué a las mujeres desde este rol, estas fueron más atentas y complacientes, especialmente en la cama. Es por el hecho de que el amante despierta muchísima atracción sexual. Es un hombre que le dice no al compromiso y eso es un comunicador de alto valor social. El inconsciente de la mujer probablemente se plantea: «Si no quiere un compromiso conmigo es porque no me ve lo suficientemente atractiva, debe ser porque atrae a mujeres más atractivas que yo». Ahora, en general un hombre puede relacionarse de esta manera con una mujer sólo cuando no está muy enamorado.

EL PROVEEDOR

Este rol está relacionado con el hecho de dar. Es el esposo, el novio, el hombre fiel. El proveedor vive cosas en la pareja que el amante no vive. Profundiza en la relación. Pero deja de vivir cosas que sólo un amante vive. A la mujer en general le despierta amor, un lazo duradero y leal, en lugar de una pasión incontrolable.

Al empezar una relación con una mujer, se puede hacer desde dos posiciones: la de amante y la de proveedor. Una vez que una mujer lleva a un hombre al rol de proveedor, si este se torna particularmente sumiso, la mujer tiende a perder interés y comenzar a buscar de manera inconsciente a un nuevo hombre más dominante y seguro. Sin embargo, también es verdad que cuando el hombre no avanza del rol de amante con una mujer durante mucho tiempo, esta tiende a buscarse un hombre que la haga sentirse más segura. Anteriormente se habló de las pruebas. Estas suelen ser las que marcan quién es más dominante en una relación. Un hombre sumiso es poco atractivo, de la misma manera que una mujer sumisa lo es. Ambos casos presentan una pareja aburrida por falta de desafío. Cuanto más enamorado está el hombre, más sumiso tiende a ser.

Es interesante el hecho de que es más probable que una mujer casada o con novio tenga sexo la primera noche con otro hombre frente a una mujer soltera que busca pareja. La primera ya tiene alguien que cuida de ella y sólo busca sentir emociones fuertes. La segunda busca a alguien que la valore más allá del sexo. Como de costumbre, todos queremos lo que no tenemos.

Para mantener viva la pasión, no es necesario que una mujer nunca sienta que te tiene a sus pies. En una relación monógama, el hombre entra en el rol de proveedor pero debe procurar mantener ciertos rasgos de amante. El de aquel que sigue siendo un desafío, a veces una incógnita. Lo que mantiene una relación formal en el tiempo es una equilibrada, y difícil de conseguir, mezcla entre incertidumbre y certeza. Una precisa mezcla entre los elementos del proveedor (amor, seguridad, una gran conexión) y los elementos del amante (incertidumbre, tensión, atracción sexual).

Sin embargo, en la práctica no todo es tan sencillo, ya que estas conductas surgen de emociones muy poderosas. Cuanto más enamorado estás de una mujer, más posibilidades hay de entrar en el rol de proveedor. También creo que es un rol instintivo: cuando un hombre encuentra una mujer a la que percibe especialmente atractiva entre todas las demás, tiene el instinto de cuidarla y proteger la descendencia que pueda surgir de una unión entre ambos, algo así como querer crear un nido, cuidar y proteger a su mujer por la simple razón de que es la mujer con mejores genes que pudo conquistar.

En pocas palabras…

El amante le ofrece una relación incierta, sexual, desafiante y cambiante a la mujer. Generalmente el amante no está enamorado.

El proveedor le ofrece una relación segura a la mujer, con pocos cambios, estable. Generalmente el proveedor está profundamente enamorado.

Las relaciones duraderas están constituidas por un equilibrio entre ambos roles.

En general, uno atrae a mujeres que no le terminan de convencer del todo o es rechazado por las que más le interesan. Al no enamorarse, es fácil actuar como un amante; el problema surge cuando te enamoras. Un hombre con muchas mujeres no está libre de esto, es simplemente más difícil que le pase por el hecho de que, al tener tantas opciones o sensación de valía, se vuelve mucho más exigente. Sin embargo, cuando se cruza una mujer en su vida a la que percibe como alguien especial y poco frecuente, se enamora como cualquier otro.

