París, 5 de enero de 1982
Querida Rosario:
Muchas gracias por tus líneas (fechadas el 7 de noviembre, pero que sólo recibo ahora) y por el simpático cheque azul. Estos pequeños cheques que uno no espera en absoluto, son siempre muy agradables de recibir, sobre todo a comienzos de año pues tienen algo de mensaje favorable.
Pude haberte escrito antes, y ya no sé cuándo lo hice por última vez, pero estuve muy enfermo el verano pasado y todavía tengo que cuidarme bastante. Te lo digo para explicarte por qué no he ido a Puerto Rico como estaba prometido, ya que los médicos me prohibieron salir de París y sólo dentro de un par de meses, espero, tendré carta blanca para reanudar algunos viajes. Me dolió mucho no ir a Puerto Rico (estoy en deuda con ellos desde hace muchos años) pero espero arreglar alguna cosa para el otoño próximo.
Como puedes ver, estoy lejos de poder visitar Nueva York hasta un futuro poco preciso. Entre tanto espero que tu trabajo siga muy bien y que te diviertas lo más posible con él, que es la única cosa que justifica el trabajo en este mundo. Yo he vuelto a escribir un poco después de ese verano tan duro, y creo que hacia agosto o septiembre saldrá una antología de poemas con textos en prosa y otras cronopiadas. Me divierto haciéndolo, y a la vez soy más severo que nunca.
Gracias otra vez por tus líneas, y un abrazo cariñoso de tu siempre amigo
Julio
Tal vez tu carta llegó atrasada porque fue enviada a la rue “Markel”. La dirección correcta es:
4, rue Martel
75010 PARÍS
Paris, le 5 Janvier, 1982
Monsieur Philippe Maillot
ORADOUR/GLANE
Monsieur,
Je trouve que votre synopsis pour l’adaptation au cinéma de “La nuit face au ciel” suit de très près l’esprit et le développement de la nouvelle, ce dont je vous remercie.
J’attends maintenant le scénario promis, et je vous écrirait là-dessus le plus vite possible.
A bientôt j’espère, très cordialement,283
Julio Cortázar
París, 10 de enero de 1981284
Señor César Brunenque,
ALICANTE
Estimado amigo:
No soy experto ni mucho menos en lectura de sinopsis o guiones de cine, pero la lectura del texto que usted acaba de enviarme me ha interesado. (Antes de seguir quiero decirle que la carta de Mariano Aguirre a que usted se refiere no me ha llegado, pero esto es solamente como información.)
Desde luego hay muchísimas cosas en su texto que me dejan perplejo y a veces casi a oscuras, pero me conozco y sé que muchas veces me ocurre lo mismo cuando veo películas; siempre hay alguien que más tarde me las explica en todo o en parte, pues yo tengo una especie de visión lineal del cine, y se me escapan las complicadas y sutiles metáforas visuales que se utilizan tanto actualmente, y que desde luego parecen abundar en su proyecto. Lo que me queda como impresión es un sentimiento muy positivo, de algo lleno de interés, y que sin duda podría dar una película excelente.
Usted estima que mi participación podría ser útil, y en principio no tengo por qué negarme a dársela, en la medida en que no me cree problemas complicados de tiempo, que es mi gran problema de estos últimos años. Por eso le pediría que llegado el momento me tenga al tanto de la marcha de las cosas, de manera de ver si finalmente podemos coordinar su trabajo con el mío personal –que incluye sobre todo numerosos viajes al extranjero, a veces muy prolongados–.
Le deseo muy buena suerte en sus planes, y quedo a la espera de cualquier novedad que quiera comunicarme.
Un saludo muy cordial,
Julio Cortázar
P. S. Usted dice haberme enviado un guión en abril del 81, y que yo le contesté algunas palabras de aliento. Me alegro, pero no he encontrado las huellas de esa correspondencia. ¿Se trataba del mismo trabajo? Quizá no tenga importancia ahora, pero se lo señalo para que todo quede en claro.
París, 17 de enero de 1982
Mi querida mamá:
Nos llegaron tus saludos y los de Ofelia para fines de año, y los agradecemos mucho. Por mi parte espero que te llegó mi última carta, y también una revista francesa donde había una foto mía que me tomaron sin que yo me diera cuenta mientras aplaudía a los músicos que tocaban tangos en Trottoirs de Buenos Aires. Envié esa revista por correo certificado, creo, y espero que haya llegado a tus manos.
Hace tres días me encontré con Aurora que acababa de regresar, y que naturalmente tenía muchas cosas que contarme, empezando por las visitas que hizo a tu casa. Me alegró saber que las había encontrado bien a las dos, y que había podido pasar un buen rato cerca de ustedes.
Aurora me dijo que dadas algunas reflexiones tuyas, había creído necesario ponerte al tanto de algo que yo te oculté por razones que nadie puede comprender mejor que vos. Me refiero a la grave enfermedad que tuve durante el verano, mientras Carol y yo estábamos de vacaciones en el sur de Francia. Creo que entonces, cuando pude escribir, te hablé de una angina, pero fue mucho más y peor que eso. No insistiré en los detalles porque creo que Aurora te los dio. La cosa fue tan inesperada como violenta: una hemorragia gástrica que, según se supo después, había sido provocada por el abuso involuntario de aspirinas, cosa que según parece le sucede a mucha gente. Ocurrió que como la angina era muy violenta, el médico me dio una enormidad de calmantes a base de aspirina, sin sospechar que yo podía ser demasiado sensible a ese remedio; el resultado es que se produjo una hemorragia intestinal tremenda, y sólo me salvé gracias a la serenidad y a la inteligencia de Carol, que me encontró desmayado en el pasillo de la casa que habíamos alquilado, y que tuvo la presencia de ánimo de envolverme en frazadas y llamar a un médico y una ambulancia. Todo esto sucedía en un sitio apartado pero cerca de Aix-en-Provence, en cuyo hospital me tuvieron en reanimación durante 8 días. Buscando úlceras que por suerte no existían, me abrieron el estómago, y realmente hubo momentos en que creí que no me quedaba mucha vida. La presencia y el amor de Carol me salvaron más que los médicos, aunque éstos fueron admirables. En fin, después de casi un mes en una cama del hospital, pude salir ya curado aunque muy débil. Fue entonces que desde la casa de nuestros amigos Thiercelin, situada en las colinas provenzales, pude escribirte mientras convalescía de esa amarga experiencia.
Todo esto no te lo cuento por gusto, como te imaginás, pero dado que ya lo sabés en sus líneas generales, prefiero que estés enterada con más detalle, porque te ayudará a comprender otras cosas y a sentirte más cerca de nuestra situación actual. Carol y yo quisiéramos que sepas cuánto nos queremos, y que nos hemos casado para resolver por una parte problemas prácticos (Carol podrá tener ahora mi nacionalidad, y eso significa un gran alivio en materia de trámites, pasaportes, etc.), y por otra parte nos gusta sentirnos casados aunque exteriormente eso no sea más que una formalidad.
Encontré muy bien y muy quemada a Aurora, pero no nos va a superar en eso porque dentro de un mes nos iremos a Guadalupe, en las Antillas francesas, a quemarnos tanto como ella en el Uruguay. Mi médico piensa que unas vacaciones tropicales afianzarán mi buena salud, y de paso nos escaparemos a una parte del invierno francés que, como sabrás por los diarios, se traduce por nieve, inundaciones y un frío que por momentos se hace sentir a fondo.
Aurora me dijo también que después de hablar con vos, piensa que llegado el momento tal vez te decidas a cambiar de idea y viajar con Ofelia para encontrarnos a nosotros en el Brasil, que como sabés es el único país de esas latitudes donde puedo poner los pies con seguridad. Como te imaginás, eso me ha llenado de alegría, pero no quiero insistir en absoluto; vos pensalo despacio, y si en los meses que vienen te sentís con ánimo, yo creo que cinco horas de avión no pueden hacerte daño, ni tampoco pasar unos días con nosotros en un lugar tranquilo y agradable.
Lo de Guadalupe me vendrá muy bien ahora, porque he tenido y tengo bastante trabajo en París. Me ocupo activamente de los problemas que existen no solamente en Argentina sino en los países que la rodean, empezando por Chile. Y además dedico muchos esfuerzos a Nicaragua, que tan admirablemente lucha por mantener su soberanía frente a los Estados Unidos que quisieran aplastarla. Supongo que los diarios que leés te dan una idea completamente opuesta a lo que te digo, pero aquí sabemos que luchar por Nicaragua y sobre todo por El Salvador es en estos momentos luchar por el destino de la humanidad entera. Como te imaginás, esto supone continuas ocupaciones, desplazamientos, reuniones... No me queda mucho tiempo para escribir, pero siento que a veces llega el momento en que alguien como yo tiene que escribir con actos más que con palabras.
Bueno, mamita, me parece que te estoy dando una lata tremenda. Espero recibir pronto una carta tuya, y ojalá lo del departamento se esté ya arreglando. A propósito: ese asunto significará sin duda gastos de escribano, de modo que decile a Ofelia que me los haga saber, porque yo me encargo de ellos. Y de paso te digo que después de lo que leo y sé de la situación económica en nuestro pobre país, he decidido enviarles algo más de dinero mensualmente. Ya he escrito a mi banco para que remita mensualmente 300 dólares en lugar de 200. Pienso que será un buen refuerzo para ustedes dos.
Carolita, a quien oigo desde aquí escribiendo a máquina como una pequeña locomotora, sabe que te escribo y te manda muchos cariños, lo mismo que a Ofelia. Yo les deseo como siempre buena salud y tranquilidad, y les envío todo mi cariño, junto con un gran beso para vos de tu hijo que tanto te quiere,
Julio
Aurora me dio la cajita con los dos perritos. Que hayas pensado en enviármela me hace muy feliz, porque recuerdo cuánto le gustaba a Paco.285 Esa cajita lo acerca todavía más a mi recuerdo. Gracias, con otro beso.
París, 19 de enero de 1982
Señor Manuel F. Zárate P.
PANAMÁ
Estimado compañero:
Acabo de enterarme de que la reunión del Comité Permanente286 se efectuará del 4 al 8 de marzo de este año. El cambio de fechas me permitirá asistir a dicha reunión, cosa que en el mes de enero me hubiera sido imposible.
Con respecto al viaje, quisiera dejar aclarado desde ya lo siguiente: Mi esposa y yo viajaremos a Guadalupe el 14 de febrero, y estaremos allí hasta los primeros días de marzo. Por consiguiente, no será necesario que ustedes me envíen un billete París-Panamá-París, sino dos billetes Guadalupe-Panamá-Guadalupe. Dada la diferencia de precio, supongo que no habrá inconveniente en que sean dos billetes en vez de uno. El viaje deberá ser de ida y vuelta, pues nosotros volveremos a Guadalupe después de la reunión, dado que tenemos un billete “fijo” de Air France, y deberemos embarcar en Guadalupe para regresar a Francia.
Desde luego, le ruego desde ya que trate de obtener que el vuelo de Guadalupe a Panamá se haga entre el 2 y el 3 de marzo, a fin de llegar a tiempo para la reunión y a la vez no perder demasiado de nuestras vacaciones en Guadalupe. Supongo que habrá vuelos diarios, directos o indirectos, pero es algo que ustedes verificarán mejor en Panamá.
Nosotros salimos para Guadalupe el 14 de febrero. Por ello es muy importante que este asunto quede arreglado antes, pues una vez allá las comunicaciones serán prácticamente imposibles.
Quedo a su disposición, agradeciéndole por adelantado sus gestiones en este sentido, y le hago llegar un saludo muy cordial,
Julio Cortázar
4, rue Martel
75010 PARÍS
FRANCIA.
Tel: 824-6138
París, 19 de enero de 1982
Mi querido Mariano:
Recibí tu telegrama. Todo va bien, es decir que podré asistir a la reunión de Panamá, cosa que como te imaginarás me alegra mucho.
Por razones de salud, que no solamente se refieren a mí sino a mi mujer (Carol y yo nos casamos el mes pasado), viajaremos a Guadalupe el 14 de febrero para descansar a orillas del mar en un sitio donde nadie me conozca. Acabo de escribirle al señor Zárate, que me envió la invitación oficial de Panamá, para que arreglen la cuestión del viaje en avión de Guadalupe a Panamá; supongo que me contestará pronto. De todas maneras, allá estaremos seguramente. Hace dos días hablé con Gabo, que me confirmó también su viaje (creo que desde Cuba) y con Matta, que loco como siempre no está todavía seguro de ir pero se muere de ganas, de modo que entre Gabo y yo lo estamos convenciendo.
Dile a Fernando que envié a la agencia EFE un artículo donde se trata del caso de los hijos de Roque Dalton.287 Ese texto se publicará en una gran cantidad de periódicos de España y de América Latina, y en ese sentido creo que constituye un aporte para la presión que se pueda hacer internacionalmente en favor de esos muchachos... y de tantos otros.
Sigo muy preocupado con el uso que están haciendo aquí del asunto de Valladares. Cuando no es un gran poeta es un mártir, y así vamos. ¿Cuándo se va a resolver ese problema, que nos crea dificultades a todos y ensombrece lamentablemente la imagen cubana en el extranjero?
Bueno, todo eso lo hablaremos largo en Panamá. Saludos a todos los compañeros, y hasta muy pronto, con un abrazo de tu amigo
París, 29 de enero de 1982
Mi querido Ángel:
Muchas gracias por tus líneas tan cariñosas, que me consuelan un poco de esa tremenda distancia geográfica que nos separa y que vuelve tan raros nuestros encuentros. Sí, estuve muy enfermo, aunque Carol y yo lo guardamos lo más secreto posible para no provocar revuelos periodísticos que me hubieran empeorado todavía más. […]
Como los enfermitos se preocupan por los otros enfermitos, me alegra saber que Marta está bien y que se cuida adecuadamente. No, no recibí Conversación al sur,289 y me gustaría que me llegara cuando ella quiera. Hablando de libros, quiero que sepas que Ayacucho no me envió jamás (a menos de un extravío) ejemplares de Rayuela. No debe ser una cuestión de domicilio, porque recibí sin problemas la bella edición de Rubén Darío. Ahora vi mi libro porque Alazraki me hizo llegar uno de los dos que él tenía, y por cierto la edición me pareció excelente. ¿Creés que si llegado el caso les decís una palabra, me mandarán uno o dos ejemplares? Que los manden a mi casa, pues la boîte postal no funciona más, y muchas gracias.
La discusión con Liliana Heker me deja mal gusto en la boca, como por lo demás todas las polémicas. Tanta mala fe acaba por quitarte las ganas de poner cosas en claro, pero la verdad es que entre los escritores que siguen en la Argentina hay muchos que, por razones de mala conciencia o de puro resentimiento, multiplican sus ataques contra los exiliados. Una vez más, los argentinos prefieren dividirse en cualquier campo en vez de hacer un frente contra el único enemigo que hay que combatir. Y ahora que les regalan (casi no hay otra palabra) un poco más de libertad, empiezan a sacar pecho y hasta a dedicarles, algunos de ellos, sus nuevos libros a Walsh, a Paco Urondo o a Haroldo Conti, por quienes no hicieron un carajo cuando había que hacerlo. (Conste que no le pido heroísmo a nadie, empezando por mí mismo, pero hay límites para ciertas indecencias.) Si no pudieron hacer nada antes, de acuerdo, puesto que aquello era un campo de muerte, pero que empiecen ahora a querer ser los patrones de la vereda, me parece repugnante en muchos casos que conozco. En otro terreno, pienso en alguien como Sábato que ahora se pone al frente de un grupo de protesta por la cuestión de los desaparecidos, y que afirma con tanta frescura “que ya es tiempo de que en el extranjero se enteren de lo que pasó en la Argentina”. ¿Y qué han hecho decenas y decenas de escritores y periodistas exiliados en estos años, sino denunciar diariamente en coloquios, diarios, radios y libros el drama argentino? Y me paro aquí porque me da asco seguir.
¿Cuándo nos vemos? ¿Cuándo me mandás textos tuyos? Ya sé que no tenemos mucho tiempo para escribirnos; por eso te agradezco tu mensaje tan cariñoso. Besos a Marta, y para los dos todo el afecto de Carol y de
Julio
París, 29 de enero de 1982
Querido Sergio:
Claribel y Bud te llevan esta carta junto con un gran abrazo a la distancia. En febrero no pude encontrarme aquí con Ernesto, pero él me hizo llegar un papelito en el que me transmitía una invitación tuya para ir a Managua. Tal vez habrás sabido entre tanto que este verano estuve muy enfermo, y que debí cancelar todos los viajes planeados, que abarcaban Nicaragua, Cuba y Puerto Rico. Pero ya estoy mejor, aunque todavía tengo que cuidarme porque parece que los glóbulos blancos tienden a proliferar en mis venas y hay que convencerlos de que se queden tranquilos, lo que no es fácil dado su carácter tumultuoso y desobediente. De manera que si no pude ir antes, iré después, es decir para el 19 de julio. Carol y yo pasaremos unas semanas en Guadalupe, en parte por razones de salud, y de allí nos arreglaremos para saltar a Managua.
Acabo de ver una foto tuya en Ventana. Con un aire de gran atención examinás unas piezas de alfarería presentadas a un concurso, y se te ve muy bien a pesar de que no tendrás mucho tiempo para descansar. Por cierto que en Ventana salen artículos y textos muy interesantes, y sus páginas me ayudan a mantenerme al día en el proceso cultural en que todos ustedes están empeñados. Cuando vaya, me gustará conocer a la gente que se ocupa de la revista, porque admiro mucho su trabajo.
No te tomo más tiempo, porque la verdad es que tampoco yo lo tengo; aquí se trabaja mucho por nuestros países oprimidos, y me paso la vida de reunión en reunión, o escribiendo artículos para los diarios. Confío en que Managua nos deparará unas horas para charlar de viejos y nuevos tiempos (sobre todo de los nuevos). Hasta entonces, pues, con todo el afecto de Carol para Tulita y vos, y mis abrazos cariñosos de siempre,
Julio
París, 30 de enero de 1982
Mi querida Claribel:
Dos líneas “al raje” para cosas urgentes. Primero de todo quiero que sepas lo contento que estoy por la noticia que nos dio Laure sobre la publicación de El detén. Ya sabes cuánto amo ese relato, de modo que comprenderás mi alegría. Si a eso se suma la noticia que acabo de tener sobre la operación en El Salvador contra la aviación de la Junta, mi alegría es doble. ¿Será cierto que han liquidado la mitad de la aviación de los monstruos? Ojalá, pero en todo caso es una respuesta más que elocuente a las maniobras “electorales”...
