Extracto del texto de Rosenberg «Vermerk über Vortrag beim Führer im Führer-Hauptquartier am 14. 11. 1941» («Notas sobre la información facilitada al Führer en su cuartel general el 14 de noviembre de 1941»), del 19 de noviembre de 1941 (siete páginas, a máquina), USHMMA, RG-71, box 143.1
A título introductorio, informé al Führer sobre los trabajos que se habían realizado hasta ese momento para la creación del Ministerio del Este. En este sentido, expuse las negociaciones que se habían mantenido con las máximas autoridades del Reich, que quieren que el Ministerio sea un órgano de paso para sus órdenes. En vista de que ello resulta imposible, exigen contar al menos con un departamento principal propio para cada una de ellas, propuesta a la que también me he opuesto, dado que daría lugar a una organización excesivamente compleja. Habida cuenta de la situación, lo adecuado será crear únicamente cuatro departamentos principales (Política, Administración, Política Económica y Técnica).
El Departamento Principal I se ocupará, fundamentalmente, de las cuestiones de política general, política territorial y de Comisariados, política cultural, información y prensa, así como política de asentamientos. Elaborará los mapas del Este, registrará los asentamientos de los Volksdeutsche durante años (algo que, por ejemplo, sería de gran utilidad para los viajes del Obergruppenführer Lorenz) y gestionará toda la información procedente de los Comisariados del Reich.2 También transmitirá a todos los comisarios generales los datos —estadísticos y de otra índole— de su distrito, señalará las fronteras internas de los Comisariados de zona y, naturalmente, atenderá las diferentes aspiraciones de los pueblos, como las de letones, lituanos, etc. Asimismo, analizará las reclamaciones de las iglesias y se encargará de evitar que estas adopten formas que supongan un peligro. Este Departamento editará la biblioteca completa de los territorios del Este3 y, en colaboración con la prensa, fundará periódicos en Riga, primero, y posteriormente en Kaunas, Vilna, Revel y demás. También reunirá cada mañana a los representantes de las máximas autoridades del Reich, del OKW, etc., para mantenerlos informados. Asimismo, creará comisiones de selección de prisioneros de guerra.4 En la actualidad existen 28 comisiones de este tipo, pero deberán organizarse otras 25, para separar a los pueblos del Este según sus particularidades debidas a sus orígenes, tratarlos como corresponde y colocarlos en el lugar oportuno. Por el momento, se ha entregado5 a seis mil presos a los servicios de seguridad de las empresas, así como a otros servicios necesarios para la construcción de la economía; mil quinientos aspirantes especialmente cualificados han recibido formación para convertirse en personal de confianza; hay dos mil trabajadores especializados en minas y siderurgia, y mil doscientos conductores, tractoristas o mecánicos de automóviles; setecientos ejercen otras profesiones especiales, ingeniería, etc. Ahora que el Führer ha ordenado emplear a los prisioneros de guerra en el territorio alemán, estas comisiones seguirán trabajando para entregar a Alemania única y exclusivamente el mejor material. El Führer objetó que, para dar a los prisioneros de guerra franceses e ingleses el tratamiento político que corresponde, ha de abordarse la cuestión judía, como ya me dijo en cierta ocasión.6 Le informé de que ya he ordenado que, de acuerdo con sus deseos, se utilice una serie de artículos para la propaganda. Asimismo, añadí que, en colaboración con el OKW, se había conseguido elaborar, sin dificultad alguna, diversas octavillas ...
Durante estos trabajos de organización interna del Ministerio, se realizará también el trabajo externo. Deberán intervenir en torno a mil comisarios de zona, así como sus estados mayores y la protección policial. Dispuse que la Comisión de Personal convocara las fuerzas necesarias y las reuniera en Krössinsee. Acudieron grupos de entre cuatrocientos y seiscientos hombres, a los que se facilitaron ponencias y bibliografía. Las conferencias corrieron a cargo de aquellos que mejor conocían el país, en la medida de lo posible, y que previamente habían recorrido su territorio. Además, se reunió el armamento. Los comisarios recibirán al fin sus carabinas y los comisarios generales tendrán a su disposición un tren especial. Informé acerca de la reunión de Riga y de los datos del comisario general Kube. Creo estar en condiciones de asegurar que el trabajo ha empezado bien y que los representantes en el Este, conscientes de su deber, ya no desean volver.