Eso sí, el hombre atractivo con muchas opciones tiene la gran ventaja de saber que puede conseguir más después de una relación, porque conoce el proceso. Es como el millonario que sabe hacer dinero y no le preocupa perder un millón tanto como a alguien que lo ganó en la lotería. Sabe qué proceso debe vivir para volver a ganarlo. Volviendo al seductor, la mentalidad de abundancia le permite desenvolverse de otra manera en una relación, con mucho menos miedo a la pérdida.

Ahora, debes cuidarte de la mentalidad de abundancia, ya que también encierra su trampa. A veces la idea de que hay tantas mujeres puede generar una búsqueda obsesiva por el perfeccionismo en la pareja, lo cual es irreal. Creo que la clave esta en no ser extremista, siendo demasiado exigente te quedas solo y siendo demasiado permisivo con los demas te alejas de ti mismo. La mentalidad de abundancia es un elemento que ayuda a relacionarse pero debe ser tomado con pinzas en el caso de las relaciones a largo plazo.

Para ir concluyendo:

No son posesiones

La mujer que tienes a tu lado no es una posesión. Es importante aprender a hacer actividades sin tu pareja y disfrutarlas. Limítate a disfrutar de los momentos que vivís juntos, dejándola libre y siendo libre en los momentos donde no podáis o no queráis estar juntos. Los hombres más atractivos en general están intentando lograr que su pareja sea menos posesiva en vez de forzándose a no resultar un pegote. La clave para esto suele ser aprender a controlar la ansiedad y tener otras prioridades aparte de la pareja.

No ser su padre ni su hijo

No te conviertas en su segundo padre o vas crear en ella una dependencia indeseable, que va a coartar su personalidad y sus posibilidades de crecimiento. Tampoco te deslices a la otra cara de la moneda para convertirla en una segunda madre, a la cual necesitas para recibir cuidados y protegerte del mundo, porque también va a afectarte a ti.

Está de más aclarar que a la mujer le resulta mucho más atractivo un hombre paternal que un hombre infantilizado. Pero lo ideal es un compañerismo mutuo sustentado en una independencia sana.

Mucha gente se esconde en las relaciones a largo plazo

Muchos hombres con mentalidad de escasez se esconden en una relación del rechazo y de intentar conseguir lo que realmente quieren. La usan como un refugio. Como están en pareja, tienen la excusa para no intentar ir más allá.

Plantéate seriamente si estás con la persona que te hace bien y a la que haces bien o estás con alguien por el simple hecho de asegurarte un poco de sexo por semana o por comodidad. Todo se resume a ¿estás enamorado de tu pareja? Yo aprendí que no necesito estar ennoviado para tener sexo o sentirme bien conmigo mismo. Cuando me involucro en una relación monógama, lo hago por el simple hecho de que me he enamorado. Tarde o temprano nos pasa a todos.

La responsabilidad es tuya

Muchas personas tienen la mala costumbre de echarle la culpa de todo lo que sale mal en una relación a su pareja. No es extraño, ya que la mayoría de la gente tiende a hacerse la víctima. Lo hacen en sus relaciones, en sus trabajos y en sus vidas. Para ellos la responsabilidad de sus fracasos la tiene el mundo. No hay una mentalidad más nociva para el desarrollo personal que esa. La realidad es que si algo no anda bien en tu vida tú eres el responsable.

Odiar a las mujeres y llamarlas putas por el hecho de que sean activas sexualmente, o porque miren a otros hombres estando en pareja es como enojarse por el hecho de que de vez en cuando llueve. Más te vale aceptarlo si quieres vivir plenamente. Se trata de fenómenos naturales. Las pruebas, lo que genera atracción, lo que repele, puede parecerte inmoral y cruel; sin embargo es natural y es real. Si eres celoso y posesivo, es tu problema; si sientes que la mujer no te presta la suficiente atención, es tu problema. Y muchos de estos conflictos internos, si no se solucionan, pasan de una relación a la siguiente. Creo que hay dos razones por las que las parejas se terminan:

  1. Una o ambas partes no saben estar en pareja. Generalmente por no estar bien consigo mismos.
  2. La pareja es incompatible a un nivel ideológico. Sin embargo, sus maneras de ver las relaciones, sus proyectos de vida o cualquier disparidad entre ambos es sana y podría ser compatible con otra persona.
    Antes de determinar el fin de una relación, creo que hay que saber definir dónde está el problema. Y si se trata de la primera opción, es importante, si se desea, aprender a estar en pareja.