Esta mañana llevé a Carol al aeropuerto, y en este momento está volando hacia Montreal y Boston. Su hermana está muy gravemente enferma, y ella quiere estar con la familia durante una semana. Ya ella misma te mandará noticias más tarde.
No sé cuándo se van ustedes, pero aquí te adjunto cartas para Tomás y Sergio, junto con grandes abrazos para ellos y los suyos.
Fin del telegrama. Que estén bien, que sigan las buenas noticias y que nos veamos en julio entre los queridos nicas. Un gran abrazo para Bud y para vos, mi jefa, una venia muy respetuosa seguida de un cariñoso chirlo en la cola y un gran beso de tu subordinado pero sobre todo amigo
Julio (cabo raso)
París, 4 de febrero de 1982
Mi querido Jaime:
Te devuelvo las pruebas, corregidas. Están muy bien, pero como ocurre siempre hay algunas erratas que he ido encontrando y señalando.
Creo bueno decirte que los tipógrafos no parecen haber utilizado las ediciones originales que me pediste y que te envié. Yo había ido marcando algunos ligeros cambios en ellas (mientras controlaba traducciones de los libros), y me he dado cuenta de que no habían sido tenidos en cuenta, lo que probaría que la imprenta utilizó ediciones diferentes. Por supuesto he corregido nuevamente, pero te lo digo porque puede serte útil saberlo.
Como siempre, se repiten algunas cosas a las que ya estoy acostumbrado en materia de cambios. Varias veces, el tipógrafo o el corrector me ha puesto comas donde yo no las había puesto, y como es natural las he suprimido. No dudo de que esas comas son correctas, pero ocurre que mi ritmo de escritura es diferente y no estoy dispuesto a cambiarlo. Algo parecido sucede con el signo de interrogación que en varios casos fue cambiado de lugar para ajustarlo a algún precepto que poco me importa.
Hablando también de comas, en las pruebas de Las armas secretas, la impresión demasiado liviana las borra en una buena parte, pero como queda espacio adicional entre las palabras, me doy cuenta de que están impresas y no me he molestado en reponerlas; en una página donde la cosa era demasiado molesta, lo señalé al margen para estar seguro de que verificarán si las comas están en su lugar.
Un último detalle. Cuando una frase empieza con el pronombre él, yo entiendo que la mayúscula debe llevar acento pues de lo contrario parece un artículo y el lector tropieza hasta encontrar el verdadero sentido. Probablemente en España no se estile hacerlo, pero yo he insistido en que impriman Él y no El.
¡Mira que los escritores somos fastidiosos!
Presumo que estas líneas no te alcanzarán, y que ya andas tomando café en La Habana. Te deseo una feliz estancia por allá, y que el premio sea interesante para los jurados. Acabo de enterarme de que la reunión del comité permanente del que formo parte (de resultas del encuentro de escritores de septiembre del año pasado) se realizará en Managua y no en Panamá, del 4 al 8 de marzo. Me alegro del cambio, porque podré ver de nuevo a mis queridos “nicas” y encontrarme con ellos y los cubanos al mismo tiempo.
Hasta siempre, con los mejores cariños de Carol, y un gran abrazo de tu amigo
Julio
Volvemos entre el 15 y el 17 de marzo a París.
París, 5 de febrero de 1982
Señor Jesús González,
RADIOTELEVISIÓN ESPAÑOLA
MADRID
Querido amigo:
Muchas gracias por tu carta, que respondo con atraso porque mi salud no ha sido demasiado buena en estos tiempos.
He leído el guión de la adaptación de mi cuento “Instrucciones para John Howell”, y me es muy grato decirte que lo he encontrado excelente. La señora Ángela Duerto tiene evidentemente mucho talento para este tipo de adaptaciones, y creo que si en el plano visual la realización responde a su guión, el resultado será sin duda una excelente versión. Me ha divertido mucho ver la fusión que la señora Duerto ha hecho con otro cuento mío, y sobre todo con Ivanhoe, de Walter Scott, que es un libro que amo desde la infancia. Por todo ello, entiendo que ha enriquecido las posibilidades de mi cuento, y que ahora todo depende del director y, muy especialmente, de los actores. Ojalá todos ellos estén a la altura de lo que sin duda esperas tú y desde luego yo.
Espero tener la ocasión de darme una vuelta por Madrid dentro de un plazo no demasiado largo, y desde luego te buscaré para que nos tomemos un trago juntos y charlemos. Hasta entonces, dile por favor a la señora Duerto que le agradezco su trabajo, y recibe un abrazo de tu siempre amigo
Julio Cortázar
4, rue Martel
75010 PARIS
París, 8 de febrero de 1982
Querido Edgardo:
Recibí tu postal y las fotocopias. Primero de todo, mi ausencia de TRBA290 se debe simplemente a falta de tiempo o fatiga, aparte de que no siempre me interesan los artistas que actúan.
Con respecto a tu cambio de cartas con el Tata (me equivoco, puesto que él no te contestó todavía, digamos de tus cartas a él) quiero decirte que en materia de rumores yo también los he escuchado, pero sin argumentos ni pruebas que pudieran modificar mi actitud inicial con respuesto a TRBA.
Sin embargo, cuando en el Pariscope me entero de que soy socio de TRBA, me pregunto si no sería llegado el momento de que vos y tus verdaderos socios no hagan una aclaración inequívoca en el sentido de que no tengo absolutamente nada que ver con esa iniciativa. Desde luego no se trata de ninguna “manipulación”, pero me es profundamente desagradable que mi nombre, ya bastante conocido en Francia, se vuelva eventualmente una propaganda. Inútil agregar que no pienso en absoluto que vos o tus socios han podido dar esa falsa información al Pariscope, pero tal vez pienso que sería de su deber explicar, cada vez que se presente la oportunidad, que yo no tengo nada que ver con la sociedad formada por ustedes, aparte del gesto amistoso de cederles el título del local.
En cuanto a los rumores sobre el patrocinio de un general, coronel o embajador, también a ustedes les toca demostrar con su manera de actuar que no se trata más que de eso, de un rumor. Personalmente no acepto nada que no venga acompañado de una prueba en firme.
Me voy de Francia por un mes; ojalá que a la vuelta esta situación tan poco agradable se haya aclarado para satisfacción de todos.
Con afectos a Marta, un abrazo de
Julio Cortázar
París, 12 de febrero de 1982
Mi querida mamá:
Acabo de recibir tu carta del 28 de enero, y veo que la has escrito con 38 grados a la sombra, temperatura difícilmente imaginable en París. Yo sé que a vos te gusta más el calor que el frío, como a mí, pero bien me acuerdo de ciertos veranos de Buenos Aires en que por momentos uno se sentía al borde de la angustia por la humedad y el calor. Nosotros salimos pasado mañana rumbo a Guadalupe, donde encontraremos lo mismo que vos sentís ahora allá, pero con la diferencia de que estaremos en una isla tropical llena de vegetación y con playas muy hermosas, que como te imaginás, compensan de sobra el exceso de calor que se pueda sentir por momentos. Nos vamos a quedar un mes, buscaremos algún bungalow tranquilo al borde del mar, y allí leeremos y trabajaremos a la vez que descansamos de la vida de ciudad que cada día se vuelve más complicada.
Te diré que no todas serán vacaciones, pues del 4 al 8 de marzo tendremos que dar un salto a Nicaragua porque yo formo parte de un comité formado por latinoamericanos que luchan por las causas que creo justas y necesarias en nuestros pobres países. Nos gustará mucho volver a Managua, donde tenemos amigos muy queridos, sin hablar de todo el pueblo nicaragüense que es admirable y al que hemos llegado a querer profundamente. El único problema será el viaje, pues en esas regiones no hay vuelos directos, de modo que lo más probable es que tengamos que volar de Guadalupe a Venezuela, de allí a Panamá y de ésta a Nicaragua... Ya ves que no será demasiado simple, pero estamos acostumbrados, yo llevo años y años haciendo esa clase de viajes y los tomo con mucho buen humor. Una vez que termine mi trabajo en ese comité, volveremos a Guadalupe, donde creo que podremos descansar todavía una semana a solas y tranquilos antes de volver a París. Bueno, a lo largo de estos itinerarios te iré mandando noticias para que me sigas en mis andanzas.
Gracias por lo que nos decís sobre nuestro casamiento, que no hace más que darle un carácter formal a un cariño que ya lleva mucho tiempo. En cuanto a lo de mi enfermedad, no debés preocuparte por haberte enterado de ella con tanto atraso, porque yo mismo quise que así fuera. Estaba seguro de que iba a mejorarme pronto, y prefería evitarte una preocupación que a su vez me hubiera preocupado mucho a mí. Todo lo que te escribí entonces sobre una angina muy fuerte era cierto, pero lo malo es que las aspirinas que me dieron para curarla provocaron una hemorragia gástrica y eso obligó a que me trataran en un hospital hasta recuperar mis fuerzas. Parece mentira, algo en apariencia tan inofensivo como la aspirina... Pero ahora empieza a saberse que no lo es tanto, sobre todo para ciertas personas sensibles al ácido que contiene. Desde luego jamás volveré a tomar una sola aspirina, pues ahora hay otros medicamentos igualmente eficaces. La casa Bayer está bien embromada conmigo a partir de ahora...
Bueno, mamita, que ésta te encuentre con un tiempo algo más fresco y bien de salud. Cariños a doña Ofelia, decile que mande unas líneas, y reciban las dos los afectos de Carolita y, como siempre, todo mi cariño. Te beso muy fuerte,
Julio
12/2/82
Cher Alecio,
Je rénonce au téléphone, inutile de t’appeller... et que tu nous appelles! Il y a un maléfice quelque part, donc je t’envoie ces lignes pour te dire que nous partons à la Gaudeloupe pour un mois. Au rettour on essayera de te trouver et de te voir.
Amités et saudades de Carol et de291
Julio
Desde estas hermosas plalias292 (son realmente admirables, como toda la isla) van cariños y deseos de que estés muy bien. Salimos para Nicaragua pasado mañana (3 aviones, mamá!) y volveremos aquí dentro de 15 días, para regresar a París hacia el 26 de marzo. Te llamaremos en seguida.
Cariños de Carol y un gran abrazo de
Julio
SON EXCELLENCE FRANÇOIS MITERRAND293
PRÉSIDENT DE LA RÉPUBLIQUE FRANÇAISE
PALAIS DE L’ÉLYSÉE
PARIS FRANCE
A LA VEILLE DE VOTRE VOYAGE A WASHINGTON NOUS TENONS À VOUS FAIRE PART DE NOTRE PROFONDE INQUIÉTUDE FACE À LA SITUATION EN AMÉRIQUE CENTRALE. NOUS SOMMES À MANAGUA, NICARAGUA, POUR PARTICIPER À LA RÉUNION DU COMITÉ PERMANENT DE LA RENCONTRE DES INTELLECTUELS POUR LA SOUVERAINETÉ DES PEUPLES LATINOAMÉRICAINS. NOUS CONSTATONS D’HEURE EN HEURE L’ESCALADE DES MENACES PROVENANT DES ÉTATS-UNIS DIRIGÉES PRINCIPALEMENT CONTRE LE SALVADOR ET LE NICARAGUA. FACE AUX MESURES PRISES PAR LE GOUVERNEMENT REAGAN COMPORTANT NON SEULEMENT SON APPUI A LA JUNTE SALVADOREENNE AU MOMENT OÙ LES FORCES DE LIBERATION DU SALVADOR AUGMENTENT LEUR PRESSION À LA VEILLE DES ELECTIONS REFUSÉES PAR LE PEUPLE, MAIS AUSSI TOUTES SORTES DE MANOEUVRES VISANT À PROVOQUER UNE INVASION CONTRE-RÉVOLUTIONNAIRE AU NICARAGUA, NOUS SOMMES CONVAINCUS QUE VOTRE PRÉSENCE À WASHINGTON PEUT AVOIR UNE INFLUENCE CONSIDÉRABLE SUR LA POLITIQUE DES ÉTATS-UNIS POUR LE RESPECT DE LA SOUVERAINETÉ DES PEUPLES DE L’AMÉRIQUE CENTRALE. ICI A MANAGUA NOUS SOMMES TÉMOINS DE LA GRAVITÉ DE L’HEURE ET DE LA DÉTERMINATION INÉBRANLABLE DU PEUPLE NICARAGUAYEN ET DE SES DIRIGEANTS DE LUTTER JUSQ’AU BOUT EN CAS D’UNE INVASION ORCHESTRÉE AVEC LA COMPLICITÉ NORD-AMÉRICAINE EN VUE DE SOUMETTRE UNE FOIS DE PLUS L’ENSEMBLE DE L’AMÉRIQUE CENTRALE A SA POLITIQUE D’ARRIÈRE-COUR. NOUS CROYONS QUE LA VOIX DE LA FRANCE DOIT SE FAIRE ENTENDRE UNE FOIS DE PLUS DANS DES CIRCONSTANCES QUI MENACENT LA PAIX EN AMÉRIQUE CENTRALE ET DANS LE MONDE. CROYEZ A NOTRE SOLIDARITÉ ET RECEVEZ NOS ESPOIRS ET NOS VOEUX DE SUCCÈS DANS VOS DÉMARCHES.294
GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ
JULIO CORTÁZAR
Managua (Nicaragua), 10 de marzo de 1982
Mi querida mamá:
Llevamos ya diez días en Nicaragua, y tal como te escribí desde Guadalupe, te envío ahora algunas noticias. Como desde aquí el correo es bastante inseguro, le doy esta carta a un buen amigo que esta tarde toma el avión para regresar a México, desde donde despachará estas líneas. Espero así que te lleguen a tiempo para el día de tu cumpleaños, y que te lleven mis mejores deseos de buena salud y de tranquilidad, junto con los cariños de Carol.
Nuestro viaje desde Guadalupe fue bueno, aunque muy cansador por el cambio de aviones. Volamos desde Pointe-à-Pitre a Caracas, donde llegamos de noche y tuvimos que buscar un hotel para dormir hasta la mañana siguiente, en que tomamos el avión que iba a Panamá. Llegamos a las ocho de la mañana y nos quedamos todo el día en el aeropuerto de Panamá, esperando un avión que salía a las cinco de la tarde con destino a Managua. Esas horas fueron muy largas, porque en los aeropuertos no hay nada que hacer y es imposible salir; pero finalmente embarcamos, y después de una escala breve en San José, la capital de Costa Rica, llegamos a Managua. Aquí nos estaban esperando muchos amigos personales, periodistas y representantes de la junta de gobierno, y a pesar del gran cansancio que sentía tuve una vez más que pasar por la etapa de las entrevistas radiotelefónicas, la televisión con sus cámaras, y los periodistas de los diarios. Pero al fin llegamos a la casa del comandante Tomás Borge, donde siempre nos hemos alojado pues tiene por mí un afecto muy grande, y pudimos por fin tomar una larga ducha y descansar.
En los días que siguieron cumplí mi trabajo, que no te describiré en detalle pero que me obligó a asistir a muchas reuniones, hablar en actos públicos, etc. Todo esto terminó anteayer, y ahora estamos libres hasta el domingo en que tomamos el avión de vuelta a Guadalupe (repitiendo el mismo itinerario que te escribí más arriba). Aprovecharemos para ver amigos y sobre todo recorrer la ciudad de Managua y hacer algunos paseos al interior de este maravilloso pequeño país tan amenazado en estos momentos y tan valiente y decidido a mantener su independencia. La situación, como sabrás por los diarios de allá (que dicho entre paréntesis, te dará una versión falsa de los hechos) es sumamente grave, y el pueblo de Nicaragua está preparado para una invasión que puede producirse en cualquier momento. Eso y la guerra en El Salvador, que está aquí al lado y que arrecia diariamente, crea un momento verdaderamente peligroso para la paz de América Central, pero los nicaragüenses son un pueblo sereno y decidido, que espera con confianza y no tiene miedo a nada.
Cuando volvamos a Guadalupe, nos quedaremos allí una semana para descansar de estas fatigas antes de tomar el avión de París. En los días que ya pasamos allá no nos movimos de la orilla del mar, pero ahora vamos a recorrer un poco la isla que es muy pequeña y que se puede conocer bastante bien en pocos días. Yo estuve ya una vez hace años pero Carol no la conoce, de modo que se la mostraré antes de regresar a Francia. Estamos quemadísimos por los soles tropicales, y una vez más nos encanta el calor de estas tierras y estas islas. Aquí en Managua la fauna y la flora son maravillosas; cada mañana me despierto en medio de un concierto de pájaros de todas las especies, cuyos cantos son una delicia; viniendo de París, donde no hay más que palomas y gorriones, la diferencia es extraordinaria.
Bueno, mamita, que estas líneas te lleven todo mi cariño y que pases muy bien tu día; espero encontrar unas líneas tuyas en París (llegaré el mismo día de tu cumpleaños). Cariños de los dos para Ofelia, y un beso muy grande para vos de tu hijo que te quiere tanto,
Julio
París, 29 de marzo de 1982
Mi querido Jean:
Carol y yo acabamos de regresar de Nicaragua, con una etapa de descanso en Guadalupe. En ese intervalo de seis semanas te podés imaginar la montaña de correo que se acumuló en mi casa, y en la que me hundí con una especie de desesperación que siempre me asalta al retorno de los viajes.
Por suerte entre todas esas cartas había la de los amigos de veras, y la tuya (que en realidad eran dos) me trajeron a la vez una alegría y un gran remordimiento por mis largos silencios. Sé que los comprendés, y que entre nosotros el afecto no es una cuestión de regularidad epistolar, pero lo mismo te pido perdón por tanto silencio, involuntario es cierto pero igualmente silencioso.
Me apena enterarme de que no estás bien de salud, y ojalá que cuando te lleguen estas líneas ya estés repuesto. Lo mío fue muy grave, una hemorragia gástrica que casi me manda al otro lado, y que tuvo por ridícula causa el abuso de la aspirina. Por si fuera poco, en el hospital de Aix donde me abrieron el estómago y donde pasé un mes (la cosa me ocurrió durante mis vacaciones provenzales) descubrieron una cantidad alarmante de glóbulos blancos, lo cual no tenía nada que ver con la hemorragia, pero así son las cosas, lo que se llama de fil en aiguille… Resultado, que tengo que vivir controlando el número de esos condenados leucocitos, que suben y bajan como ludiones, pero en realidad el tratamiento es muy simple y yo me siento perfectamente bien.
