Extractos del texto de Rosenberg «Vermerk über eine Besprechung beim Führer am 29. September 1941 im Führer-Hauptquartier» («Notas sobre una reunión con el Führer celebrada el 29 de septiembre de 1941 en el cuartel general del Führer»), 2 de octubre de 1941 (once páginas, copia a máquina, sin firma), USHMMA, RG-71 Acc.2001.62.14, y también en USHMMA, RG-71, box 380, USHMMA, RG-14.017M (BAB, R 6/4).1
Presentes, aparte del Führer y de mí mismo: Lammers, ministro del Reich, y Bormann, Reichsleiter.
A título de introducción, el Führer subrayó la extraordinaria importancia de que todos los trabajos avancen adecuadamente en Ucrania. Le expuse las noticias que llegan en relación con la agricultura: ya se ha recogido buena parte de la cosecha, pero aún no se ha progresado lo suficiente en las labores agrícolas propias del otoño y no es posible contar con que el año que viene se obtendrá todo el beneficio que correspondería. A continuación, se abordó en su integridad el problema de la futura organización de Ucrania. El Führer habló del maravilloso suelo, que, dada la primitiva explotación que se había hecho de él hasta el momento, durante mucho tiempo no había producido todo lo que habría sido posible obtener de él si hubiese estado en manos alemanas. Volvió en varias ocasiones a la idea de que debemos velar por el rendimiento y, en general, las riquezas, tanto en interés de Alemania como en el de otros estados. En lo que concierne a los asuntos nacionales, había recibido de nuevo un memorándum de Ucrania en el que se señalaba que sus habitantes se sienten ucranianos, pero no porque deseen separarse de Rusia, sino, antes al contrario, porque consideran que representan a Rusia. Con todo, una gran Ucrania ligada a Rusia supone un peligro. En cuanto a la actitud actual y la impresión que tienen los ucranianos, existen diferentes visiones. Declaré que, ciertamente, hay discrepancias a la hora de determinar qué solución es la más adecuada, pero tengo dudas sobre la conveniencia de adoptar públicamente en este lugar las mismas consignas que en Rumanía. El hermano de Antonescu declaró en una rueda de prensa que el sentido de esta guerra es luchar contra los eslavos. Acto seguido, el agregado de prensa de Bulgaria, presente en aquel acto, se levantó, rojo de furia, y abandonó el lugar. Expliqué que, independientemente de la solución que se aplicara, no considero adecuado realizar proclamaciones de ese tipo, que, en mi opinión, dificultarán en el futuro la relación con los ucranianos ... No me parece correcto que la voluntad de trabajo que existe en la actualidad se vea mermada a través de medidas draconianas, que no traerán sino dificultades para la Administración y la Wehrmacht.
Me permití, en vista de aquella reunión, realizar algunas propuestas concretas para una administración efectiva:
1) La dirección administrativa no deberá realizar ninguna declaración oficial sobre el futuro nacional de los ucranianos. A las preguntas que surjan de forma natural entre los ucranianos, los alemanes deberán responder del siguiente modo:
a) Tras los difíciles combates, ha sido necesario analizar la situación para comprobar cuáles son los efectos que han provocado en Ucrania veinte años de bolchevismo.
b) En cualquier caso, resulta evidente que los graves daños determinan la necesidad de mantener durante mucho tiempo una administración alemana, con el fin de ir solucionando poco a poco tales daños políticos y económicos.
c) Solo el Führer podrá adoptar una solución definitiva más adelante, fundamentalmente en función del comportamiento de los propios ucranianos.