Con saber estar en pareja me refiero a saber mantener viva la pasión, saber resolver discusiones, saber estar bien solo y respetar los tiempos del otro y un largo etcétera. Definitivamente, conocer y atraer a una nueva mujer en tu vida es más sencillo que mantener una relación a largo plazo. Si vale la pena o no, debes establecerlo tú, teniendo en cuenta qué te aporta esa relación y qué buscas en tu vida.

Aléjate de lo que te hace mal

Si la mujer con la que estás te hace daño, primero ten en cuenta que tú eres «el culpable» de que lo haga. Nadie puede tener poder sobre ti a menos que se lo des. Con esto quiero darte a entender que tal vez es porque analizas de más pequeñeces o porque generas dinámicas en las relaciones donde siempre terminas siendo demasiado sumiso y poniéndote en la posición de víctima. En ese caso, tú tendrías que cambiar, porque ese problema te va a seguir a la siguiente relación. Sin embargo, tal vez ella sea realmente nociva para ti en algunos aspectos. En ese caso, es buena idea alejarse.

Atracción, selección y empatía en una relación

Estas tres fases de la seducción siguen existiendo a lo largo de una relación. La atracción es lo que os mantiene juntos, mantiene la pasión, el buen sexo, las ganas de verse. La selección es lo que os ayuda a sentiros seguros, elegidos por vuestra pareja, en el día a día. La falta de selección es lo que hace que una mujer piense que eres un desesperado cuando le propones matrimonio a los dos meses de conocerla o un noviazgo en la primera cita.

Los problemas de confianza y comodidad (empatía) suelen ser causados por un problema en las otras dos fases o por encontrarse tal vez con que en realidad sois muy distintos en vuestras maneras de ver la vida. La atracción es lo que a veces mantiene vivas relaciones insalubres y es la más poderosa de las tres.

Esto se debe a que en realidad cada fase se centra en generar ciertas emociones particulares y básicas en los vínculos entre seres humanos: interés, entendimiento, no sentirse usado, conexión, comodidad y confianza. Estas emociones aumentan y disminuyen en intensidad a lo largo de una relación desde el primer instante hasta el último. La razón por la que se plantean una después de otra en el libro radica en que irse centrando en una cada vez y en el orden sugerido es lo más efectivo para el novato que necesita una estructura. Debes entender, a pesar de esto, que sólo se trata de una estructura y el mapa nunca es el territorio. Estamos hablando de emociones.

La necesidad de sentirse necesitado

¡Puede ser un problema que creas que tu pareja siempre tiene que mostrarse dependiente de ti. La independencia es saludable. Para ti, para ella y para la relación. No dependas de tu pareja para estar bien. Generalmente esta dependencia radica en que estás evadiendo tu propia vida. Uno suele pedirles a los demás lo que no se da uno mismo. Si no estás cuidándote lo suficiente, es normal que esperes que otros se hagan cargo de ti. También en ocasiones esta necesidad de ocuparse de otros esconde el hecho de que es más fácil intentar influir sobre el resto que hacerse cargo de los problemas propios. Como en todo, debe haber un equilibrio.

Atracción: la semilla de la infidelidad

La poligamia existe y no es peor ni mejor que la monogamia, sólo diferente. Es decisión tuya decidir qué es lo mejor para ti y tu pareja y a partir de ahí decidir practicarla o no. Es cierto que ni tú ni tu pareja podéis evitar sentir en un momento determinado una atracción por otra persona. Cuando vas por la calle y ves un buen par de tetas no puedes evitar pensar «qué buen par de tetas». Cuando tu novia habla con un hombre atractivo tampoco va a poder evitar la emoción. La atracción no puede eliminarse, está programada dentro de nosotros.