Nuestro viaje a Nicaragua fue tan apasionante como los anteriores. Participé en la reunión del comité surgido del encuentro de intelectuales de La Habana del año pasado, y sobre todo estuve metido de lleno en las actividades populares de todo orden. Cada día siento más admiración por los “nicas”; qué gente admirable frente a las dificultades y los peligros. Diariamente están a la espera de una invasión de somocistas manipulados por los USA, pero no les impide seguir adelante con su trabajo y con su alegría de vivir. Volveremos en julio y agosto, porque me encanta colaborar con ellos, participar en diálogos y reuniones, y ayudar lo más posible en el plano de la cultura.
Aparte de eso consigo trabajosamente escribir uno que otro cuento, que se van acumulando hasta que un día sean otro libro.295 Lo de trabajoso no lo digo por los cuentos en sí, puesto que cuando me vienen, no son ningún trabajo; el problema es encontrar el momento de escribirlos, con esta vida que me ha tocado vivir desde hace años. No me quejo, ya sabés, pero hay momentos en que es duro no tener la soberana libertad que tenía hace quince años...
Sicard me invitó a un homenaje a Lezama Lima en Poitiers, en mayo. ¿No te vas a dar una vuelta? Pienso que pueden ser jornadas agradables, y allí podríamos hablar de tantas cosas. Por el momento no me veo viajando a Toulouse, máxime desde que los trenes destinados a esa simpática ciudad se ponen a explotar en pleno campo.
Jean, que estas pocas líneas te lleven como siempre mi afecto y mi recuerdo. Un abrazo muy fuerte,
Julio
París, 30 de marzo de 1982
Mi querida Anita:
Vuelvo de Nicaragua y encuentro tu carta del 20 de febrero; perdón por la involuntaria demora, y gracias por las buenas noticias que contiene.
En primer lugar, es cierto que olvidé los detalles prácticos, pero no así el fondo del asunto, es decir tu idea de publicar el cuaderno de bitácora y tu estudio sobre él. Ahora que me lo recordás me acuerdo mejor del asunto, y desde luego mantengo mi punto de vista; esos derechos ya no servirán para la campaña de alfabetización de los “nicas”, pero sí para alguna otra cosa, de modo que lo mejor sería entregárselos llegado el momento a quien vos creas el mejor puente para hacerlos llegar a Managua (alguna asociación de solidaridad, por ejemplo, o algo así). Como quizá esto plantea problemas en Estados Unidos, si tenés dificultades llegado el día, yo podría encargarme de recibir y girar lo que sea a través de mis amigos aquí y en Managua. Me alegra que también vos te sumes a esa intención solidaria, y además tengo unas ganas inmensas de conocer el libro y ver cómo exploraste aquel cuadernito...
Tomo nota del libro que prepara Carter, y de lo que me decís al respecto, no me ha escrito todavía, pero es bueno estar enterado para cuando lo haga.
Contesto a tu pregunta: Alejandra nunca tuvo nada que ver con el personaje de la Maga. Rayuela ya estaba escrita cuando me encontré con ella en París. No me sorprende del todo tu pregunta, porque en estos últimos años he oído más de un rumor totalmente infundado con respecto a Alejandra y a mí; hay quienes piensan que fuimos amantes en Europa, otros hablan de largos viajes juntos, etc. Mi hermosa amistad con Alejandra no fue, a pesar de todo, una relación tan estrecha como la que en esos años mantuve con otras personas en París; nos veíamos, ella venía bastante a casa donde Aurora y yo la recibíamos y a veces la sermoneábamos por su peligrosa manera de abandonarse al azar de las circunstancias, con toda clase de riesgos que no le importaban pero que los amigos conocíamos bien. Cuando volvió a Buenos Aires me escribió varias veces, y en uno de mis viajes la vi en casa de Olga Orozco por última vez. Lo que puedo decirte a vos, y te pido que no lo digas a nadie, es que dos meses después del suicidio de Alejandra me llegó una carta muy breve de ella, sin fecha, acompañada de una foto suya, tomando sol desnuda en una playa. Podés imaginarte lo que eso significó para mí; jamás he sabido quién envió esa carta, o si su envío estaba previsto por la misma Alejandra. Pero cosas así, si son sabidas por alguien más (la persona que envió la carta, por ejemplo), pueden haber dado pie a la leyenda de las relaciones amorosas entre Alejandra y yo que, como ya te dije, no existieron jamás.
Bueno, gracias por tus noticias, que sigas muy bien, y recibí los afectos de Carol que se quedó muy contenta con el hermoso párrafo que le dedicaste. Hasta siempre, Anita, con un beso de
Julio
París, 30 de marzo de 1982
Querida Evelyn:
Tu carta llegó mientras estábamos en Nicaragua y Guadalupe, de modo que me perdonarás el retraso. Fue un viaje necesario después de un período de muy mala salud, pero ya estoy bien y contento de haber visitado una vez más a mis queridos “nicas” que lo están pasando tan mal por las razones que conoces de sobra.
Me alegro de saber que Iván y vos están bien y trabajando mucho. Leí el texto sobre Arqueles Bela, que me pareció tan interesante como útil. Veo por tu carta que vos seguís perdiendo tiempo con mis libros, pero eso no sólo no puedo impedírtelo sino que me llena de alegría. Me gustaría mucho conocer tu nuevo ensayo, que según me decís enviaste ya a un editor.
Tendré un año bastante complicado porque se juntan viajes, homenajes (a mí, que es lo peor) y otras obligaciones. Trato de escribir, y de cuando en cuando nace un cuento, de modo que en una de esas habrá otro libro. Acabo de terminar uno que no era fácil de escribir, y todavía lo miro con desconfianza y esperando conocerlo mejor.
Por el momento tengo que descartar toda posibilidad de viajar a USA como me proponés. Muchas gracias, porque a lo mejor más adelante se puede, y ya sabés que me gusta charlar con tus estudiantes; pero por ahora será de nuevo Nicaragua y después México. ¿Para cuándo El Salvador? Qué sombrío y triste está todo...
Mis saludos a Iván y a tus hijos, y hasta siempre, con todo mi recuerdo y mi afecto,
Julio
Ojo! Mi dirección es: 4, rue Martel
75010 París
París, 1 de abril de 1982
Mi querido gaucho Félix:
Mis silencios epistolares harán que al recibir este abultado sobre tiendas a caerte de espaldas; ojalá haya un buen almohadón a tu alcance, pero es el caso que a mi vuelta de Nicaragua siento el deseo –y ya verás que la necesidad– de comunicarme contigo lo antes posible.
Primero de todo, espero que Paca, Lupe y tú estén muy bien. Por nuestra parte hemos vuelto de Managua bronceados como dioses paganos, sin hablar de que además descansamos un poco en Guadalupe, cuyas playas son maravillosas. El asco del clima de París nos esperaba invariable, y pronto pareceremos de nuevo larvas como todo el mundo, pero entre tanto nos hace bien vernos tan quemados y saludables.
Voy al motivo central de esta carta. Estando en Managua, leí en La Prensa un trabajo tuyo titulado “Solidaridad de un socialista demócrata” y que parece ser una reproducción de un texto que publicaste en El Socialista de Madrid. El texto, muy hermoso, se refiere al poeta Pablo Antonio Cuadra, incorporado ahora a las filas de La Prensa; no es pues extraño que ésta haya presentado tu trabajo en forma muy destacada, máxime siendo Cuadra una figura tan extraordinaria, que tú destacas con palabras justísimas y harto merecidas.
El problema, Félix, es otro, y es como siempre y por desgracia, un problema político sobre el cual creo de mi deber ponerte en guardia. Creo que no has estado nunca en Nicaragua, y desde fuera es difícil comprender algunas de las cosas que pasan ahí en este momento; yo, que estoy en mi cuarto viaje y conozco ya a tanta gente, puedo tal vez aclararte un poco el panorama con vistas al futuro.
La Prensa es hoy por hoy, no diré un enemigo del proceso de consolidación del gobierno de reconstrucción nacional, pero sí un factor que en nombre de principios liberales está creando (y creándose) dificultades cada vez más graves. Tú empiezas hablando del premio dado al hijo de Pedro Joaquín Chamorro, y citas a la Federación que se lo dio y la referencia que ésta hace a La Prensa como “símbolo de la libertad”. Todo el error, me parece (y la trampa) está en eso. La misma Federación podría haberle dado el mismo premio al director de La Nación o La Prensa de Buenos Aires, y decir que son “símbolos de libertad”; porque la triste verdad es que esa Federación y esos diarios siguen y seguirán defendiendo en nombre de principios respetables, las prerrogativas, las prebendas y sobre todo las propiedades de las oligarquías, tanto en Nicaragua como en Argentina. Frente a la amenaza diaria de invasión somocista, frente a la lucha realmente heroica (ya sabés que no uso las palabras sin pesarlas lo más posible) del pueblo nica y de sus dirigentes –Borge, Cardenal, Sergio Ramírez, D’Escoto, Wheelock, etc.–, el señor Chamorro se permite calificar diariamente a los revolucionarios del Salvador como “extremistas marxistas” (y esto en los titulares), sin hablar de que en un plano que te es conocido, abre sus columnas a gentes como Montaner, que desde Madrid se despacha una vez más contra mí tratándome de “falso humanista”, etc. Dentro de ese contexto, tu artículo sale en recuadro y precedido por una referencia al “valor de solidaridad y amistad” que representa para La Prensa.
No sé y no puedo analizar las razones que han llevado a Cuadra a sumarse a La Prensa. Aquí se lo quiere y se lo respeta tanto, que nadie se atreve a criticarlo; es como si el mismo Cardenal se hubiera pasado a La Prensa. Gentes como Sergio o Borge están profundamente dolidos, pero piensan que Cuadra responde a un esquema mental para quien un proceso como el de Nicaragua deja de responder a sus ideales humanísticos y liberales, eso que en nuestra América se sigue llamando “democracia” y que, como lo sabés, tiene siempre mucho más de “cracia” que de “demo”. En otras palabras, todo el mundo lamenta que alguien como Cuadra le esté haciendo el juego a la oligarquía nicaragüense, que ve con terror la reforma agraria, la creciente educación del pueblo, la distribución de las riquezas, etc. Soy el primero en reconocer que en este proceso se hacen tonterías y errores, como pasó en Cuba, como pasará en todo movimiento popular de raíz. La Prensa grita enfurecida contra lo que llama la censura, y sin embargo sigue apareciendo cada día y, detalle importante, tira más que los diarios del régimen, es leída por 60.000 personas. Esa libertad la aprovecha para decir diariamente que no hay libertad, y para presentar los sucesos desde un ángulo que consiste en ver la mano de Moscú en cualquier cosa, la del ateísmo ídem, etc. Estando yo allá, he comprobado que se le iba de tal manera la mano en sus críticas (en nada constructivas, muy al contrario) que me asombró que la Junta no suspendiera su publicación o incluso amenazara con el cierre definitivo. La Junta no quiere hacerlo precisamente porque sería malo, porque no está en su espíritu ni en sus deseos; pero La Prensa aprovecha de la presencia de hombres como Sergio y como Borge para abusar diariamente de su “libertad amenazada”, y que ya se quisiera un diario paraguayo o argentino...
Dentro de ese panorama, tu texto me apenó profundamente, porque es evidente que tus referencias al breve cierre de La Prensa, aunque tú lo dices muy brevemente también, nacen de que estás convencido de que ese diario tiene razón en su prédica y que fuerzas negativas del gobierno no quieren aceptar esa razón. Ah, Félix, si te vinieras conmigo a pasar dos semanas en Managua, creo que verías eso desde el único ángulo posible, el de tu honradez moral y mental que conozco de sobra. Por eso te envío estas líneas, junto con fotocopias de tu texto para que leas el título y el copete por si no te hubiera llegado. En cuanto a Cuadra, tú y yo sabemos que es un gran poeta, lo queremos y lo admiramos. Él sabrá lo que hace, y como nadie posee la verdad entera, es bien posible que tenga razones valederas para avalar la política de La Prensa. Yo te digo que a la luz de lo que está pasando en este momento allá, creo que se equivoca.
Bueno, vaya lata. El resto es una vuelta a terreno literario, y cumplimiento de una misión que ojalá cuente con tu apoyo. Te envío un trabajo de una universitaria norteamericana sobre Lisandro Chávez Alfaro, y una entrevista que le hizo. ¿Crees que tendría cabida en los Cuadernos? En estos momentos, una visión del proceso nicaragüense como surge del itinerario de escritor de Lisandro, puede ser útil, me parece, a muchos lectores que no tienen una idea bien definida de lo que sucedió y sucede en el país. La entrevista está, claro, en español, y la reseña en inglés pero esta última es fácil de traducir. Pienso que las dos cosas hacen un corpus sólido, y que no conviene separarlas (aunque se puede sintetizar acaso el estudio, no sé). En fin, tú verás, pero te pido que me avises de tu decisión para poder comunicársela yo a Chávez Alfaro. Por cierto que volveré muy pronto a Nicaragua, pues se puede hacer mucho allá en el plano cultural. Pasé una muy buena noche leyendo textos junto con García Márquez, ante un público extraordinariamente receptivo y sensible; era al aire libre, todo el mundo sentado bajo los árboles, con ese clima del que quisieras no separarte nunca. Pasaré un par de meses con ellos, haciendo talleres literarios, diálogos, esas cosas en que un viejo narrador puede siempre mostrarles algunas cosas a los jóvenes.
Aparte de eso, y robándome tiempo a la falta de tiempo, escribo uno que otro cuento. Se van juntando, y en una de esas habrá otro librito. Novela, ni hablar; imposible imaginar ya un mínimo de seis meses de calma para ese trabajo, de modo que he tirado la esponja y me conformo con los cuentos, que nacen en cualquier parte como hijos naturales y no legítimos.
Mis cariños muy grandes, junto con los de Carol, para los tuyos y para ti, junto con el abrazo de siempre y todo el afecto de
Julio
4, rue Martel
75010 París.
París, 15 de abril de 1982
Señor Vicente Verdú
EL PAÍS
MADRID
Querido amigo:
Muchas gracias por tu carta, y por la inmediata atención que has prestado al problema de Ariel Dorfman; me alegra por adelantado pensar en su propia alegría cuando lo sepa.
En cuanto a nuestro problema, tu carta aclara varias cosas, lo que mucho te agradezco. Por mi parte, y antes de pasar a la acción, pienso que hay alguna otra cosa que dejar bien establecida para evitarnos mutuamente complicaciones enojosas.
Tú sabes que yo le entrego un texto mensual (a veces me atraso un poco porque viajo mucho, pero el promedio es ése) a la agencia EFE, que los distribuye entre sus clientes. A juzgar por lo que tú me propones, El País no se contaría entre esos clientes, pues de lo contrario tu invitación no se explicaría. Como soy un buen amigo de Ramón Luis Acuña, que se ocupa de EFE en París, quise saber si había alguna razón especial para que mis textos no aparecieran en tu periódico. Su respuesta fue que EFE los ofrece a quien los quiera, pero que por lo visto es Cambio 16 quien los publica regularmente. Como puedes suponer, agregó en seguida que si El País quería textos míos, su agencia estaba dispuesta como siempre a facilitarlos.
Evidentemente a mí se me escapan elementos de algo que acaso sea más complejo, y es por eso que prefiero escribirte para que encontremos, si te parece bien, un camino que no nos cree eventuales problemas. A lo mejor no hay ninguno, pero como EFE se ha conducido siempre muy correctamente conmigo, y por otra parte la invitación que me haces tú me honra y me alegra, pues me gustaría que dejásemos todo esto bien en claro. Si, como podría ser, El País tiene sus razones para no servirse de EFE, pues en ese caso yo estoy plenamente libre de colaborar en el periódico, pero [si] en cambio hubiera una relación de trabajo con esa agencia, no quisiera crear una duplicación de actividades. En fin, creo que me explico, y dos líneas tuyas aclararán el asunto.
Perdóname la lata, y hasta siempre, con un muy cordial saludo,
Julio Cortázar
París, 19 de abril de 1982
Mi querida mamá:
No sé si habrás recibido la carta que les escribió Carol para agradecerles el precioso regalo que nos hicieron y que nos trajo Ana. Yo iba a escribirte en los días siguientes, pero entonces se produjo el asunto de las Malvinas y aquí se dijo que por el momento las comunicaciones se verían bastante dificultadas, razón por la cual decidí esperar un poco y escribirte con una cierta seguridad. Pero los días han ido pasando y el asunto sigue en pie sin mayores variantes, de manera que he decidido no esperar más y mandarte estas líneas con la esperanza de que te llegarán. No parece que los transportes aéreos se hayan visto perturbados, de modo que confío en que leas pronto esta carta.
Como podés imaginarte, estoy profundamente inquieto por la situación, no tanto por lo que ya ha sucedido sino por las repercusiones que puede alcanzar y que por ahora son difíciles de imaginar. Me temo, sobre todo, que este asunto aumente todavía más los problemas y dificultades de vida para Ofelia y vos; no voy a entrar en detalles, salvo que deseo que se llegue a una solución digna y que el país entre en un camino que permita mejorar muchas cosas.
Carol y yo estamos muy bien después de nuestro largo viaje. Pienso que ella debe haberte contado algunas cosas (le da vergüenza su español, pero yo encuentro que para alguien que no sabía ni una sola palabra cuando nos conocimos, es verdaderamente milagroso la forma en que lo habla y lo escribe).
De todos modos yo agrego que en Guadalupe descansamos muy bien, cosa que los dos necesitábamos mucho, y que en Nicaragua yo tuve bastante trabajo pero interrumpido por horas muy agradables con amigos y visitas. Aquí en París encontramos como siempre muchas cosas que hacer, y mi correspondencia sigue bastante atrasada, pero poco a poco la voy poniendo al día. Todavía no se puede hablar de primavera en esta ciudad, pero hay bastante sol, y justamente hace cuatro días nos fuimos con nuestra casa rodante a los bosques de Rambouillet, donde se puede estar absolutamente solo entre árboles maravillosos, rodeados de pájaros y de animalitos simpáticos. Este tipo de salidas, cuando podemos hacerlas, nos ayudan mucho a renovar el oxígeno, que tanto hace falta en las grandes ciudades.
Como imaginarás, espero de vos aunque sólo sean dos líneas con noticias, pues supongo que no habrá impedimentos para despachar cartas ordinarias por correo. Cuando Anita vino a casa (con Aurora, que está muy bien) me contó en todos sus detalles las visitas que había hecho a tu casa, y naturalmente me mostró las fotos que te sacó y en las que te encontré muy buena moza. Ana se está ocupando ahora de hacer ampliaciones, pues solamente vi las copias directas, que son muy pequeñas y no permiten apreciar los detalles. Supongo que ella te mandará algunas por su cuenta, porque te quiere mucho como bien lo sabés, y está segura de que te gustarán sus fotos.