2) En caso de que surjan protestas en relación con la cesión, a tres departamentos, de territorios ucranianos o que se contemplan como ucranianos, la respuesta alemana ha de ser la siguiente:2
a) En esta guerra del Este se ha aportado una ingente cantidad de sangre alemana. Para que ello fuera posible, el pueblo alemán en su conjunto ha aceptado en los últimos años numerosas privaciones, así que queda descartado repetir en lo sucesivo esta enorme aportación.
b) El pueblo alemán, que vive en un estrecho espacio, tendría derecho, de forma prioritaria, a ampliar su territorio para no verse atrofiado. En cualquier caso, los pueblos del este de Europa disponen de mucho más espacio que las naciones del centro y del oeste del continente.
c) En el Comisariado del Reich de Ucrania, que se extiende más allá del espacio real en el que están establecidos los ucranianos, sería posible organizar un asentamiento en el norte y en el este, contiguo al espacio del asentamiento actual. Si Alemania ha acogido a sus decenas de miles de colonos procedentes de diferentes regiones, no es extraño que se produzca también un desplazamiento de los ucranianos.
d) En general, también los ucranianos deben estar dispuestos a admitir grandes sacrificios, ya que sin la aportación de la sangre alemana ellos estarían perdidos o el bolchevismo los habría exterminado por completo.
e) Para evitar cualquier nuevo ataque por parte de Moscú, el Reich alemán deberá encargarse de proteger el Este, dado que es el único imperio que se encuentra en condiciones de garantizar una protección de este tipo en un futuro inmediato.
3) En vista de toda la destrucción que han provocado los bolcheviques, principalmente en Kiev, la Administración deberá renunciar en un primer momento a crear instituciones educativas centrales de nivel superior.
La inteligencia ucraniana, especialmente en el oeste (Leópolis), ya ha emitido una serie de proclamaciones precipitadas y, en la situación actual, no existe ningún interés por parte de los alemanes en crear un nuevo estrato de inteligencia que pueda obstaculizar, a través de una actuación imprudente, una sosegada organización de la economía en los próximos años.
Los rusos, que en la actualidad aún están presentes, han de ir desapareciendo progresivamente. En cuanto a la cuestión eclesiástica, se deberán permitir por igual todas las asociaciones confesionales, dado que Alemania no puede tener interés alguno en que se constituya una única iglesia fuerte que oprima a las demás. En las regiones que presenten una población mixta, se deberá dar prioridad al asentamiento de los ucranianos frente a los rusos ...
A continuación, la conversación pasó al tema de la relación del Reichsführer de las SS —en calidad de jefe de la Policía alemana y de comisario del Reich para el Establecimiento de la Población Alemana— con respecto a la Administración. En este sentido, el Führer declaró que en la guerra, cuando la Wehrmacht y la Policía llegan a un territorio ocupado y confiscan cualquier fábrica (de ropa, de calzado), se debe analizar la cuestión considerando que lo importante es que las cosas funcionen, y que lo demás ya se arreglará más adelante. Además, la cantera de Linz, con presos, es una realidad gracias a Himmler, y las fábricas de ladrillo podrán suministrar enormes cantidades de productos. En teoría, y consideradas en su conjunto, las fábricas que se desea establecer en Ostland apenas tendrán el tamaño de una gran empresa privada. Me referí entonces a la información acerca de los bienes solicitados. También en este caso el Führer recomendó generosidad.
Formulé entonces la siguiente protesta: para una unidad de la Administración, resulta imposible actuar cuando, después de algún tiempo en una región cerrada, un nuevo departamento del Reich decide intervenir repentinamente, en virtud de su autoridad, en todos los ámbitos de la vida ... Declaré que deseaba mantenerme leal a Himmler y que estaba dispuesto a llegar a cualquier acuerdo imparcial, pero que me oponía a la circular en la que se indica que los Volksdeutsche3 de Wartheland solo podrán establecerse en los comisariados del Reich del Este si así lo autoriza Himmler y que, además, una vez acabada la guerra, tendrán que regresar. Se decidió unánimemente que no se planteará ningún traslado, si bien resulta necesario contar con algunos expertos, para lo cual no se puede esperar a que Himmler dé su autorización. En el caso de los habitantes de Alsacia y de Ostmark es evidente que han de volver a su patria. Añadí que hay gente en Wartheland que ha tenido que abandonar en un plazo de veinticuatro horas las granjas que con tanto esfuerzo han construido durante dos años. El Führer me instó, muy enojado, a que le citase un caso concreto. Yo le respondí que podía señalarle no solo un caso concreto, sino muchos de ellos. Se acordó que Himmler y yo nos reunamos en presencia de Lammers y Bormann.
En Berlín, a 2 de octubre de 1941.
R/P