Lo que sí puede decidirse es dar ese paso o no; sin embargo, cuanto más elevado el sentimiento de atracción más difícil es controlarlo. Lo que debes saber es que hay mujeres y hombres que deciden practicar la fidelidad y lo logran, aunque obviamente, en algunos momentos de la pareja se va tratar de convicción y fuerza de voluntad. Al igual que ir al gimnasio, trabajar cuando no se tiene ganas o hacer dieta. Son ese tipo de conductas que pueden hacerte bien, pero a veces se requiere fuerza de voluntad para tolerar la tentación. Creo que ese es uno de nuestros lados más humanos: poder decidir, ser racionales.

La comunidad de la seducción tiene como paradigma volver a lo primitivo y a lo animal en nosotros, pero yo creo que hay que encontrar un equilibrio entre lo racional y lo natural. De cualquier manera, ser fiel es algo muy a gusto de cada uno. Manejarse en la poligamia es completamente posible: desde tener varias novias y sentirse enamorado por todas ellas (poliamor) a tener una pareja principal y varias amantes esporádicas que van rotando y que todas sepan lo que está sucediendo (estilo estrella del rock, con familia pero de gira), pasando por que nadie sepa que estás con otras (estilo seductor) y llegando simplemente a salir con muchas mujeres sin involucrarte emocionalmente con nadie y manteniendo mucha distancia.

Todo cambia

Las relaciones son dinámicas. Empiezan, terminan, se toman descansos, etc. Generalmente el final en una relación se da por una variación del valor social de alguna o ambas partes. Esto obviamente produce cambios en el sentimiento de atracción. Por ejemplo, una de las partes consigue un mejor trabajo, la otra se siente insegura por eso, pudiendo ser el principio del fin. Una de las partes atrae a otra persona a la que percibe con mayor valor social que su actual pareja, de repente se da cuenta de que puede atraer a alguien «mejor» y su imagen de sí misma cambia; nuevamente, puede ser el principio del fin.

No pierdas tu individualidad dentro de una relación

No existe lo correcto o lo equivocado cuando se trata de dos personas. Va a haber opiniones encontradas dentro de la pareja. Un buen consejo es mantenerse firme en tus opiniones y seguro de lo que permites y no permites en tu vida. Pero también estar abierto al aprendizaje. El equilibrio es la respuesta.

Un seductor principiante, muy seguro de sí mismo, después de ser exitoso con mujeres durante meses, atrae a una mujer muy interesante. La mujer lo percibe seguro y con un valor social igual o mayor, cuando meses atrás tal vez ni siquiera le hubiese prestado atención. Es importante aprender que las relaciones van a cambiar, no te apegues a lo viejo, ni en las relaciones ni en ti mismo, tú cambias, la gente cambia y las relaciones cambian. Para que una relación perdure, ambas partes deben adaptarse al cambio. No vas a ser el resto de tu vida igual al día que la conociste, y ella tampoco.

Masculinidad y feminidad

No es cuestión de género, es cuestión de roles. Observa las relaciones entre gays y lesbianas y vas a notar que siempre hay una parte más masculina que la otra. Las mujeres actuales tienden a ser más masculinas, mientras que los hombres actuales tienden a ser más femeninos.

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Tal vez esa sea la causa de tantos problemas. Si quieres que la mujer que sale contigo se comporte como una mujer, tú tendrás que comportarte como un hombre. Eso significa ser seguro, valiente, tener iniciativa y todas las características que se mencionaron durante el libro. No se trata de machismo. Toda mujer quiere sentirse mujer, pero sólo puede hacerlo al lado de un hombre que se comporta como un hombre. Sin embargo, estoy lejos de insinuar que tienes que esclavizar a la mujer en el rol de ama de casa. Parte de ser un hombre de verdad es saber dejar brillar a los que te rodean.

El fenómeno del seductor pegote

Al año de haber comenzado mi aprendizaje en la seducción comencé a tener citas con cierta regularidad. Fue una de las épocas más difíciles en mi aprendizaje ya que en esa época comencé a enamorarme continuamente. Habiendo vivido en la escasez de mujeres prácticamente toda mi vida no podía evitar entusiasmarme de más con cuanta mujer interesante me prestaba un poco de atención y me aceptaba una salida. La combinación resultaba repelente hasta el punto de que después de un par de citas me comunicaban que preferían no verme más. No me pasó con todas, también hubo mujeres a las que yo preferí no ver más, pero en honor a la verdad, fueron las menos.