Bueno, mamita, aquí me quedo esperando dos líneas tuyas o de Ofelia.
Cariños de Carol para las dos, y muchos besos míos, con mis mejores deseos de que se arreglen los problemas nacionales y que todos podamos respirar más aliviados.
Un gran beso de tu hijo que te quiere,
Julio
Nos estamos luciendo con el mantel y las servilletas, que son preciosas. Muchas gracias!
Hablando de regalos, Carol se acordó ayer que los que les mandamos hace un tiempo eran ingleses! Nos dio mucha risa tan involuntario error!
Paris, 22 April, 1982
Mr. Dick Oosting
Executive Director
Dutch Section of Amnesty International
AMSTERDAM
Dear Mr. Oosting,
Here is a brief statement for the conference of 30 April/2 May:
Murder committed for political reasons is in itself proof that those reasons not only lack any kind of validity, but are also a permanent threat to mankind. The combat AMNESTY INTERNATIONAL has engaged against such a heinous practice should receive the full support of all those who believe in justice as the maximum guarantee of liberty.
Sincerily yours,296
Julio Cortázar
4, rue Martel
75010 PARIS
Paris, le 22 Avril, 1982
Monsieur Philippe Maillot,
LA ROCHELLE
Cher Monsieur,
Ayant pris connaissance du découpage technique et des dialogues de votre project d’adaptation cinématographique de ma nouvelle “La nuit face au ciel”, je tiens à vous dire que je les trouve d’une excellente qualité et très fidèles à l’esprit dans lequel j’ai conçu ce récit.
J’espère que vous aurez la possibilité de la réaliser bientôt, et vous pouvez compter sur ma collaboration éventuelle au moment des ajustement définitifs.
Je vous prie d’agréer, cher Monsieur, l’expression de mes sentiments les meilleurs.297
Julio Cortázar
4, rue Martel
75010 PARIS
París, 23 de abril de 1982
Señor Isidro Salzman
BUENOS AIRES
Estimado Salzman:
Espero que le llegue esta carta. Quiero acusarle recibo de su envío, simplemente. Ojalá usted tenga razón y publicaciones como la que me envía298 sean útiles para aclarar falsos problemas; la verdad es que a la luz de lo que está sucediendo allá en estos momentos, parece casi absurdo hablar de cuestiones literarias. And yet, and yet...
No me gusta que se publiquen cartas privadas, pero esta vez comprendo de sobra sus motivos, y no lamento que usted haya dado a conocer fragmentos de mi carta a usted. Ojalá los cielos se aclaren de tanta pesadilla armada y podamos un día reanudar un diálogo que siga sirviendo, acaso, para algo útil. Por ahora sólo siento tristeza y amargura frente a una realidad perfectamente demencial en la que han embarcado (es el caso de decirlo) a la Argentina. Atacarla desde adentro y hacerle atacar desde afuera va más allá de lo concebible; pero vivimos ya los tiempos de lo inconcebible.
Un saludo muy cordial,
Julio Cortázar
París, 23 de abril de 1982
Señor Edgardo Cantón,
PARÍS
Edgardo:
Antes de irme de viaje, el 8 de febrero, te mandé unas líneas que en mi opinión merecían por lo menos un acuse de recibo. No encontré nada a mi vuelta, pero supe por terceros que habías recibido mi carta y ésta había sido leída por otras personas. Cosa que me parece muy bien, desde luego, pero deja en pie el hecho de que no haya tenido una respuesta a algo que en principio debería haberte preocupado tanto como a mí.
Ahora, en Le Matin de esta semana, leo un largo artículo titulado “Trottoirs de Buenos Aires”, donde al igual que en el Pariscope, me entero de que formo parte de la SARL,299 junto con Cedrón (lo que también es falso), Susana Rinaldi y vos.
En mi carta anterior te había pedido (o más bien sugerido, porque nunca creí que las cosas siguieran hasta este punto) que vos y tus verdaderos socios hicieran algún tipo de declaración a la prensa en general, para informarla de quiénes constituyen esa SARL. Puede ser que lo hayan hecho –y en ese caso hubiera sido elemental que me informaras–, y también puede ser que hayan preferido dejar que las cosas sigan tal cual. En este último caso me creo con el derecho de protestar ante vos y quien sea por una conducta incorrecta, y pido ahora expresamente que los medios de prensa y publicitarios sean informados de que no formo ni he formado parte de Trottoirs de Buenos Aires.
Me duele mucho escribirte esta carta, que al releerla me parece casi increíble por muchas razones que tocan al pasado y a la amistad. En todo caso, espero esta vez una respuesta.
Te saluda,
Julio Cortázar
Paris, April 23, 1982
Dear Diana,
Well, here it is! Wow!
I finished it this morning.300 I don’t dare to listen to the results because I know them. My English is so awful that I can imagine your face when listening. But as you did not give me any chance to speak in french or spanish, I had to face it and there it goes.
I tried to answer every question, and God knows how many they were. In three or four cases I let drop the questions because I had nothing to say about them. I hope you wont mind.
As I imagine you have a copy of your letter, I just numbered the questions, and reference to the number is made in each case.
What are you going to do with this? My suggestion is that when you have a text (verbatim or already edited by you) you send it to me, in order to help a little if I can. Carol, my wife, will be a great help at that stage, because she used to be an American (and Bostonian, too) so she knows English as I would to know it, alas! If you prefer to go ahead without my intervention, I have no objections.
Well, have a good time (I say this with my tongue on my cheek), and many thanks for your patiente before, now and after (you’ll need it now, I’m afraid).
Love,301
Julio
París, 2 de mayo de 1982
Mi querido Paco:
[...] Quiero decirte que a pesar de que te parecerá increíble (a mí también me lo parece) estaré con ustedes en octubre. Acabo de prometérselo a Dorotea Bromberg, que saca un libro mío en esa época,302 y desde luego quiero estar con Marina y contigo todo lo posible, así como con la gente de Nordan y otros muchos amigos cronopios que pululan por allá. Pienso que Carol y yo podremos quedarnos una larga semana, que incluso puede prolongarse si las cosas salen bien, lo que nos dará tiempo para conocer algo de Estocolmo y acaso del interior, y sobre todo de estar con ustedes y hablar de tantas cosas. Le he pedido a Dorotea que no me arme ningún “programa”, porque ya me conoces, y me ha prometido limitarlo a alguna reunión con críticos y escritores, y algún inevitable cocktail. Sé que cuento con ustedes para secuestrarme amistosamente cada vez que me vean demasiado contra la pared.
[...] Carol te abraza y te recuerda. Mis mejores afectos para Marina, y hasta pronto, con un gran abrazo de
Julio
París, 8 de mayo de 1982
Querido Edgardo:
Leo tu carta del 6, y te la agradezco. Lo mismo debo decir de la del señor Netter.303 Coincido con ustedes en que los desmentidos suelen ir al canasto, y me alegro que proyectes modificar la redacción de algún párrafo del dossier de prensa, pues es posible que su primera versión haya dado lugar a estos malentendidos.
Tal vez lo más eficaz sea que en el curso de futuras entrevistas o artículos en que ustedes participen, le hagan notar especialmente al responsable que no debe confundirse. Por mi parte, comprenderás que si volvieran a citarme como lo han hecho,* consideraría llegado el momento de hacer personalmente una aclaración pública a través de una solicitada, pero es posible que a partir de ahora, dada la vigilancia de ustedes, no se repita la cosa.
Que sigas muy bien, con un saludo amistoso,
Julio Cortázar
París, 9 de mayo de 1982
Mi querido Félix:
Dos líneas –entre dos viajes– para preguntarte si recibiste una carta que te envié hace varias semanas, junto con materiales sobre Chávez Alfaro. Como no me has contestado, se me ocurre que a lo mejor vos también andás de viaje... o que mi envío se perdió.
Desde luego la cosa no tiene prisa, pero me gustaría saber si te llegaron esos papeles y si piensas utilizarlos. Y aún más me gustaría conocer tus pareceres sobre los comentarios que te hice acerca de la situación actual en Nicaragua. La guerra de las Malvinas, maldita sea, aleja de los periódicos los problemas centroamericanos, pero es evidente que siguen sin solución y que hay que seguir muy atento a ellos.
Te hablé de dos líneas, y por desgracia es así: salgo dentro de dos horas para Ginebra (TV sobre las desapariciones y torturas). Espero alguna noticia y te abrazo muy fuerte, lo mismo que a Paca y a Lupe. Carol les envía también su afecto,
Julio
4 rue Martel
75010 París
París, 9 de mayo de 1982304
Señor Director de la Sociedad de las Autopistas,
41 bis, Avenue Bosquet,
75007 PARÍS
Señor Director:
Hace algún tiempo, su Sociedad me pidió autorización para publicar en una de sus revistas, algunos pasajes de mi cuento titulado “La autopista del sur”. Por supuesto otorgué con viva satisfacción dicho permiso.
Me dirijo ahora a usted para solicitarle a mi vez una autorización de naturaleza muy diferente. Junto con mi esposa Carol Dunlop, igualmente escritora, estudiamos la posibilidad de una “expedición” un tanto alocada y bastante surrealista, que consistiría en recorrer la autopista entre París y Marsella a bordo de nuestro Volkswagen Combi, equipado con todo lo necesario, deteniéndonos en los 65 paraderos de la autopista a razón de dos por día, es decir empleando algo más de un mes para cumplir el trayecto París-Marsella sin salir jamás de la autopista.
Aparte de la pequeña aventura que esto representa, tenemos la intención de escribir paralelamente al viaje un libro que contaría en forma literaria, poética y humorística las etapas, acontecimientos y experiencias diversas que sin duda nos ofrecerá tan extraña expedición. Dicho libro se llamará quizá París-Marsella en pequeñas etapas, y está claro que la autopista será su protagonista principal.
Tal es nuestro plan, que se llevaría a cabo con el apoyo de algunos amigos encargados de reabastecernos cada diez días (aparte de lo que encontraremos en los paraderos de la autopista). El único problema está en que, según creemos saber, un vehículo no puede permanecer más de dos días en la autopista, y por esa razón nos dirigimos a usted para pedirle la autorización que, llegado el momento, nos evitaría tener dificultades en los diferentes peajes.
Si piensa usted que nuestra idea de escribir un libro sobre el tema no resulta desagradable para su Sociedad, y que no hay inconveniente en autorizarnos a “vivir” un mes desplazándonos a razón de dos paraderos por día, me agradaría recibir su respuesta lo antes posible, puesto que quisiéramos partir hacia el 23 de este mes. Queda igualmente entendido que de ninguna manera quisiéramos que nuestro proyecto fuera difundido por la prensa pues, siendo conocidos como escritores, podríamos ver perturbada nuestra soledad de expedicionarios. Llegado el día, nuestro libro se encargaría de contar la historia al público en general.
Agradeciéndole por adelantado su buena voluntad con respecto a este proyecto, le ruego acepte, señor Director, mis sentimientos más sinceros, así como los de mi esposa.
Julio Cortázar
Paris, le 10 Mai, 1982
Monsieur Jean-François Lopes,
PARIS
Cher Monsieur Lopes,
J’ai lu avec attention votre scénario pour l’adaptation cinématographique d’un des épisodes de mon roman Marelle, que vous intitulez La pavane de Berthe Trepat.
Votre scénario me semble non seulement très fidèle à l’esprit de cet épisode, mais aussi extrémement original du point de vue du cinéma, c’est à dire qu’il récrée dans le langage visuel ce que j’avais cherché sur le plan de l’écriture, et ceci sans tomber dans aucune “litteralité” comme il arrive souvent dans ce genre d’adaptations.
C’est pour cela que je suis heureux de prendre connaissance de votre scénario, que j’espère vous pourrez réaliser bientôt, et je vous souhaite beaucoup de succès dans vos efforts.
Croyez, cher Monsieur Lopes, à mes sentiments les plus sincères.305
Julio Cortázar
4, rue Martel
75010 Paris
París, 12 de mayo de 1982
Querido Guillermo:
Contesto brevemente a tu consulta telefónica de la otra noche, y agrego una o dos cosas más que conviene que sepas.
No haré la presentación de Martínez Estrada, porque me sería imposible concentrarme en una tarea tan ardua. Me falta tiempo para releer a don Ezequiel, cosa imprescindible si se quiere ser serio. ¿Por qué no le pedís esa tarea a alguien como David Viñas, que creo conoce muy bien –y sin duda polémicamente pero con inteligencia y buena fe– a M. E.?
Vivo una vida absurda, aunque necesariamente absurda, viajo a Poitiers en estos días (homenaje a Lezama Lima), y se acerca el momento de volver a Nicaragua. Esta noche tengo que hablar en un acto de solidaridad con los nicas. Una cosa sigue a la otra, y la literatura que se aguante...
Pero poco a poco he puesto a punto el libro de poemas; me falta el título, aunque saltará como un conejo en cualquier momento, en cualquier relectura. Espero los caracteres tipográficos para arreglar ese detalle con Silva.
Quisiera sugerirte que veas con la gente de Sábado si no podrían pedirle colaboraciones a alguien tan capacitado e interesante como Jorge Enrique Adoum. Sé que estaría dispuesto a enviar artículos de distinta naturaleza, que estoy seguro se integrarían hermosamente con el espíritu y la gama temática de Sábado. Si lo crees factible, te doy las señas:
Jorge Enrique Adoum
365, rue de Vaugirard, 4º C
75015 Paris. Tel: 532/7926.
Te confío un plan completamente loco que vamos a poner en práctica Carol y yo a partir del 23 de mayo y hasta el 27 de junio. Consiste en embarcarnos en nuestra Volkswagen, que es como una casita con cama, cocina y todo lo necesario, y efectuar el viaje París-Marsella deteniéndonos cada día en 2 parkings, sobre un total de unos 70. La regla del juego es que jamás podremos salir de la autopista bajo ningún pretexto (salvo el de abandono por motivo grave). Dos veces, en parkings ya determinados, amigos nos llevarán provisiones frescas, y el resto lo tendremos preparado a la salida o lo compraremos en los parkings donde hay alguna tienda.
El resultado será, espero, un libro en colaboración, con un aire falsamente científico de exploración (pastiche de los viajes al polo o a África): observaciones geográficas de cada parking, fotografías, etc. Y el resto del tiempo, que será muy largo, consistirá en ir escribiendo lo que se nos pase por la cabeza, cada uno por su lado, para fabricar un descomunal almanaque que contenga todo lo que se refiere a la expedición en sí, más poemas, cuentos, diálogos, ensayos, etc. Iremos equipados con radio, cassettes, y naturalmente muchos libros y cuadernos. Te lo cuento para tu diversión personal, pues pienso que una “exploración” de este tipo no te parecerá mal.
Los preparativos de tan esforzado viaje son mi única manera de olvidar por momentos la pesadilla de las Malvinas. Inútil decirte que estoy asediado por los periodistas y diversos comités argentinos y otros, y que tengo que pesar cada palabra que digo o escribo, porque este problema es de una tal complejidad, que resulta muy fácil meter la pata. Tengo un transistor conectado constantemente con la BBC y con las radios francesas, canadienses y españolas, para hacer el balance de la situación. Linda vida, ¿no?
Todavía no me llegó Sábado con mi texto sobre Nicaragua, pero supongo que será en estos días. Desde Managua voy a hacer una especie de corresponsalía de aficionado para la agencia EFE. Si esto le interesa a Sábado, puedo mandar una copia en cada caso (una vez por semana más o menos).
Bueno, hasta pronto, con besos para Aída y mis sobrinitas. Carol los abraza mucho (ella te escribió hace unas semanas, creo). Y un gran abrazo para vos de
Julio
París, 15 de mayo de 1982
Querida Ofelia:
Acabo de recibir tu carta con las tristes noticias sobre la salud de mamá. Sé muy bien que vos estás a su lado, y que el doctor Romeo hace y hará todo lo que pueda por ella, como siempre; te agradeceré que le lleves a él todos mis mejores saludos y mi gran agradecimiento.
Ya podrás imaginarte lo que significa para mí verme en la imposibilidad de estar con ustedes en un momento en que la salud de mamá está en un punto crítico, y el país en lucha por razones que comparto plenamente con vos. Una vez más siento el peso de este exilio injusto, sobre el cual no vale la pena hablar porque todo es demasiado infame y miserable, pero el hecho real es que no puedo ir allá y eso vos lo sabés de sobra.
Me alegra dentro de todo enterarme de que recibís sin inconveniente el dinero mensual que te envío, porque cuando empezaron las hostilidades tuve miedo de que se cortaran las relaciones bancarias y te vieras con problemas graves. De todos modos, si eso sucediera, no vaciles en enviarme inmediatamente un cable o telefonearme (824/6138)* para tratar de encontrar nuevas maneras de ayudarte a vos y a mamá.
Por lo que se refiere a ella, le voy a escribir una carta sin mencionar su internación, pues supongo que es mejor así. Simplemente le diré que me preocupa su silencio, y le hablaré como siempre de cosas generales. También en este caso, si tenés algún consejo que darme, escribí de inmediato para que yo ajuste mi correspondencia a lo que sea más útil en estos momentos.
Aquí, como te imaginarás, los argentinos y latinoamericanos decentes multiplicamos las declaraciones y artículos para informar a los europeos de la verdad sobre lo que ocurre con respecto a las Malvinas. Es lo único que podemos hacer, pero es útil para ir modificando la actitud de los gobiernos europeos y hacerles comprender lo que realmente hay detrás de esta guerra.
Me quedo en espera de tus noticias, que ojalá sean buenas. Carol se alegra de que hayan recibido sus cartas y las fotos, y se sentirá feliz si un día, como decís, encontrás tiempo para mandarle unas líneas. Ella me acompaña tan estrechamente que todos los problemas de ustedes son también sus problemas. Lo mismo Aurora, con quien hablé estos días y que está muy bien.
Un beso y todo el cariño de tu hermano
Julio
París, 21 de mayo de 1982
Mi querida mamá:
Hace unos días recibí carta de Ofelia, por la que me enteré de que no habías estado muy bien. Eso me explicó tu silencio de estas semanas, que me había preocupado, aunque desde luego la situación en la Argentina era también una explicación, pues el correo se ve en dificultades para distribuir la correspondencia. Pienso que cuando te lleguen estas líneas ya te habrás recuperado plenamente y que pronto tendré noticias tuyas en ese sentido.