A continuación, facilité información acerca de la reunión relativa a un Estado Mayor Central de Planificación del Este, que se encargaría de colonizar determinadas regiones. Mencioné la zona situada entre el lago Peipus y el lago Ilmen. En este caso, es posible elegir entre poblar la región con desterrados o bien hacer de ella una colonia militar alemana, con el objetivo de establecer aquí la nueva frontera frente a los eslavos. El Führer optó por la segunda solución. Me referí entonces a los canales, la colonización de Crimea y demás, y el Führer dio su consentimiento para que se comenzara a construir dos grandes asentamientos concentrados, en concreto al este del lago Peipus y en la península de Crimea, así como las carreteras de enlace, en colaboración con el Sr. Todt.7
Pregunté al Führer si había leído las instrucciones dadas al comisario del Reich Koch y si estaba de acuerdo con ellas, a lo que respondió afirmativamente. Entonces le informé de que la palabra «India» se había mencionado de paso, al establecer una comparación con el trabajo en el Este, y me permití entregarle un memorándum sobre este país, así como el libro de Alsdorf 8 ...
Presenté al Führer algunas propuestas provisionales para los uniformes, que le gustaron bastante, aunque consideró que sería mejor colocar las estrellas en el ribete, en lugar de en la hombrera. No tuvo objeciones en relación con las solapas de color. Por otra parte, le expliqué que, si bien entendía los motivos por los que hasta ese momento no se había querido hacer público mi nombramiento, se daba la circunstancia de que Larsen, el ministro danés, se había dirigido a mí para preguntarme si estaría de acuerdo con que se creara un comité de cooperación económica. Además, he recibido invitaciones de embajadores extranjeros en las que figura ya mi nuevo cargo. El Führer confirmó que había llegado el momento de hacer público mi nombramiento.
Entonces abordé la cuestión del tratamiento de la lengua y las escuelas alemanas y expliqué que, en mi opinión, se debería introducir el alemán en las antiguas provincias bálticas, con objeto de que más adelante se imponga como idioma empleado en la enseñanza. Sin embargo, no considero adecuado aplicar este método en Ucrania. Antes al contrario, pienso que allí es suficiente con crear una escuela primaria en la que no se use el alemán, si bien para determinados especialistas se debería dejar abierta la posibilidad de que aprendan la lengua alemana. Por otra parte, no es conveniente que en Europa haya más eslavos germanohablantes que alemanes. El Führer expuso que en tal caso nuestra Administración deberá aprender ucraniano, algo ante lo que me mostré de acuerdo. En lo concerniente a las lenguas extranjeras dentro de las diferentes regiones, el Führer explicó que en este caso no es conveniente recurrir a ningún idioma del oeste. Propuse que en Ostland se enseñara, además del idioma alemán, el ruso, para determinadas categorías, ya que son muchos los letones, lituanos, etc., que más adelante podrían ocupar un puesto directivo en estas regiones limítrofes orientales.
El Führer se refirió al deseo —que le había transmitido un preso— de contar con una legión turca. Informé acerca de la nueva iniciativa del Ministerio de Asuntos Exteriores para someter a la población de Turquestán a una propaganda panturca impulsada por el hermano de Enver Pasha y me pronuncié en contra de la misma.
Además, le propuse al Führer un edicto de tolerancia. Como, de todas formas, las iglesias están repletas, cabría permitir las confesiones y las sectas, lo cual podría organizarse de tal modo que las fuerzas de las diferentes sectas se vayan compensando entre sí. El Führer se mostró de acuerdo: si estamos rodeados de cristianos pero nosotros no lo somos, esta sería una situación favorable. Expliqué que le presentaría un borrador de un edicto de tolerancia en ese sentido.9
El Führer aprobó el sello con su imagen y las palabras «Ostland» y «Ucrania» impresas.
Por último, le informé acerca de la formación continua y la elaboración de las directrices relativas a la organización de las festividades, para concentrar en lo sucesivo a todo el partido en días festivos de carácter histórico. Se prevé conmemorar el cincuenta aniversario del fallecimiento de Paul de Lagarde y también los aniversarios del Federico el Grande, Beethoven y otros. Como pensaba, el Führer acogió mis propuestas con satisfacción.
En Berlín, a 19 de noviembre de 1941, R/H [Firmado: Rosenberg].