La cuestión es que este proceso de citas y descartes duró buena parte de mi segundo año de aprendizaje. Hacia el final del mismo, había logrado empezar a tener muchas citas, sexo y mantener relaciones esporádicas con mujeres. Fue entonces cuando empecé a relajarme y conocí a mi primera novia.

Digamos que le costó que nos hiciéramos novios. Le había agarrado el gusto a tener citas constantemente y salir todo el tiempo a discotecas. Por primera vez en mi vida me sentía atractivo para las mujeres. No sólo eso, mis años en la comunidad de la seducción me habían convencido de que estar en pareja era el peor error que un seductor podía cometer (algo con la que estoy en desacuerdo actualmente). Pero finalmente no pude evitarlo y me enamoré del todo; ese fue el momento en el que formalizamos la relación y dejé de salir a intentar conocer a otras. Digamos que es una fuerza de la naturaleza: de la misma manera que estamos hechos para sentir atracción sexual, estamos hechos para enamorarnos cuando encontramos a una mujer que, a nuestros ojos, se destaca del resto. Fue ahí cuando empecé a sentir cosas bastante confusas.

Muchos hombres se sienten muy seguros al poco tiempo de que les empieza a ir bien con las mujeres, pero el problema es que esta seguridad tiene una única fuente. Lo que les genera este cambio de actitud son las mujeres que empiezan a conseguir. Su seguridad está basada en el ego, y su ego está basado en las mujeres. Dependen de ellas para estar bien y es ahí donde se genera una adicción. Y eso es justamente lo que me estaba pasando. Esa parte del proceso es natural e inevitable. Para salir de ella, hay que darse cuenta y empezar a trabajar en desarrollar la autoestima y no el ego.

Enseguida, el escenario en el que ella era la perseguidora cambió rotundamente. Ya no era ella la que reclamaba fidelidad y pedía un noviazgo, sino yo el que hacía reclamos porque necesitaba atención. Y el vacío que dejó el fin de la era en la que recibía constantemente la atención de mujeres en las discotecas y en la que ella me llenaba de atenciones se comenzó a notar. Muchos seductores comentan indignados: «Cuando me convenció de que fuéramos novios y consiguió todo lo que quería, se aburrió y dejó de prestarme atención». Muchos siguen ese camino de resentimiento contra las mujeres. Y desde ese resentimiento, justifican toda clase de acciones egoístas.

En ese momento estuve tentado a hacerlo; cada vez que la sentía distante, me daban ganas de salir a conocer a otras. Pero me venció la sensación de que algo en mi estaba muy mal si necesitaba tanto la atención de las mujeres. Había pasado los últimos años de mi vida persiguiéndolas, mi vida había girado casi completamente alrededor del sexo opuesto y de perderle el miedo. Esto era de esperar. Convencerme de que la responsabilidad era de mi pareja, hubiese sido un error.

Si bien es normal que cuando uno consigue lo que quiere se relaja, el problema está en que tú te desestabilices terriblemente cuando la mujer deja de prestarte tanta atención. Si tú como hombre atractivo no reaccionaras, y en cambio, por más que ella llame menos o se muestre un poco fría, siguieras bien y ocupándote de tu persona, no sólo sería mucho más saludable para ti y tu pareja, sino también que tarde o más bien muy temprano, la mujer probablemente volvería a sentir interés por ti.

Ya lo comente en capítulos anteriores: la estabilidad mental en un hombre es importante, es una característica de líder. Y si eres adicto a las mujeres, no puedes ser estable en el trato con ellas. Esto se debe a que cuando pasas a centrarte en una sola, demandas que esa mujer te devuelva la aprobación que todavía necesitas y que antes te daban muchas. Como seductor, todavía necesitas tu droga, la atención de las mujeres.