Como podés comprender, lo que está ocurriendo allá es un verdadero infierno para mí, tan lejos y sin la menor posibilidad de hacer nada, como no sea tratar de difundir en Europa el mayor número posible de noticias verdaderas sobre esta guerra tan injusta para nuestro país. Los diarios franceses publican toda clase de noticias, pero no siempre son exactas, y nuestro deber en el extranjero es de desmentirlas cada vez que se puede, de modo que hace ya muchas semanas que mi vida está exclusivamente dedicada a esa tarea. Quiero creer todavía que se llegará a una solución justa por la vía diplomática, que evite el derramamiento de sangre, pero hay momentos en que todo hace pensar en lo peor, y uno se pregunta si todo el mundo no se ha vuelto loco. Sigo esperando sin embargo una salida humana y justa, y ya me conocés lo suficiente como para saber que haré todos los esfuerzos que estén a mi alcance para contribuir a esa solución.
Te mando estas líneas en vísperas de un viaje de un mes que debemos emprender Carol y yo, y te lo digo porque en ese intervalo (hasta el 22 o 24 de junio) nuestras comunicaciones estarán interrumpidas en todo o en parte. Quiero que sepas, sin embargo, que sigo muy cerca de vos en todo momento, y que cada vez que se me presente la oportunidad te mandaré aunque sean unas líneas para acompañarte en el plano personal y también en el nacional, pues las dos cosas se dan juntas en estos momentos tan amargos y difíciles.
Me alegré por unas líneas de Ofelia, que me dijo que ustedes habían recibido las fotos que les mandó Carol, y que les habían gustado. Yo tuve mucho miedo de que las dificultades postales impidieran la llegada de esas cartas y envíos, pero me alegro de saber que no fue así. Por nuestra parte quisiéramos comunicarnos lo más posible con vos, aun sabiendo que no es fácil por el momento, pero te repito que haremos lo posible para mantenernos en contacto con ustedes.
Si les hace falta cualquier cosa, ya saben que pueden comunicarse con Mariano, que a su vez está acostumbrado a telefonearle a Aurora, lo cual facilita el envío de cualquier mensaje. No vaciles en acudir a él, pues ya sabés que tanto él como Gladys son generosos y buenos, y te quieren mucho, como me lo han probado más de una vez.
Por aquí estamos bien, aunque totalmente aplastados por el trabajo que nos cae diariamente por la cabeza. En fin... si por lo menos sirviera para algo! Así lo deseo y así lo espero.
Mamita, que estas líneas te encuentren muy bien, y que pronto tenga noticias tuyas. Cualquier mensaje que llegue de vos o de Ofelia, me será reexpedido allí donde yo esté entre mañana y fines de junio.
Carol las abraza mucho a las dos, y yo les mando todo mi cariño y para vos un gran beso y mis mejores deseos,
Julio
En alguna parte con árboles, 31/5/82
Querido José Antonio:
No tengo nada que explicarte sobre la expedición, pues Carol me dice que lo ha hecho ya, de modo que estás al tanto de cómo los piantados, después de ocho días de viaje por la autopista del sur, están todavía prácticamente al lado de París.
Boletín científico: todo va muy bien, salvo que anoche, en un parking particularmente agreste y selvoso, fuimos invadidos durante el sueño por alevosas e ingentes multitudes de hormigas, que nos recorrieron por todos lados como los liliputienses a Gulliver. Hemos conseguido expulsar dos tercios y el resto sigue vagando por los vericuetos del rojo dragón Fafner, buscando comida que felizmente reposa dentro de herméticas latas de conserva. Hay sol, temperatura tibia, los parkings son hasta ahora muy acogedores y bonitos, leemos mucho, escribimos nuestro libro sobre la expedición (o sea que cada uno escribe cualquier cosa, y al final haremos la compulsa, la crítica, el collage, y saldrá lo que saldrá porque así es como tienen que salir los libros divertidos).
Gracias por el poema, por estar tan “desmoronado de países cuerdos”, cosa que comparto más que nunca en estos días en que hora a hora sintonizo la BBC para enterarme de la guerra de los mafiosos Thatcher y Galtieri, que naturalmente se hace por interpósitos pueblos. Imposible prever cómo y dónde va a terminar esta demencia, que como toda locura puede también tener consecuencias inesperadamente felices en planos insospechados; pero por ahora todo es sobre todo sangre.
Tomo nota de tu plan mexicano, y si se me ocurre alguna cosa que pudiera traducirse en $$$ (mexicanos) te la haré saber, pero no ignoras que la plaza está saturada de exiliados, sin hablar de los aborígenes, y que es muy difícil encontrar algún trabajo potable, a menos de saber sánscrito, física cuántica, genética o gerontología, cosas en las que no te creo versado, aunque con vos nunca se sabe.
Paso de esta carta a las observaciones científicas que me corresponde efectuar en el parking al que hemos llegado hace una hora: temperatura, orientación, plano general, informe fito y zoológico, todo eso seguido de la preparación de un buen café, porque de lo contrario mi co-expedicionaria se enfurruña y dice que entre el doctor Livingstone y yo hay excesivas diferencias.
Hasta pronto, que la novela navegue como nosotros de capítulo en capítulo o de parking en parking. Un abrazo de tu amigo,
Julio
Autopista del Sur,
Aire d’Epoisses, 1º de junio / 82
Querido Eduardo:
¿Cómo estás, señor de las ausencias? (No sé si hablo de vos o de mí, pero en todo caso para una ausencia hacen falta dos, y con el número dos nace la pena (Marechal dixit) y yo me duelo de todo este tiempo en que no nos hemos visto. Cuando uno está por el lado de Valencia, el otro recala en Managua, y cuando los dos estamos en París, se diría que los distritos X y XIV están separados por una negra laguna Estigia.)
Si te sorprende el hic et nunc de esta carta, lo comprenderé muy bien porque a menos que te hayan llegado rumores amistosos, no tenés idea de la notable expedición científica Paris-Marseille à petits parkings emprendida por Carol y por mí el 23 de mayo por la tarde, como realización de un plan madurado a lo largo de tres años y por fin puesto en práctica después de abrirnos un hueco en el tiempo a codazo limpio. No te voy a aburrir con una memoria académica sobre tan singular empresa (aunque tendría el mérito patafísico de anteceder al hecho mismo, apenas iniciado), pero te daré una idea de las reglas del juego, para que nos creas locos, pero científicamente locos y por tanto respetables.
Hace años que vemos la autopista del Sur como una vía falsamente conocida, es decir, surcada a toda velocidad y con el único fin de unir París con el Mediterráneo en el menor tiempo posible. Que en su dirección norte-sur haya 65 parkings es un hecho que deja indiferentes a quienes sólo se detienen en cuatro o cinco para hacer o tomar aguas, o a lo sumo para dar cuatro o cinco vueltas en torno al auto antes de continuar la carrera. Tan injusta conducta merecía reparación, y es el objeto esencial de nuestro viaje; a razón de dos parkings por día, y la prohibición total y absoluta de abandonar la autopista –salvo por renuncia forzada, como en cualquier expedición–, llegaremos a Marsella el 24 de junio, treinta y tres días después de haber salido de París. (33, la edad de Cristo, que además tiene mis iniciales: dos de las innumerables razones mágicas que subyacen este safari, que para nosotros se abre como un juego de espejos hacia infinitas direcciones.)
Fafner, nuestro hermoso y valiente dragón rojo, se encarga de llevarnos de parking en parking, y evidentemente lo notamos feliz en la medida en que sólo tiene que trabajar dos veces por día a lo largo de 10 o 20 kilómetros, y el resto de su tiempo lo pasa con nosotros bajo los árboles, compartiendo nuestras siestas, Jonás bondadoso, y viéndonos leer, escribir, escuchar música, hacer dibujos y preparar dos comidas diarias para las cuales disponemos de todo lo necesario: dos fuegos, conservas en abundancia, vinos selectos, licores, y los cubitos de hielo que nos proporciona un pequeño frigo que funciona con butagás. Ya hemos vivido en 10 parkings, y del décimo te escribo. La moral es alta, la salud también, en la mayoría de los casos encontramos lugares secretos en el fondo de las arboledas que los otros turistas, siempre convencionales, parecen temer, pues se quedan amontonados cerca de los WC y los tachos de basura, ansiosos de devorar sus malos sándwiches, soltar cinco minutos a los niños y a los perros (que, ellos sí, suelen venir a visitarnos como cómplices furtivos y cordiales), y al igual que los camiones y los autocars, lanzarse de nuevo a la autopista como leucocitos en una vena.
La regla del juego nos autoriza a aprovechar de los restaurantes (dos hasta hoy) en los que podemos encontrar ensaladas y bifes con papas fritas, y de las tiendas donde reponemos provisiones agotadas y compramos los diarios. También podemos dormir en los hoteles de la autopista (uno hasta ahora), alto precioso si los hay porque comporta una ducha y una cama de veras. Pero habituados como ya estamos a vivir en Fafner a lo largo de muchas excursiones preparatorias, sabemos lavarnos con agua fría y una gran esponja enjabonada, y preparar comidas llenas de encanto, que devuelven por un rato a los menús de las novelas de Julio Verne o de Fenimore Cooper. Nuestra cama es amplia, tenemos todos los elementos para escribir a máquina o leer (dos chaise-longues que instalamos en el prado o, si el parking es pequeño, en el asfalto), y un saco lleno de cassettes nos da nuestra música preferida en las horas propicias. La vestimenta es la de todo buen explorador en primavera: blue jeans, camisas y un pulóver para el anochecer, zapatos y zapatillas. Si el ruido de la autopista se volviera insoportable, como lo temíamos, hay boules Kiès a mano, pero para nuestra gran sorpresa descubrimos que es muy soportable, y que en el fondo de los parkings arbolados recuerda el rumor del mar en Martinica o Guadalupe; basta una leve autosugestión para sentirse en un litoral y no en plena Borgoña.
No creas que estamos abandonados; la expedición cuenta con un doble apoyo logístico, que se cumplirán en el décimo y el vigésimo día. El primero está a cargo de Necmi Gurmen y Anne Courcelle, que llegarán de París con alimentos frescos (hay que prever el riesgo del escorbuto, como bien nos lo enseña Bougainville cuyos libros tenemos aquí junto con los de Marco Polo, Colón y otros exploradores); el segundo se cumplirá mucho más al sur, cuando Jean y Raquel Thiercelin se reúnan con nosotros en un parking prefijado y nos inunden de naranjas, lechuga y bifes de lomo. Al llegar a Marsella iremos a bañarnos y a descansar a casa de los Thiercelin en Serre, y tres días después volveremos a París en un tiempo que nos va a parecer supersónico después de este avance de tortugas cadenciosas.
Confiamos en que apruebes nuestra expedición; lo damos por descontado, y eso nos alienta. Poco a poco vamos acumulando elementos escritos, fotográficos y gráficos para un libro que describirá a su manera esta modesta contribución científica a la causa de los viajes inteligentes, o de la inteligencia de los viajes.
Todo, después, entrará una vez más en la rutina. Una semana apenas en París, y saldremos para vivir dos meses en Nicaragua, de donde pasaremos a México (un congreso, y van...), y luego España, Bélgica y Suecia, hasta noviembre. Pero a partir de noviembre empieza, por decisión inquebrantable, un año sabático: vamos a hacer lo que nos dé la gana (tal vez un wishful thinking, pero hay que empezar por ahí y en una de ésas todo se cumple).
Te llamaremos a fines de junio, para informarte de los resultados finales de la expedición. Que vos, entre tanto, lo pases bien y que los pinceles se agiten alegremente en tu mano. Un abrazo de Carol, y otro de
Julio
Beaune, 4/6/82
Querida Silvia:
Me alegra saber que estás traduciendo la poesía de Alejandra, y desde luego me gustaría hablar con vos y conocer tus versiones.
El problema es que de aquí a noviembre Carol y yo andaremos errando por este vasto mundo. Volvemos a París a fines de junio para salir en seguida a Nicaragua donde estaremos dos meses. Luego México, España, Bélgica y Suecia... y todo eso por las razones que conocés, y que se llaman América Latina.
Te doy cita, pues, a fines de año. ¿Me llamás para arreglar? Vendrás a casa y hablaremos largo.
Mucho cariño,
Julio
4, rue Martel
75010 París
824-6138
En algún lugar de la autopista del sur,
cerca de Montélimar, 16/6/82
Mi querido Guillermo:
Los amigos encargados del apoyo logístico (un reabastecimiento cada diez días) nos trajeron el correo, y con él vino tu carta del 28 de mayo. Te la contesto instalado en Fafner, nuestro rojo dragón que tan valientemente nos lleva de parking en parking, mientras Carol lee a la sombra de un arbolito, instalada en una de las dos chaise-longues que forman parte esencial del equipo científico de la expedición. De ella te hablo en primer término, pues te sé interesado en ella, y puedo decirte que a una semana de terminarla, después de más de tres semanas de esforzado avance a razón de dos parkings diarios, empezamos a sentir que la victoria está cercana. No es exactamente el sentimiento que nos trae la radio con respecto a la Argentina, cuyas noticias hemos seguido por las ondas cortas y los boletines francees y de la BBC; hace una hora escuchamos que había manifestaciones violentas en la Plaza de Mayo y que Galtieri había renunciado a asomarse al balcón histórico. La junta no quiere hablar de rendición, pero según el corresponsal de Le Monde eso ya lo sabe todo el mundo, y la frustración y la amargura son enormes.
¿Qué decir frente a tanta frivolidad, Guillermo? Me temo que lo mismo deben haber sentido hace dos días cuando los belgas le ganaron al equipo argentino en el Mundial. Vos mismo hablás de descomposición social en tu carta, y a pesar de mi mejor buena voluntad tengo que admitir que por lo menos los porteños reaccionan cada vez más a base de reflejos condicionados primarios, que los hacen pasar de la euforia patriótica cuando lo del Sheffield306 a la casi desesperación que parecen expresar esta mañana. Ya sé que una multitud no es un pueblo, pero tampoco puedo olvidarme de las declaraciones inflamadas de tantos opositores el día de la recuperación de las Malvinas, y la evidente impresión que tuve de que muchísima gente estaba “olvidando” rápidamente tantos años de horror y de opresión a cambio de la famosa soberanía, que en este caso es más que abstracta e inoperante en la vida real del país. Bueno, sería cosa de seguir cinco páginas, pero tengo otros temas de que hablarte; tal vez en septiembre podamos dedicarle una noche a discutir más a fondo todas estas cosas. O dentro de poco, cuando pasemos por México en viaje a Managua.
Re libro de poemas: Lo traje conmigo para revisarlo y ponerlo en limpio, pero ahora veo que es un trabajo que haré en Managua, de modo que la promesa de ALIA queda un poco aplazada, no por culpa de ellas sino mía. Lo que pasa es que como habrás imaginado, de esta expedición está naciendo un libro escrito muy libremente por Carol y yo: diario de viaje, informes científicos (sic) sobre la autopista, textos poéticos, cuentos, reflexiones, sociología de los parkings (que es un tema fascinante, ya verás) y material fotográfico complementario. Queremos hacer algo que tenga relación con los viajes clásicos y que a la vez sea un mosaico con humor y guiñadas de ojo en todas direcciones. Cada uno escribe sus textos y los pasa al otro, que además llegado el día los traducirá para tener a la vez la versión en español y en francés. Nunca creímos que el proyecto, en apariencia tan pedestre, pudiera abrirnos un tal abanico de cosas mentales y fenoménicas. Y el resultado es que los poemas están durmiendo en su carpeta, pues ahora no quiero mezclar las aguas. Supongo que al volver a París encontraré el catálogo tipográfico que me mandaste, y me lo llevaré a Managua para poder sugerirte posibilidades y mandarte el manuscrito o dártelo en septiembre.
Re diversas: Gracias por conectarte con Jorge Enrique Adoum, a quien le hará mucho bien esta posibilidad, pues su salud es floja y a veces lo veo demasiado deprimido. Por cierto que lo que me contás sobre Benedetti me parece formidable, y espero encontrar la novela a mi vuelta para leerla en seguida. Hay evidentemente un enorme sector de lectores que se reconoce en la obra de Mario, y eso es otro índice alentador para América Latina. Qué bueno es ver que nuestros escritores en general siguen trabajando duro; en estos días tuve carta de Carlos Fuentes, donde me habla de una serie de trabajos que está haciendo con un entusiasmo enorme. El más fiaca de la barra soy yo, pero también soy el más viejo, che.
Me gusta que me preguntes sobre las cassettes que trajimos para la expedición. Como uno de los textos que voy a escribir en estos días tocará precisamente el tema de la música en los parkings, te prometo poner un carbónico y mandarte la copia aunque no sea más que un borrador.
De acuerdo con la cuestión de la “corresponsalía”. Creo que lo mejor es que yo te vaya mandando lo que escriba para EFE, y que vos lo dés a Fernando o a quien te parezca mejor. Creo que Proceso tiene un arreglo con EFE sobre mis cosas, de modo que tal vez las reciban por la agencia, pero es algo que tal vez podés ajustar con Scherer. Y gracias de nuevo por tu intervención en estas cosas, de la que me siento culpable porque sé el trabajo que tenés.
Tengo aquí el cheque que salda el asunto Miguel Barnet. Realmente no valía la pena que te molestaras por eso, pero por otra parte te ganaste una vez más la admiración y la ternura de Carol, que insiste en que jamás ha conocido a alguien de una gentileza parecida. Yo la dejo hablar nomás...
Y termino agradeciéndote que me devuelvas los materiales de Solentiname. Sí, puedo tantear a los de Peter Hammer, pues conocí a Hermann Schulz en la embajada de los nicas. El problema es que ellos han hecho grandes reproducciones de pinturas de Solentiname, de modo que dudo de que les interese hacer un libro, pero puedo equivocarme. En todo caso ahora no tendré tiempo para eso, pues estaremos apenas una semana en París antes de salir rumbo a Managua. Puedo, eso sí, hablar con Ernesto allá.
No me decís nada de Alto el Perú. Pero a propósito de decirme cosas, todo eso lo hablaremos en México dentro de muy poco o cuando nos encontremos con Stéphane allá para seguir a Managua. ¿Recibiste una carta de Carol, donde te pedimos que nos guardes hotel para ese breve paso?
Te digo hasta pronto, entonces, con nuestros afectos a los tuyos, y un gran abrazo de Carol y de
Julio
Cadenet, 23 de junio de 1982
Mi querida mamá:
Espero que cuando te lleguen estas líneas estés ya en plena convalescencia de tu operación, que he sabido por cartas de Ofelia y que me preocupó y angustió como podés imaginarte. Con los sucesos de la Argentina el correo estuvo muy perturbado, y me enteré de lo que te sucedía con mucho retraso. Para colmo, Carol y yo salimos de viaje, y la correspondencia que llegaba a casa tenía que ser reexpedida por una amiga que se había quedado viviendo en el departamento. Pero finalmente recibí las cartas de Ofelia, pude contestarle la primera, y ahora recibo su nueva carta en la que me dice que tu operación fue todo un éxito y que te estás recuperando muy bien.
Podés imaginarte lo que me alegran estas noticias, después del mal rato que pasamos. Yo no me resignaré nunca a no poder volver a la Argentina, pero en estas circunstancias me parecía doblemente injusto no poder hacerlo para estar cerca de vos y acompañarte. Por suerte las noticias de Ofelia me mostraron una vez más cómo ella supo organizar todo de la mejor manera, y cómo los médicos amigos te rodearon de atenciones y finalmente lograron alejar todo peligro gracias a esa operación. Supongo que tendrás para unas semanas de mucho reposo, pero es sabido que después de una intervención quirúrgica hay siempre una reacción muy rápida del organismo, y que recobrarás tus fuerzas muy pronto. No sé si es bueno que esto haya sucedido al llegar el invierno, pero pienso que sí, porque estar en cama inmovilizado en pleno verano es bastante desagradable y debilitante, como me pasó a mí hace dos años. En fin, doña Herminia traviesa, a ver si ahora se nos porta bien y se repone en muy poco tiempo para volver a la vida normal y a las actividades preferidas.
Nosotros estamos muy bien, después de un viaje de un mes que finalmente terminó en la región de Marsella. Te escribo desde la casa del amigo donde pasé mi convalescencia hace dos años, y donde nos quedamos dos o tres días antes de regresar a París, pues el 4 de julio salimos para Nicaragua por dos meses como ya te lo había dicho en mis cartas anteriores.
El final de esa maldita guerra de las Malvinas ha producido los efectos que cabía imaginar y que lamento profundamente. Más muertos, más miseria, más intranquilidad, tal es el “bello” balance de esa lucha. En todo caso habrá servido para desenmascarar definitivamente a los Estados Unidos, y eso por lo menos es algo positivo. Siempre me oíste despotricar contra los yankis, y hace veinte años que lucho con todas mis fuerzas contra su intervención en los países latinoamericanos; pero en la Argentina había mucha gente que no creía en eso, y que muy al contrario tenían una gran admiración por “el gran vecino del norte”. Ahora saben, espero, la verdad. Lo malo es que esa verdad haya que pagarla con tanta sangre.
Me imagino que por el momento no estarás en condiciones de escribir, y no tenés que preocuparte por eso. Yo sé que Ofelia me mandará aunque sean unas líneas semanales para tenerme al tanto de tu mejoría. Con el viaje a Nicaragua habrá atrasos inevitables del correo, pero yo trataré de hacerte llegar noticias nuestras lo más seguido posible, y también las esperaré de tu parte a través de Ofelia. Cuidate mucho, aunque creo que esto no necesito decírtelo, y que muy pronto vuelvas a sentirte plenamente bien. Carol te manda muchos cariños, pues ha compartido toda mi inquietud y está muy feliz de las buenas noticias. Y te ruego hagas llegar mis saludos y toda mi gratitud al doctor Romeo y a los demás médicos que te han cuidado como sé que lo han hecho.
Mis cariños a Ofelia, y para vos un gran beso de tu hijo que se alegra tanto de saberte mejor,
Julio
México, 5 de julio / 82
Mi querida mamá:
Unas líneas para llevarte todo mi cariño, y algunas noticias nuestras. Volamos ayer de París a México; un viaje bastante largo, con una escala en los Estados Unidos. Llegamos bien pero muy cansados. Mi editor nos había reservado hotel, de modo que pudimos irnos a dormir en seguida, y hoy ya nos sentimos repuestos. El problema es que esta ciudad está a 2.000 metros de altura, y eso se siente al llegar y lleva uno o dos días hasta habituarse.
El hijo de Carol llega mañana de Montreal, y pasado mañana salimos los tres para Nicaragua, donde pasaremos 2 meses. Espero que sean buenas vacaciones para todos. Te volveré a escribir desde Managua.
¿Cómo va esa convalescencia? Espero que bien, y que pronto estés llevando una vida normal. Sigo de cerca las noticias de la Argentina, siempre con la esperanza de que las cosas mejoren y yo pueda por fin darme una vuelta. Pero ya se ve que hay que seguir teniendo paciencia...
Hasta mi próxima, mamita. Cariños de Carol para ustedes dos, y un beso muy grande de tu hijo
Julio
Managua, Nicaragua, 15 de julio de 1982
Querida Rosario:
No me creas ingrato, pues ya te darás cuenta por el encabezamiento de esta carta que te escribo desde un lugar bastante remoto, en uno de los múltiples desplazamientos que me imponen las circunstancias. Tu carta y el número de Review me llegaron cuando yo no estaba en París sino en el sur de Francia, y a la vuelta sólo tuvimos 5 días para armar este viaje que abarca Nicaragua y México hasta septiembre, nada menos. Como ves, tuve que venirme con mi correspondencia en el bolsillo, y sólo ahora pueda responderla poco a poco, aprovechando un sitio tranquilo y una máquina de escribir prestada por un amigo.
El número de Review me gustó mucho, y no por razones narcisistas, casi al contrario porque me pareció demasiado figurar dos veces en el número, aunque fuera desde ángulos muy diferentes.307 Inútil decirte que el trabajo de Anita me fascinó, y no hablemos de encontrar esos dibujos y diagramas absurdos que quedan tan divertidos en el texto. No sé quién es más piantada, si Anita al dártelos o vos al publicarlos. Pero mi alegría es la misma en cualquier caso.
Me hablas largamente de los planes del Centro, que me parecen muy interesantes y sin duda darán buenos frutos en materia de intercambio cultural. Te agradezco tus generosas invitaciones, que se basan en la posibilidad de un viaje mío por esas latitudes, pero el rumor que dices haber oído es falso como casi siempre los rumores. Mis planes para este año abarcan una serie de viajes hasta casi noviembre, y el año que viene será, por decisión de Carol y de mí, un año sabático. Ya no es posible seguir viviendo como gitanos, sin tiempo para escribir y hasta para leer. De modo que el 83 será una época de trabajo personal, en París y en lugares tranquilos y aislados (¿los hay todavía?). Pero te repito mi agradecimiento por tus sugestiones, que sé tan sinceras y generosas.
Julio Silva me trajo noticias de vos porque alcancé a verlo en la víspera de nuestro viaje. También hablé por teléfono con Luisa y me alegré mucho de saber que tiene una Guggenheim que le permitirá viajar y trabajar tranquila por un buen rato; si alguien merece eso es ella, porque es una magnífica escritora. Fue una lástima que llegara cuando yo estaba rodeado de problemas inmediatos y urgentes en la víspera de nuestra partida, porque me fue imposible verla aunque sólo fuera una hora, pero pienso que a la vuelta tal vez esté en París todavía.
Espero que tengas buenos planes de vacaciones, porque te imagino cansada al final de un año de trabajo. Que lo pases muy bien, y hasta cuando sea, ojalá pronto. Un abrazo muy fuerte de tu siempre amigo
Julio
A la vuelta encontraré los 3 números de la revista de que me hablas, y haré lo que me pides, o sea los pondré en buenas manos para crear nuevos lectores.
¿Por qué no dedicas un número a Nicaragua? Sería muy útil en estos momentos.
Managua, Nicaragua, 15 de julio de 1982
Querida mamá:
Como te lo prometí en las líneas que te mandé desde México, te vuelvo a escribir una vez llegados a Nicaragua la semana pasada. Yo no he tenido todavía noticias de ustedes, pero supongo que si escribieron a París como les dije, pronto recibiré carta pues hay amigos allá que se ocupan de reexpedirnos la correspondencia. Por supuesto en estos casos hay muchos atrasos, pero espero que ésta que envío directamente desde aquí te llegue dentro de pocos días.
En México lo pasamos bien, fuimos a esperar al hijo de Carol que llegaba desde Montreal, y los tres nos vinimos a Managua en un avión nicaragüense. Aquí como siempre nos estaban esperando los muchos amigos que tenemos, y después de tres días en la casa de uno de ellos nos vinimos a una playa de la costa del Pacífico que se llama “El Velero” y que es muy hermosa. Alquilamos una casita donde estamos muy cómodos, aunque es modesta como todo en este pequeño y tan pobre país, que lucha desesperadamente por abrirse paso rodeado de enemigos, y que poco a poco lo irá logrando. Justamente nosotros venimos no solamente a descansar, sino a hacer todo lo posible a través de nuestros artículos y escritos para que aumente la solidaridad internacional con Nicaragua. Hace años que lo hacemos, y el trabajo común va dando poco a poco sus frutos.
También espero, como te imaginás, que las cosas anden mejor en la Argentina. Leo muchas promesas, muchas declaraciones, me entero de aumentos de sueldos y otras cosas que deberían ser positivas, sobre todo una apertura política que permita algún día el regreso a la patria de tantos cientos de miles de exilados. Ojalá este proceso siga su marcha para el bien de todos, y que muchas madres recuperen a sus hijos desaparecidos o ausentes. También nosotros, los hoy lejanos, seguiremos haciendo todo lo posible para que esto se cumpla.
Carol y yo combinamos el descanso con el mucho trabajo que tenemos. Nos han prestado dos máquinas de escribir, y eso facilita las tareas como podés imaginarte. Como éste es un centro de vacaciones para obreros, compartimos las comidas en la “casa comunal”, una comida de pobres a base de porotos y de arroz, pero que alimenta bien y nos basta. Esto no es un país para turistas “de lujo”, como podés imaginarte. Pero el mar sí es de lujo, una playa inmensa y hermosa, donde da gusto bañarse y tomar sol.
Ya te mandaremos desde París algunas de las fotos que Carol tomará aquí, para que conozcas el lugar donde veraneamos. Te digo desde París (y en septiembre) porque aquí no hay buenos laboratorios para revelar y copiar las fotos, de modo que tendrás un poco de paciencia y en unos meses las recibirás.
Espero que tu convalescencia avanza muy bien y que ya has recuperado las fuerzas para volver poco a poco a tu vida normal. Allá estarán en pleno invierno, pero se me ocurre que teniendo que guardar cama aunque sea parcialmente, es preferible a los calores del verano que resultan muy molestos.
Será hasta muy pronto, en que volveré a escribirte. Carol les manda sus cariños y sus mejores deseos. Mis afectos a Ofelia, y para vos un gran beso y el cariño de tu hijo
Julio
Managua, 30 de julio de 1982
Mi querida mamá:
Ayer recibimos un paquete con las cartas que nos fueron enviadas a París, y que un amigo nos reexpide a Nicaragua. Entre ellas, no encontré ninguna tuya ni de Ofelia, lo que me dejó preocupado y triste, porque estaba seguro de que tendría noticias de ustedes. ¿Se habrá perdido la que te escribí desde aquí hace dos semanas? Sé muy bien que dada la situación tanto en los países centroamericanos como en la Argentina, el correo es a veces muy irregular, pero confiaba en que habrías recibido nuestras noticias y que las contestarías.
En fin, confío en que el próximo paquete que me manden desde París contendrá alguna carta tuya o de Ofelia, y entre tanto te envío estas líneas para desearte muy buena salud, y que tu convalescencia se haya cumplido sin tropiezos. Por nuestra parte estamos los tres muy bien. Carole tuvo algunos problemas reumáticos, que la aquejan de tiempo en tiempo, pero ya está casi curada, y en cuanto a Stéphane, su hijo que es ahora un lindo muchacho de 14 años lleno de fuerza y entusiasmo, está feliz con sus vacaciones en Nicaragua. Para él todo es aventura, claro, y el estado de guerra en que obligadamente vive el país por las amenazas que pesan diariamente sobre él lo entusiasman en vez de asustarlo. Carol y yo, por nuestra parte, seguimos atentamente la situación, que dista de ser buena aunque los nicaragüenses se mantienen serenos y firmes como siempre frente a las amenazas norteamericanas y hondureñas, y las continuas provocaciones.
Estamos en un centro de vacaciones para obreros, sobre la costa del Pacífico, con una playa magnífica y habitando una casa muy simpática y que tiene lo esencial para pasar vacaciones. Leemos y escribimos mucho, y pasamos horas bañándonos en un mar de olas magníficas y una temperatura ideal. Cada tantos días vamos a Managua, que está a una hora y media de auto, para comprar provisiones, ver a amigos y hacer diligencias. Comemos aquí en la “casa comunal”, con los trabajadores en vacaciones, y compartimos su modesto pero sabroso menú: carne picada, arroz y frijoles, a veces pollo... y las tortillas típicas de estos países, que son el único pan que conocen: finas láminas de maíz cocido, muy sabrosas.
Cuando voy a Managua me entero de las últimas noticias de la Argentina, y trato de seguir la evolución de los acontecimientos, aunque me faltan muchos elementos de juicio. Cuando volvamos a México a fines de agosto podré estar mucho mejor informado, pues los diarios son más completos.
Bueno, mamita, aquí se termina mi boletín, que continuaré dentro de unos días, con la esperanza de haber recibido noticias tuyas entre tanto. Muchos cariños de Carol para ustedes dos, mis afectos a Ofelia (a quien le di mi dirección postal en Managua, por lo cual me extraña que no me haya mandado unas líneas directamente aquí, a menos que mi carta se haya perdido). Y para vos, como siempre, todo el cariño y un gran beso de tu hijo
Julio
Managua, Nicaragua, 31 de julio de 1982
Querida Norah:
Ya ve que le escribo de lejos, pero su carta me fue reexpedida por un amigo que se ocupa de nuestro correo. Estamos en Nicaragua por dos meses, trabajando lo más posible por los nicas, que enfrentan una situación cada vez más grave, y a la vez descansando en un centro de vacaciones para obreros en la costa pacífica. Lo de descansar es relativo: nuestras dos máquinas de escribir, prestadas por amigos de Managua, trabajan muchas horas al día en la preparación de testimonios, artículos, y todo lo que podemos hacer para ayudar a este pueblo tan valiente y tan sufrido. Sé por experiencia que una parte de este tipo de trabajo da sus frutos, sobre todo en forma de solidaridad internacional, y por eso sigo haciéndolo.
Me alegró saberla bien y trabajando para usted y para Felisberto. Alguna vez trataré de conocer Villeneuve d’Asq, con su ayuda si tiene tiempo para mostrarme algo de lo que usted me describe en su carta, pero por el momento lo veo difícil. En la fecha que me propone para una posible visita, andaré nada menos que en Suecia, país que nunca pude conocer y en el que sale ahora la traducción de un libro mío; el editor me invita a pasar una semana recorriendo el país, y me parece una buena oportunidad para cumplir un viejo deseo. Pero supongo que habrá otra oportunidad para que yo me dé un salto a Villeneuve, que está tan cerca de París.
Mientras termino estas líneas, oigo un concierto maravilloso de pájaros tropicales en los árboles del jardín. Cuando estoy en París y pienso en Nicaragua, que cada vez conozco mejor, lo primero que me viene a la memoria es el canto de estos pájaros que parecen desafiarse entre ellos, que multiplican ritmos y melodías que hubieran encantado a Messiaen, gran admirador de ese mundo sonoro. La gente aquí ni los escucha, pero yo me paso horas tratando de memorizar algunas de las melodías de estos bichos que, además, suelen ser muy hermosos y mansos.
Me alegró tener noticias suyas. Volveré a fines de septiembre a París, y luego será España y Suecia. Pero el año que viene he decidido que sea un año sabático, es decir que diré que no a todas las invitaciones del extranjero, y aunque tendré mucha mala conciencia porque se trata siempre de ir a defender la causa latinoamericana, podré en cambio escribir un poco, y también leer y escuchar mis discos.
Gracias por su carta, y hasta otra vez, con un abrazo de su amigo
Julio
Managua, 10 de agosto de 1982
Querido Guillermo:
Si fuiste a Buenos Aires como nos habías dicho, presumo que estas líneas te llegarán a tu regreso; te imaginás las ganas que tengo de que me hables de tu viaje cuando nos veamos. Estamos muy bien, aunque Carol tuvo una dura crítica (quise escribir crisis) de sus extraños dolores óseos, que durante 5 días la tuvieron a mal traer. No está completamente repuesta y yo me inquieto por ella; al volver a París empezaremos una serie de exámenes de fondo, porque es un asunto que ya está durando demasiado. Por mi parte he seguido mi tratamiento, complicado por el hecho de tener que telefonear a París cada diez días con los resultados de los análisis de sangre; pero éstos son muy buenos, y yo me siento perfectamente, de modo que todo va bien por mi lado. Stéphane por su lado juega como loco en la playa, aprende español y también algo de una realidad social y política que, en Montreal, le es totalmente desconocida. Me parece muy necesario para él que vea las dos caras de la medalla; llegado el día a él le tocará elegir su camino.
Con respecto a nuestro trabajo [...] el libro de la “expedición París-Marsella” está muy avanzado en cuanto a los textos, pero ahora vemos que la versión completa, con la documentación, etc., sólo podremos enviártela desde París en octubre. Lo mismo en lo que se refiere a Palabras para el juego, que creo puede ser el título para mi libro de poemas...
Bueno, Guillermo, que ésta te encuentre bien, y lo mismo a Aída y mis sobrinas. Carol los abraza (está acostada en una hamaca de la veranda, leyendo un inmenso –y al parecer muy bueno– ladrillo de Anthony Burgess).
Para vos, todo el afecto y un gran abrazo de,
Julio
Managua, 12/8/82
Querido Ángel:
Desde París me reexpiden tu envío de la fotocopia (Washington Post). Es monstruoso, aunque desde luego no me toma por sorpresa.308 Ahora lo importante es lo que se pueda hacer para apoyar a los que ya luchan a tu favor. Claribel Alegría me dice que en el Festival de Berlín se hizo algo, y pienso que ahora que voy a México para ese encuentro entre norte y latinoamericanos,309 será bueno plantear abiertamente el caso. No sé lo que va a resultar de ese encuentro –me temo que demasiado formal– pero, como siempre, lo que valdrá serán los contactos personales, y en ese sentido haré todo lo que pueda para denunciar lo que está ocurriendo con vos.
Vuelvo a París a fines de septiembre. Aquí paso dos meses haciendo todo lo que puedo por estos admirables nicas tan amenazados y tan valientes.