Y estando con una sola, recurres a ella. Cuando te presta atención todo marcha bien, el problema surge cuando no: te enojas, te frustras, te dan ganas de estar con otras por despecho, para recuperar tu seguridad basada en el ego. Las mujeres eran algo nuevo en mi vida, su atención no me había cansado, no la daba por sentada. Todavía no tenía autoestima, estaba embriagado por la seguridad que me daba sentirme atractivo para las mujeres por primera vez en mi vida, tener citas constantemente, conseguir varios teléfonos por semana, besar mujeres nuevas todos los fines de semana. Cosas que hoy por hoy doy por sentadas en mi vida y que no me estimulan de gran manera.

Enseguida mi pareja empezó a notar que toda mi seguridad se iba por la borda y que me estaba convirtiendo en una máquina de hacer reclamos, pegote celoso y necesitado. Las mujeres tienden a ponernos a prueba; sucede en un acercamiento, pero aún más en una relación, y a medida que mi seguridad menguaba, me volvía mas sumiso. Ella no podía saber que lo que me hacía tan seguro eran las mujeres y no otras facetas de mi vida, y eso era culpa mía, no de ella. Era un hueco emocional que tenía como seductor empedernido y que no había visto antes, porque lo llenaba con la atención constante de las mujeres. Es inevitable que ella pierda atracción, porque ya no eres el mismo que la atrajo en un primer momento. Y ahí es cuando se entra en un círculo vicioso.

Por eso, muchos seductores novatos como lo era yo en ese momento notan que el primer mes de una relación es una maravilla. ¿Cómo no serlo? La mujer se enamora rápido porque sabe qué hacer y lo ve como un desafío; después todo cae en picado. Porque en algún punto, empieza a volverse adicto solamente a ella y no a todas. Y ahí es cuando esa hambre se vuelve demasiado para una sola mujer. No hay manera de que ella pueda satisfacerla.

El tema está en cómo manejamos esta situación. Con los años observé diferentes maneras en que los hombres viven sus relaciones a largo plazo:

La clave

La clave para evitar ser el seductor pegote es tener mentalidad de abundancia con las mujeres y, por encima de eso, tener actividades que te apasionen.

La realidad es que ninguna de las opciones es perfecta. Pero las más sanas, desde mi punto de vista, son la tercera y la última. En uno de los casos, por lo menos se es honesto, en el último se es inmune al proceso. Algo importante a destacar es que estas actitudes dependen de estados emocionales, de tu autoestima, de tu ego. Todos estos elementos pueden variar, y se podría decir que son cíclicos. En mi caso personal, desde mi primer noviazgo, me dediqué a cultivarme personalmente y eso me ha permitido en los últimos años disfrutar de las relaciones de otra manera. Si bien he vuelto a sentir celos e inseguridades en otras relaciones, he notado que tener una vida equilibrada y apasionada tiene un impacto gigantesco en nuestras relaciones con las mujeres y la gente que nos rodea.

Algunas de las mujeres que estén leyendo esto también se van a sentir identificadas, en su actualidad o en su pasado, con estas actitudes. Porque la mujer en general tiene la mentalidad de un seductor. Muchas dependen del hombre para sentirse mujeres. El seductor depende de la mujer para sentirse hombre, y esa es su gran debilidad, el ego es su enemigo constante en todas sus relaciones. Se prueba a sí mismo a través de la mujer, la mujer es el mayor alimento de su seguridad. El hombre atractivo, en cambio, basa su seguridad en algo más profundo y estable como su carrera, su espiritualidad, sus actividades. Es equilibrado y apasionado por otros aspectos de la vida.

Muchos hombres tienen una etapa de seducir mujeres. Viven diez años de matrimonio sin necesitar probarse con las mujeres y por alguna razón, al décimo año, sienten la necesidad de volver a la cancha y probar si todavía pueden. A muchas mujeres les pasa lo mismo, se prueban durante su adolescencia, en su segunda década establecen relaciones monógamas, y en algún momento de su vida necesitan volverse a probar para sentirse mujeres.

Más importante todavía, y es un tema del que no se puede dejar de hablar si se habla de relaciones, es el amor. Desde mi punto de vista, no se puede amar plenamente con el ego entrometiéndose, con el ego demandando atención. Tyler Durden comenta muy bien en su producto Blueprint que sólo un hombre atractivo (lo que él llama natural) puede amar de verdad. Y estoy de acuerdo con eso.

Ese primer noviazgo se terminó hace muchos años ya, sin embargo, si bien influyó, nunca dejé que mi ego fuese razón de la ruptura de la relación. Porque sabía que era algo insalubre, y que me lo iba a llevar de esa relación a la siguiente. También sabía que volviendo a la seducción, lo único que hacía era esconderme de esa debilidad obvia de mi personalidad, que era depender de las mujeres para sentirme seguro.

Al tiempo de cortar volví a la seducción. Pero estaba muy cambiado. Ya no me estaba probando a mí mismo. Esos años en una relación monógama cambiaron completamente mi mentalidad. Si bien terminé teniendo relaciones simultáneas con muchas mujeres (y todas estaban al tanto), no lo hacía para probarme, sino porque lo pasaba bien con ellas. Disfrutaba de la compañía, del sexo y de descubrir al otro. Tuve mis momentos de soledad y fueron igualmente placenteros. Para poder estar bien con otros es clave estar bien con uno mismo. Considero que aprendo mucho en las relaciones, ya que son una oportunidad para crecer, y disfrutar de la vida.

Desde 2006, si bien me dediqué a la enseñanza de la seducción, también me ocupé de transmitir estas ideas, y concienciar a los hombres sobre este tipo de procesos. Paralelamente, seguí acumulando experiencia desde mi vida personal, y aprendiendo de los errores y experiencias de los muchísimos estudiantes que pasaron por la escuela.

Desde entonces he estado en otras relaciones monógamas y he convivido en pareja. La razón por la que fui fiel es simple, mis parejas me dieron todo lo que necesité de una mujer. Y, en la medida en que estar en pareja dejó de tener que ver con probarme como hombre, pude disfrutar a otro nivel de las mismas y elegir parejas más sabiamente. La compañía, las lecciones de vida, los buenos momentos, y las cosas especiales que solamente se pueden compartir con una persona en particular son algo por lo que vale la pena aprender a relacionarse con mujeres y convertirnos en una mejor versión de nosotros mismos.

Signos de interés y desinterés durante la fase de relación

Los signos de interés de relación suceden tanto durante relaciones monógamas como en las polígamas; sea tu amante, novia o esposa.

Signos de interés

  1. Que te llame por teléfono.
  2. Que acepte casi todas tus invitaciones a salir (a menos que tenga una razón lógica para rechazarlas) y que proponga salidas ella también.
  3. Que sea complaciente y activa a nivel sexual.
  4. Que busque tener sexo contigo (para esto debes dejar que ella tome la iniciativa de vez en cuando).
  5. Que proyecte y plantee un futuro juntos.
  6. Que se esfuerce activamente por solucionar problemas de pareja.
  7. Que busque tener una relación monógama contigo y tenga celos.

Signos de desinterés

  1. Que evite tener sexo contigo.
  2. Que coquetee con otros hombres.
  3. Que se muestre desinteresada por solucionar problemas de pareja.
  4. Que genere conflictos y peleas innecesarias dentro de la relación.
  5. Que parezca estar siempre ocupada.
  6. Que diga que tiene dudas sobre la relación.

NOES TEMPORALES E INSISTENCIA

Cualquier signo de desinterés en una relación debe ser tomado como un no temporal. Pero debes tener en cuenta que una relación es algo más serio que un acercamiento. Las emociones en juego son mucho más intensas. Procura seguir los consejos que se brindaron durante este capítulo para lograr relajarte más, ser más conciliador, dejar el ego de lado, aprender de tus errores y centrarte en tus asuntos importantes. Te ayudarán mucho a la hora de vencer noes temporales en una relación. Muchos signos de desinterés son pruebas inconscientes de las mujeres. Cuanto menos te desestabilicen, mas atracción les generarás.