Un beso a Marta, y todo el afecto de tu amigo
Julio
Managua, 13/8/82
Querida Ofelia:
Ya no sé qué pensar de tu silencio después de 3 o 4 cartas mías a mamá y a vos. No puede ser que el correo falle en esa forma. No he recibido nada vía París, y tampoco a la dirección que te di aquí en Nicaragua. Ahora te pido que cuando recibas ésta, me mandes aunque sea dos líneas a:
Julio Cortázar
c/o Guillermo Shavelzon
Editorial Nueva Imagen S. A.
Apartado Postal 600
México 1, D. F.
MÉXICO.
Apenas las reciba te escribiré a mi vez. Comprendé mi inquietud y mandame noticias inmediatamente. Mis mejores cariños para mamá y para vos, también de parte de Carol.
Tu hermano
Julio
Managua, 19 de agosto de 1982
Mi querido Sergio:
Todo ha andado un poco al revés para que nos encontremos. En El Velero vos te fuiste antes de lo previsto, y con Carol bastante enferma yo no salí casi de mi casa. Y ahora cuando esperaba poder hablar largo con vos, la misma razón de salud nos obliga a volvernos a París para que Carol vea de inmediato a médicos que la saquen de una crisis que me inquieta mucho. Volveremos en diciembre, pero eso no me consuela de no haber podido estar un poco más a tu lado.
En fin, en otro plano lo he estado, porque leí tu novela310 (en la buena edición que me regalaste a cambio de la otra) y me he sentido muy cerca de vos como escritor. Hay tanta riqueza en tu libro que, al terminarlo, me pregunté cómo era posible que al fin y al cabo tuviera tan pocas páginas. No soy buen analista ni crítico, pero siento que la respuesta es tu capacidad de condensación de situaciones, cada una de las cuales es muy rica en sí misma y va creando un efecto acumulativo que otras novelas muchísimo más extensas no alcanzan a lograr.
Pienso también, por decirte algo de lo mucho que tal vez hubiera podido decirte en una charla, que tu escritura es el otro factor capital en ese logro; admiro una vez más, y creo que más que en tus libros anteriores, la utilización tan diversa, rica, variada y siempre sorprendente de los recursos idiomáticos tanto en esos niveles que llaman cultos, como en el manejo del habla y las modalidades típicamente nicas. Los diálogos, la visión a través de las conciencias, las descripciones, son otros tantos caleidoscopios que reflejan infinitamente toda la riqueza de un lenguaje que dominás como pocos. Y, por último (esto se lo decía a Juanita el otro día) lo que me parece especialmente valioso es lo descarnado e implacable de esa visión de Centroamérica en una etapa previa a la actual, pero que vale como explicación de mucho de lo que está sucediendo actualmente.
Bueno, espero que en diciembre hablaremos más, aunque sé bien hasta qué punto tu trabajo político y directivo te impiden los dorados ocios de la plática literaria. Mis afectos y los de Carol para Tulita, y un gran abrazo de tu amigo y compañero
Julio Cortázar
Hotel Geneve. México, 21 de agosto 82
Querido Guillermo:
Carol no se sentía bien y decidimos regresar en seguida a París. Te llamamos inútilmente desde Managua, y nos vinimos para seguir el viaje hoy... Lo de Carol es lo de siempre, pero quiero que esta vez se someta a un tratamiento que no sea solamente a base de paliativos. Lo pasamos estupendo en Nicaragua, ya te contaré; afectos de los dos para los tuyos, y un gran abrazo de
Julio
París, 22 de agosto de 1982
Mi querido Fernando:
Acabo de leer con mucha emoción y alegría el trabajo que publicaste en Sábado sobre mi “Torito”.311 Acostumbrado como ya estoy a conocer toda clase de críticas e interpretaciones de mis relatos, me ocurre leer “en diagonal” y muchas veces con muy poco interés lo que otros piensan sobre textos que pertenecen a un lejano pasado. En este caso fue todo lo contrario, no solamente porque se trataba de un trabajo tuyo sino porque desde las primeras líneas encontré una visión tan justa como reveladora de ese cuento, al punto de mostrarme dimensiones que yo jamás hubiera sospechado por mí mismo. Cierto, vos y yo sabemos que toda buena crítica es iluminadora para el criticado; pero pocas veces lo ha sido tanto para mí como esta vez. Necesitaba decírtelo, y darte las gracias.
Creo además que al margen de todas tus observaciones, lo que me tocó especialmente es la conexión que se ha establecido entre vos y yo a través de Suárez y del Tani Loayza. Yo no sabía, por supuesto, que hubieras conocido personalmente al Tani, y que incluso hubieras hablado con él y que él te hubiera comentado su combate con el Torito. No hacés más que una referencia de paso a esto, pero ya podés imaginarte cuánto espero encontrarme con vos para preguntarte más cosas, que sin duda recordás muy bien. Incluso es muy probable que yo haya “macaneado” en lo que al Tani se refiere, porque no solamente no vi esa pelea, sino que cuando escribí el cuento no tenía una idea precisa sobre la carrera del Tani, aparte de que creía recordar que ya estaba “de vuelta”, como se lo hago decir al mismo Suárez.
Descubro además que hay un cuento tuyo sobre el tema del box en una antología mexicana que voy a buscar con muchas ganas de leerlo. Y esto me lleva a esperar que dentro de pocos días nos encontremos allá con motivo del encuentro de norte y latinoamericanos en cuya organización creo que has participado. Pasé fugazmente por México hace pocos días, porque Carol se enfermó en Nicaragua y tuvimos que acortar nuestros planes, que incluían 10 días en México antes de esa reunión. Por esa razón no vi a nadie vinculado con el encuentro, y no sé quiénes irán a él; he oído rumores en el sentido de que no tenían todo el dinero que esperaban, pero supongo que eso no cortará demasiado el número de invitaciones. En fin, si no es allí, descuento que nos encontraremos en alguna otra parte; después de nuestras charlas en tu casa –y durante aquellos días tan hermosos en Lake Tahoe–, Carol y yo deseamos mucho encontrarnos de nuevo con Carmen y con vos.
Salimos de Managua con el amor y la angustia de siempre, preguntándonos hasta cuándo las fronteras seguirán abiertas para gente como nosotros. Los nicas siguen peleando dentro y fuera con una tenacidad, una calma y una conciencia política admirables; pero los otros –muchos de los cuales por desgracia son también nicas– están cerrando filas y buscando complicidades que cada vez me preocupan más. Escribí una serie de textos breves para difundirlos lo más posible a través de EFE; es todo lo que puedo hacer, pero sé que es bueno hacerlo y que ellos esperan nuestro apoyo en el plano intelectual. Qué hermosa gente, realmente.
Bueno, Fernando, me alegra enviarte estas líneas, junto con nuestro cariño para Carmen y los tuyos (nos acordamos con tanta simpatía de tu hija), y un gran abrazo de tu amigo,
Julio
París, 23 de agosto de 1982
Querida mamá:
¡Por fin me llegaron noticias de ustedes! Una carta de Ofelia del 17, con un saludo de ustedes dos para mi cumpleaños que mucho les agradezco.
Yo estaba bastante inquieto por tanto silencio, pero pienso que quizá Ofelia escribió a Nicaragua y que su carta se perdió. De todos modos veo por su carta que vos estás mucho mejor, y que te vas reponiendo de ese duro trance por el que pasaste. Ya podés imaginarte lo mucho que me alegra saberlo, y cuánto deseo que en breve plazo vuelvas a sentirte perfectamente bien.
Nosotros nos volvimos a París antes de lo previsto, porque Carol se enfermó en Nicaragua y aunque no era nada muy grave, preferimos regresar antes para que su médico la viera aquí. Como habíamos pasado ya la mayor parte de nuestras vacaciones, no fue demasiado penoso interrumpirlas una semana antes. El hijo de Carol lo pasó también muy bien, y desde México tomó su avión para el Canadá, mientras nosotros volábamos de vuelta a Francia.
Carol está ahora en manos del médico; tiene un problema de huesos que a veces la hace sufrir mucho, y tendrá que someterse a un tratamiento intenso para eliminar definitivamente esas crisis que nos hacen sufrir a los dos. Por mi parte estoy bien, aunque siempre tengo que controlar un problema de glóbulos blancos, que me juegan la mala pasada de subir demasiado en cantidad, de modo que tengo que hacer análisis seguidos y tomar medicamentos para controlar su estabilidad. No es grave ni doloroso, pero resulta molesto tanto laboratorio y análisis de sangre. De todos modos la temporada entre los “nicas” me hizo mucho bien en todos los planos, pues si bien yo los ayudé como pude a través de mis reportajes y artículos que tanta falta hacen en este mundo mal informado y lleno de mentiras, por parte de ellos tuve descanso en una playa muy hermosa de la que ya te hablé en mi anterior.
Ahora me vuelvo a México el 8 de septiembre, por 4 días solamente, pues debo inaugurar un congreso. La enfermedad de Carol representa tener que cruzar de nuevo el Atlántico, pero ya estoy tan acostumbrado a los aviones que casi no me doy cuenta. Iré solo, pues ella tiene que seguir aquí su tratamiento, y a mi vuelta nos iremos juntos a España, donde una universidad me hace un gran homenaje, me da una medalla, y de paso me pide una conferencia...312 Más trabajo pero vale la pena pues es un homenaje muy sincero al cual asistirán todos los mejores especialistas en literatura latinoamericana y los que han escrito y trabajan sobre mis libros.
París está vacío, pues todavía la gente anda de vacaciones. Para nosotros es mejor, puesto que tenemos mucho que hacer. Espero que allá el invierno no haya sido demasiado crudo, y que pronto empiecen los días templados. Sé que la crisis economica es muy dura en la Argentina, y me duele por todos y especialmente por ustedes; ¿cuándo saldrá del pozo el país? Soy optimista como siempre, y confío en que la mejor gente de allá haga lo necesario para enderezar poco a poco las cosas.
Bueno, mamita, que sigas muy bien, es el deseo de Carol y el mío. Para las dos, nuestros afectos de siempre, y para vos un beso muy grande de tu hijo que te quiere,
Julio
París, 23/8/82
Queridos Mario y Nicole:
Recibí el cheque, y les devuelvo los recibos firmados. Muchas gracias.
Acabamos de regresar de Nicaragua, pequeño león valiente que pelea día a día por sobrevivir. Ahora me voy a México para un encuentro entre norte y latinoamericanos organizado por nuestro Tribunal Antiimperialista Latinoamericano. Tal vez el diálogo sea útil, aunque... Pero sigamos siendo optimistas.
Estaré en Sitges del 16 al 23 de septiembre a causa de un insensato homenaje que me rinde la universidad Menéndez y Pelayo. Daré una charla en la Casa Argentina de Barcelona, de paso, y confío en verlos, verlos, verlos.
Abrazos de Carol y de
Julio
4/9/82
Querida Norah, mándeme unas líneas en noviembre/diciembre y ya veremos si puedo darme ese salto para estar un poco con ustedes. Por ahora todo está confuso en mi calendario (que es como un espejo de la confusión del mundo...).
Un abrazo
Julio
París, 9 de septiembre de 1982
Mi querida mamá:
Ayer recibí tu carta, que tanto te agradezco. Vos me decís que ya no tenés la misma linda letra de antes, pero para mí eso no tiene ninguna importancia ante la alegría de recibir unas líneas tuyas. Todos perdemos nuestra letra después de una enfermedad, y el año pasado yo estuve dos semanas y media sin poder escribir ni una sola palabra; pero poco a poco la mano recobra la flexibilidad y todo vuelve a ser normal... Además vos sos una coqueta, porque tu letra está muy bien y muy clara.
Se siente que estás mejor después de algo tan penoso. Comprendo de sobra tus reflexiones tan melancólicas, porque nada hay tan triste como sentir que las fuerzas nos abandonan y que ya no podemos mantener el tipo de vida que hacíamos antes. Si querés que tu hijo te acompañe un poco en este terreno, puedo decirte que tampoco soy el de antes, que mi vista flaquea y tengo que cuidarla, y que me aburre tener que ir cada diez días a un laboratorio para que me analicen la sangre para ver si los glóbulos blancos suben o bajan. Todo eso entristece, pero en la medida en que no hay dolores insoportables, creo que no debemos quejarnos demasiado.
Mi pobre Carol volvió bastante enferma de Nicaragua, y por eso tuvimos que acortar nuestra estadía en México. La están tratando por alguna infección tropical de esas que se pescan en países cálidos, y todavía no se sabe exactamente qué clase de virus la ha atacado. Tal vez sea el famoso “dengue”, que apareció en Cuba hace tres años y que hizo un daño terrible a la población; podría ser que haya pasado a Nicaragua, puesto que son países próximos, y esperamos que los análisis de sangre mostrarán finalmente de qué se trata para encontrar un tratamiento eficaz. Carol está débil y dolorida, pero tiene un ánimo inquebrantable y pienso que dentro de poco saldrá del paso. En fin, hasta ahora parece que no estamos hablando más que de enfermedades, pero quiero decirte que todo el final de nuestras vacaciones fue muy hermoso. Yo te había hablado ya de la playa donde estábamos, y no hay mucho más que agregar, puesto que allá nuestra vida era muy simple, muchos baños en el mar, lecturas y descanso. Aquí encuentro un París otoñal muy hermoso, pues es como si siguiera el verano; días asoleados y tibios, que dan ganas de pasear por estas calles siempre tan hermosas.
Aurora anda de vacaciones en su casa de Mallorca, pero la veré a partir del 19 en que regresa a París. Vimos a Anna, que está muy bien y trabajando como loca con sus compatriotas polacos exilados en París; hacen una revista, ayudan a los que se escapan de Polonia, y dado su carácter, despliega una actividad digna de un huracán. Fue con su amigo Osvaldo a Israel y me contó muchas cosas de ese país que nunca conocí, parece que lo pasaron muy bien y que vieron muchísimos lugares interesantes.
Trabajo lo más que puedo en una serie de relatos, y tal vez para fin de este año tenga listo otro libro; con Carol trabajamos también en un libro en colaboración, que cuenta un viaje que hicimos juntos y que espero resulte divertido. El tiempo no me alcanza nunca para todo lo que quisiera hacer, pero eso tiene sus ventajas; creo que soy un hombre que jamás se aburrió un solo segundo a lo largo de toda su vida. ¿Escuchás un poco de buena música? Espero que la TV te lleve algunos buenos programas; yo casi no la veo, pero a veces hay cosas muy buenas, sobre todo películas.
Desde luego recibiré al hijo del doctor Romeo cuando llegue, no te preocupes puesto que me dará mucho placer conocerlo y ayudarlo en algo si es necesario. Mis afectos al doctor, a quien mucho quiero.
Cariños de Carol y míos para Ofelia (a quien le escribo), y para vos un gran beso de tu hijo
Julio
Carolita te escribirá cuando esté mejor.
París, 13/9/82
Querido Willie:
Carol sigue igual. La han trasladado al hospital St. Louis, que tiene el mejor equipo de hematología de Francia. Dentro de 3 días, espero, se sabrá con mayor certeza cuál es el virus que ha paralizado la producción de leucocitos y plaquetas. Carol sabe de nuestros diálogos telefónicos y les manda besos a Aída y a vos. Tiene un coraje que yo debo igualar, aunque no me sea fácil. Un abrazo,
Julio
24/9/82
Querido Jaime:
Perdóname por no haber contestado tu carta del 31/8. Volvimos a París con Carol muy enferma, y todo es como una larga pesadilla de la que iremos saliendo, lo sé, pero que llevará tiempo. Carol está hospitalizada y van a hacerle un tratamiento para que su médula vuelva a producir glóbulos blancos que ahora faltan por completo. Tiene un coraje maravilloso y sé que se curará, pero los hematólogos hablan de 2 o tres meses de hospital. Ya ves, no me queda más que estar a su lado y ayudarla a salir de este infierno cotidiano.
Espero que estés bien. Si un día quieres darle una gran alegría a Carol, llámala entre las 14 y las 19 horas a:
Hôpital Saint-Louis
203/9602 Poste 887.
Ella te quiere mucho y le hará bien escucharte.
Un abrazo grande,
Julio
24/9/82
Queridos Félix y Paca:
Gracias por el mensaje telefónico. Carol sigue igual, pero el lunes comienza un tratamiento que debería reactivar el funcionamiento de la médula y producir los leucocitos que le faltan. Tiene un coraje admirable y sé que se curará, pero llevará meses hasta salir de la pesadilla.
Si un día quieren decirle algo por teléfono, lo que la alegrará y alentará mucho, háganlo entre las 14 y las 19 horas a:
Hôpital Saint-Louis
Tel: 203/9602 – Poste 887.
Que ustedes estén bien, con todo mi cariño de siempre,
Julio
París, 25 de septiembre de 1982
Señor Vicente Verdú
EL PAÍS
Querido Vicente:
Muy bien, puesto que las cosas son así, colaboraré directamente con El País, desde luego con texto inéditos y totalmente desvinculados de los que le doy a EFE.
Dejemos en claro lo siguiente: Te enviaré textos cuando esos textos hayan decidido nacer, o sea que no me obligo a una regularidad que va en contra de mis mejores costumbres. Para empezar te envío lo que hubiera debido leer en la reunión de septiembre en Sitges, y que una grave enfermedad de mi mujer me impidió hacer. Me doy clara cuenta de que es un texto demasiado largo, pero a la vez lo creo lo bastante interesante y actual como para interesar a los lectores de El País. Detesto la división de artículos en dos partes, pero si no hay más remedio en este caso, tú verás. Tal vez por ser la primera de mis colaboraciones directas al diario, éste tenga la generosidad de abrirle todo el espacio necesario para que aparezca completo, lo que me llenaría de alegría.313
Confírmame el recibo de esto, y lo que piensas de todo lo que te digo.
Un abrazo,
Julio Cortázar
25/9/82
Querido Ángel:
Lo estoy pasando mal pues Carol está muy enferma y hospitalizada desde nuestro regreso de Nicaragua. Su médula no fabrica plaquetas ni leucocitos, y se está buscando la manera de que reanude su actividad, pero será muy largo y acaso muy penoso. Ya ves, pero lo mismo he querido escribir unas páginas que he dado a la agencia EFE para la máxima difusión.314 Perdoname si no son demasiado buenas, pero creo que ahí está mi corazón aunque la cabeza ande tan perdida.
Mil afectos a Marta
y un gran abrazo,
Julio
25/9/82
Querida Alba:
Para Vds. ese reencuentro con los seres queridos.
Con toda la esperanza y afecto de su amigo
Julio
PD. A pedido de la Sra. de Lazcano para las madres, esposas e hijos desaparecidos...
GARDEL 1982315
El día que me quieras, Argentina,
el día que me quieras
endulzará sus cuerdas el pájaro cantor,
florecerá la vida,
no existirá el dolor.