NO ROTUNDO Y RETIRADA

Procura alejarte de cualquier mujer que te desestabilice de manera negativa y deteriore tu vida. Con el tiempo aprenderás a mantenerte estable ante los altibajos de las relaciones, pero hay mujeres que son especialmente dañinas. Las relaciones conflictivas siempre son tu culpa, son consecuencia de la persona a la que eliges como pareja y debido a tus propios conflictos internos. Por lo tanto ten en cuenta que ante determinadas situaciones es bueno que tú sepas decir «no» y te alejes. Otros noes rotundos en las relaciones son cuando la mujer toma la decisión de dejar de verte. En ese caso lo mejor que puedes hacer es preguntarle calmadamente por qué está tomando esa decisión, aprender de lo que te diga y seguir con tu vida. Cada minuto vivido en el pasado es un minuto perdido. Si hay posibilidades de que la mujer vuelva a sentirse atraída por ti, se encuentran en que tú mejores como ser humano y seas feliz; no lo lograrás llorando por los rincones o buscándola desesperadamente.

Caso real: no hay dos iguales

Autor: Iván

El final de mi primera relación de noviazgo coincidió con unas vacaciones de verano y en mi estado de tristeza decidí viajar de mochilero al sur de Argentina. El itinerario incluía bordear la cordillera desde San Martín de los Andes a El Bolsón en una suerte de retiro espiritual. Al viaje se sumaron dos de mis mejores amigos y vagamos por pueblos, lagos y bosques durante un mes.

Una tarde, sentado a las orillas de un lago, comencé a entristecerme recordando a la pareja con la que acababa de terminar y se lo comenté al amigo que tenía a mi lado. Él, en una mezcla entre hartazgo y arrebato de iluminación intentó poner punto final a mi duelo de una manera que se me grabó en la memoria:

—Levanta una piedra del suelo, Iván –le hice caso y levante una de la orilla del lago, repleta de cantos rodados.

—Ahora, obsérvala un rato, detente en lo que la hace única y diferente al resto –cuando asumió que ya lo había logrado, continuó–: ahora cierra los ojos y hazla girar muy rápidamente en tu mano, ahora más rápido, más… –la piedra cayó de entre mis dedos.

—Ahora, sin abrir los ojos, búscala entre las otras piedras –estuve un buen rato intentando buscarla y no lo logré–. No te obsesiones con volver a encontrar la misma piedra, era única e irrepetible, tu obsesión con ella no te permite ver que el suelo está lleno de piedras, todas diferentes pero iguales o más bellas que la que se te escapó de las manos.

En aquel momento me pareció una gran revelación. Había aprendido a tolerar los rechazos de una mujer en un acercamiento, en una cita, en una relación corta. Había aprendido a concentrarme en el presente y continuar avanzando, aprendiendo y creciendo sin obsesionarme en lo que no podía cambiar. Pero todavía no lo había hecho con una relación de años como fue mi primer noviazgo. Entendí en ese momento que el secreto era el mismo, no vale la pena obsesionarse con recuperar lo perdido, la obsesión no te permite ver todas las otras oportunidades que se te presentan. La misma actitud sirve para superar un rechazo al acercarse a una mujer y para recuperarse de una ruptura.

Lo que no debes olvidar sobre la fase de relación

• Hace falta cierta experiencia para aprender a gozar más sanamente de las relaciones. Pero con eso no basta. No sólo es importante saber qué se quiere en una relación, también es importante que tú estés lo suficientemente bien como para ofrecer lo mejor de ti, no hacer un mundo de pequeñeces y saber disfrutar de lo positivo dejando de lado lo negativo.

• Los celos enfermizos y codependencia en las relaciones suelen ser producto de una vida desequilibrada, donde prestas demasiada atención a tu pareja. Muchas veces esto es producto de no haber llegado a tener autoestima con las mujeres y a tener una vida poco apasionante en otras áreas importantes. Ambas situaciones son corregibles, como ya sabes.

• La gente negativa y conflictiva suele atraer a mujeres con las que mantienen relaciones destructivas, mientras que la gente positiva y productiva suele mantener relaciones enriquecedoras. Rara vez una relación podrá resolverte la vida; más bien deberías centrarte en aprender a valerte por ti mismo antes de buscar relaciones serias.

• Pregúntale a tus amigas dudas sobre cómo seducir a mujeres. Averigua sus puntos de vista.

• Hay mujeres que no quieren compromisos, sólo tienes que buscarlas.