Volveré en ese día,
y como hoy te diré, cuánto te quiero,
y buscaré tu cara agazapada
en tanto miserable que sonríe,
para darte las mismas cachetadas
que te he dado de lejos y llorando.
Encontraré tu verdadera cara
que me mire ya a salvo,
y besaré esa boca que me espera
al otro lado del horror y el miedo,
cuando vos misma nazcas como quiero
que me quieras, mi amor, vos la de veras
gran madre de vos misma.
Volveré para amarte
así, y tan sólo así, y a pleno día.
Julio Cortázar
París, 26 de septiembre de 1982
Mi querida mamá:
Hace dos días llegó tu carta para Carol. Creo haberte dicho en mi última que está bastante enferma, y precisamente por eso tu mensaje le trajo una gran alegría, pues es un momento en el que la presencia de amigos y seres queridos cuenta mucho para ella. En estos días van a comenzar un tratamiento de fondo para ver si se consigue eliminar la anemia que la afecta, y los médicos tienen la seguridad de que lo conseguirán; pero va a ser un proceso bastante largo, y sé que durante dos meses por lo menos Carol deberá estar en cama o por lo menos guardando un reposo completo. Ya ves que no son buenas noticias, pero es mejor que conozcas la situación tal como se presenta. Yo paso la mayor parte del tiempo con Carol, que está en el hospital Saint-Louis, que tiene el mejor servicio de hematología de Francia. Todos nuestros amigos se turnan para telefonearle y hacerle rápidas visitas (no debe hablar mucho hasta la semana que viene), de modo que yo me siento acompañado en este momento tan penoso.
Carol leyó tu carta y me pidió que te la agradeciera mucho, ya que por ahora no se siente capaz de escribirte directamente. Pero ya verás que lo hará apenas recupere las fuerzas que le faltan.
Confío en que vos y Ofelia estarán bien y apreciando como se debe la llegada de la primavera (aunque esta estación no se nota demasiado en Buenos Aires, por lo menos en comparación con los países europeos). Aquí avanzamos despacito en el otoño, pero el tiempo sigue bueno. Yo voy y vuelvo a pie del hospital a casa (es una media hora de trayecto) y ese ejercicio diario me hace bien porque una vez en casa tengo tantas cartas que escribir y cosas que hacer que no puedo moverme mucho. Me las arreglo solo, puesto que es necesario por un tiempo que puede ser bastante largo, pero por suerte el departamento está bien instalado y no me da mucho trabajo. Hay una señora portuguesa que viene dos veces por semana a limpiar y a lavar, de modo que las tareas pesadas no me tocan a mí. Sé cocinar y no tengo problemas por ese lado, aunque varias veces por semana como en casas de amigos que vienen a buscarme y a acompañarme un poco.
Bueno, mamita, espero que mi próxima contendrá mejores noticias. Mis cariños a Ofelia, y para vos un beso muy grande de tu hijo que tanto te quiere,
Julio
29/9/82
Amigo Pedro Lastra:
Dos líneas apenas, pero es que estoy pasando malos tiempos con mi mujer muy enferma y todos los planes por el suelo. Todo saldrá bien, estoy seguro, pero por ahora no alcanzo a concentrarme en nada.
No recibí Noticias del Extranjero. ¿Lo envió a la B. P. sin duda? Al pie le doy mi domicilio actual, me gustaría que me llegara su libro. Aquí le mando Glenda como me pide. Y gracias por sus palabras siempre cordiales.
Un abrazo
Julio Cortázar
4, rue Martel
75010 PARIS
29/9/82
Amiga Carmen:
Dos líneas, porque los problemas del momento no dan para más. Gracias por tus buenos deseos para mi mujer, que sigue muy enferma pero espero que mejorará pronto. Lamento que hayas ido para nada a Sitges, aunque sin duda aprovechaste de lo que se discutió allí.
Mándame tu o tus trabajos cuando quieras. No puedo leerlos en seguida, por todo lo que sabes. Pero los leeré.
Un abrazo,
Julio Cortázar
París, 11 de octubre de 1982
Querido Saúl:
Gracias por tu carta. Malos tiempos, por cierto, pero Carolita está un poco mejor, por lo menos en la superficie, porque aún no se sabe cómo va a reaccionar en lo profundo; su médula se ha bloqueado por razones desconocidas, y se trata de conseguir que vuelva a producir glóbulos blancos y plaquetas, que por ahora recibe en forma de transfusiones. Lleva un mes y medio de hospital, con un coraje admirable. Supo de tu carta y manda besos, muchos besos para Danusia y para vos. Yo vivo como entre paréntesis, privado de toda noción de futuro donde sin embargo sigue viva la esperanza, pues estoy seguro de que Carol saldrá de este infierno, pero sólo puedo estar todo el tiempo junto a ella y ayudarla a no sentirse demasiado mal.
Cosas prácticas:
Entrevista: Pienso que la fecha (10/15 de diciembre) es buena y la acepto, por supuesto.316 La única reserva es que acaso Carol deba pasar la segunda parte del tratamiento en algún sanatorio de montaña, al que yo la acompañaría, pero esto no es más que una hipótesis por el momento. Dado que vas a andar por aquí, teneme al tanto de tus movimientos, y ojalá podamos encontrarnos y charlar para resolver el problema de Janney, al cual le estoy haciendo pasar las de Caín sin quererlo… Mis saludos a él si lo ves, espero que todo termine por llevarse a cabo.
Pienso que ahora no vale la pena de que te cablegrafíe o telefonee porque todo está en el aire, pero en noviembre se verá más claro y entonces podríamos definir nuestro encuentro en diciembre. Te señalo que mi grabador telefónico no tiene límite de tiempo, de modo que podés dejar mensajes extensos si es necesario, y llegado el momento yo te contestaré.
National Public Radio: Si podemos hacer esto al mismo tiempo que lo otro, mejor. Nota: yo hablando inglés soy como Bing Crosby cantando en español. Pero haciendo las cosas despacio puede salir, tal vez. Vos decidís, previo test.
Antología: Tu temario me parece bien, pero dado que Willie te da un plazo bastante amplio, podríamos discutirlo mejor en diciembre, con papeles en la mano, aquí en mi casa. Tal vez se nos ocurran variantes, porque la verdad es que en estos años se han ido juntando muchos textos que me olvido pero que están más o menos acumulados en carpetas y cajones; vos podrías aconsejarme y entre los dos decidiríamos. Te repito sin embargo que tal como lo presentás en tu carta, el temario me parece bueno.317
Cuento inédito: Me alegro de que Willie esté de acuerdo, porque a veces los editores no se alegran demasiado con las pre-publicaciones. Te mando un cuento adjunto,318 que formará parte del próximo libro en que trabajo y que acaso estará terminado a fin de año.
Perdoname el laconismo, no estoy para escribir largo. Mis afectos a Danusia, y un abrazo muy grande para vos de
Julio
París, 11/10/82
Querido Willie:
No puedo darte todavía noticias precisas sobre la salud de Carol, porque sólo a fines de esta semana o a comienzos de la próxima se hará el balance del tratamiento del que hablamos. El estado general de Carol es netamente mejor que hace 15 días, y creo que eso permite esperar que los efectos del tratamiento se hagan sentir en el plano profundo, que es el que interesa. Cariños de Carolita para Aída y para vos, y un gran abrazo de,
Julio
París, 13 de octubre de 1982
Querido Mariano:
Recibo tus líneas, así como el acta de la reunión del Comité Permanente. Muchas gracias por tus buenos deseos con respecto a la salud de Carol, que ella también te agradece cariñosamente. Por ahora no cabe más que seguir esperando los efectos del tratamiento, que según los médicos puede ser muy largo. De todas maneras el estado general de Carol es mejor que el mes pasado, y todo me hace esperar que dada su juventud habrá una reacción positiva en las semanas que vienen. Como de todas maneras es imposible hacer pronósticos seguros en este momento, tomo buena nota de lo que me dices sobre la reunión del mes de enero en La Habana, y estoy convencido de que todo irá bien en esa época y que podré estar con ustedes. Lo que no creo es que pueda ir en diciembre para el Festival de cine, y ya le he escrito a Alfredo Guevara para ponerlo al corriente de la situación: pero enero está todavía lejos, y pongo todas mis esperanzas en poder sumarme a ustedes. No acompañarlos en la reunión de México fue una gran frustración para mí, pues nada me hubiera gustado más que leer personalmente el texto de inauguración del encuentro con los escritores, y participar en las conversaciones oficiales y privadas con ellos y con tantos compañeros de nuestras tierras.
Hasta pronto, espero, con muchos afectos a todos los amigos y compañeros de la casa. Carol sabe que te escribo, y me pide que te mande un abrazo, que va junto con el mío,
Julio
París, 14 de octubre de 1982
Querida mamá:
Ayer me llegó tu carta del 5, junto con la tarjeta llena de flores para Carol. Se la llevé al hospital en seguida, pues paso gran parte del día junto a ella, y quiero decirte que se alegró mucho de tu mensaje cariñoso, que te retribuye con todo afecto. En estos días no le resulta fácil escribir, porque se cansa, pero apenas haya recuperado un poco más las fuerzas te escribirá unas líneas.
Los médicos encuentran que el estado general de Carol ha hecho progresos, y yo también lo noto. El problema es que todavía no se ha conseguido hacer funcionar bien la médula espinal, que es la que fabrica los glóbulos blancos y las plaquetas, tan necesarias para el organismo, y hay que seguir con el tratamiento intensivo hasta que haya una reacción positiva. Esto lleva casi siempre mucho tiempo, a veces meses enteros... Ya ves que no estamos pasando un buen momento, pero Carol tiene un coraje extraordinario y yo hago todo lo que puedo para darle ánimo y facilitarle una vida lo más normal posible en estas condiciones. Tiene una habitación para ella sola en el hospital, y yo alquilé un televisor con un sistema que le permite manejarlo sin moverse de la cama. Le llevé un transistor con cassettes y radio, de modo que puede entretenerse escuchando música o mirando la TV, que en Francia es muy buena y variada. Carol es una gran lectora, de modo que le llevo todos los libros que desea. Y pasamos horas y horas charlando y haciendo planes para dentro de unos meses. Y estamos seguros de que todo irá bien, y que la paciencia es lo único que cabe en este momento.
Por lo que me contás veo que de nuevo hay inundaciones en el país, y me entristece imaginar a tantos miles de personas sin hogar cuando ya la situación es tan mala desde el punto de vista del trabajo. Aquí llueve mucho también, pero es el otoño y no se puede esperar otra cosa. Poco a poco se va acentuando el frío, y yo saco a relucir mi colección de pulóvers, bufandas y gorras. Por suerte nuestro departamento tiene excelente calefacción, y aunque me siento muy solo en él por la noche, por lo menos estoy cómodo y confortable y puedo trabajar sin molestias. Todos nuestros amigos se portan muy bien y nos acompañan mucho en estas semanas, y recibo cartas de todas partes del mundo haciendo votos por la salud de Carol. Como tengo tantos lectores, las noticias corren como pólvora, y es conmovedor para mí recibir tantos testimonios de afecto de los más diversos países.
Mi salud es muy buena, y te pido que no te preocupes en ese sentido. Tengo la obligación imperiosa de cuidarme y estar bien mientras Carol siga internada (y después también, pero como llevaremos de nuevo nuestra vida normal, no tendré que preocuparme especialmente por mí).
Que estas líneas las encuentren muy bien a las dos. Hasta muy pronto, con cariños para Ofelia, y un beso muy grande de tu hijo que te quiere,
Julio
14 de octubre de 1982
Querida Evie:
Imposible escribirte largo, pero quiero que sepas que acabo de autorizar a Mary Ellen Kiddle para que incluya mi cuento en su libro de texto.319
Lo estoy pasando mal, con Carol muy enferma y en el hospital desde hace casi un mes y medio. Empezó a sentirse mal en Nicaragua y tuvimos que volvernos renunciando al final de las vacaciones y una prolongación en México. Aquí descubrieron que tiene una carencia de glóbulos blancos y plaquetas por mal funcionamiento de la médula. La están tratando intensamente, pero nada es seguro todavía. Ya te imaginarás lo mal que me siento yo; he renunciado a todas mis obligaciones, viajes y trabajos; y paso todo el tiempo junto a ella para alentarla. Sé que saldrá del paso, pero es duro y me temo que llevará mucho tiempo.
Me alegro en cambio de saberlos bien a todos ustedes. Perdóname estos garabatos, pero ya ves que respondo en seguida a tu amiga, y que te agradezco tus líneas siempre tan tuyas.
Saludos a Iván y a los jóvenes, y para ti un abrazo fuerte,
Julio
París, 22 de octubre de 1982
Querida Ofelia:
Esta carta te llegará tarde, pero lo mismo te lleva mis mejores deseos para tu cumpleaños, y mi esperanza de que tanto vos como mamá estén con muy buena salud cuando recibas estas líneas.
Te imaginarás que mi retraso se debe a la situación que estoy viviendo con Carol, hospitalizada desde hace un mes y medio y en un estado de salud que todavía no tiene una definición precisa. Los médicos confían en que la médula, que dejó prácticamente de funcionar y de producir glóbulos blancos y plaquetas, vuelva a activarse, con lo cual habría una reacción favorable. Pero son cosas que no se conocen todavía bien, y el azar juega un papel importante en estos procesos. Por eso solamente puedo estar al lado de Carol, alentándola, y tratando de resistir a la angustia que me asalta en muchos momentos. Puedo decirte que en estos últimos días su estado ha mejorado bastante, y que hay posibilidades de que la médula se decida a reanudar su actividad. Pero cuándo y en qué medida... hay simplemente que esperar y confiar.
Ya ves que ésta no es una carta alegre, como hubiera querido para vos, pero prefiero decirte las cosas tal como son, con la esperanza de poder escribirte pronto para darte buenas noticias. Si algo tengo, es esperanza, y estoy seguro de que vos la compartirás conmigo.
Que pases un cumpleaños agradable, que mamá esté bien, y recibe todo el afecto que te manda Carol y al que se agrega un gran abrazo de tu hermano,
Julio
París, 22/10/82
Querido Pedro:
Con qué pasión he leído sus poemas320 y los he vivido tan entrañablemente. Si algo puedo comprender –y suscribir– es todo lo que dice Enrique Lihn en la postdata, de poeta a poeta, como debe ser. Yo no puedo llegar tan lejos, pero sí decirle que su libro ha sido un viaje por tierras desconocidamente conocidas, quiero decir una serie maravillosa de encuentros, asombros, imágenes y extrañamientos. Gracias por todo eso, y excúseme de no escribirle más largo, pero estos son tiempos malos para mí. Y eso me vuelve aún más hermoso este encuentro con la poesía... y con un amigo.
Abrazos
Julio Cortázar
París, 22 de octubre de 1982
Querido Mariano:
Tu larga y cariñosa carta llegó en momentos en que me hacía más que nunca falta la presencia por lo menos epistolar de amigos como vos, buenos y generosos. Parecería que alguna influencia telepática te dijo que tus palabras me ayudarían en circunstancias penosas, y así fue. Porque la verdad es que estoy viviendo un momento harto angustioso de mi vida, porque Carol está muy enferma y por el momento no hay ninguna certeza de que pueda superar una situación que se prolonga desde hace más de dos meses. Quiero decirte antes que todo que estoy convencido de que su curación es un problema de tiempo y de paciencia, pero entre tanto los días, cada uno de los días, es un peso muy grande para ella y para mí.
Te resumo la situación en pocas palabras: estando en Nicaragua, donde pasábamos las vacaciones y cumplíamos tareas de solidaridad con ese pueblo que tanto admiramos y queremos, Carol empezó a sentirse débil, al punto que decidimos hacer un análisis de sangre, y descubrimos que tenía muy pocos glóbulos blancos y plaquetas. Un segundo análisis, días después, mostró que la baja era aún mayor, y entonces yo decidí interrumpir el viaje a México que íbamos a hacer porque yo debía inaugurar una reunión de escritores, y nos volvimos inmediatamente a París. En Nicaragua faltan a veces hasta las aspirinas, de modo que toda idea de iniciar allí un tratamiento era insensata. En París no tardaron en diagnosticar una parálisis de la función medular con la consiguiente interrupción en la producción de elementos sanguíneos fundamentales. La hospitalizaron hace dos meses, y sigue ahí, con transfusiones permanentes y un tratamiento a base de cortisona que en algunos casos estimula la médula y la pone nuevamente en estado de producir leucocitos y plaquetas.
Por desgracia esto no ha sucedido hasta ahora, de manera que dentro de dos semanas, vencido el plazo de espera, se procederá a otro tratamiento que desconozco pero que podría dar resultados. Carol está en manos de una hematóloga considerada como eminente, de modo que en ese sentido hay todas las garantías; pero cada día que pasa sin que se produzca una reacción favorable aumenta mi incertidumbre. Su ánimo es maravilloso, y yo saco fuerzas de eso, para no darle jamás a entender que tengo miedo aunque mi esperanza siga siendo tan grande como al principio. Su estado general es bueno, pero está débil y hay siempre el peligro de infecciones y hemorragias por la falta de elementos de la sangre que protegen contra eso.
Ya ves. Aurora, que está al tanto de todo, nos acompaña generosamente como siempre, y me ayuda a tener coraje, lo mismo que todos nuestros amigos. Tu cercanía a través de tu carta me da también más fuerzas para enfrentar este momento que de lo contrario sería insoportable.
Quiero agradecerte (y me perdonarás que no te escriba largamente como lo hiciste vos y como espero hacerlo en el futuro, pero la fatiga y la tensión nerviosa me obligan a abreviar) todo lo que me contás de mi madre y mi hermana. Que Gladys y vos vayan a visitarlas es para ellas –lo sé sobre todo por Herminia, que no deja de mencionarlo cada vez que ocurre– un momento muy hermoso y muy tierno, que mamá valora como ella sabe hacerlo. Por ellas, y también por el doctor Romeo y una amiga de la casa estoy al tanto de los detalles médicos, y sé que dentro de lo lógico y esperable las dos están bien, cosa que me tranquiliza. Lo único que deseo en el caso de mi madre es que no sufra, y que el fin de sus días le llegue con toda la paz y la tranquilidad que podemos desear a los seres queridos. Nunca me fue dada la fe –y pienso en algunos párrafos muy conmovedores de tu carta, cuya sinceridad te agradezco tanto–, y por eso no puedo pedir lo que otros pueden pedir por sus prójimos; pero en un plano puramente terrenal, ojalá que mi madre llegue al término de su vida sin pasar por esos infiernos médicos que sólo prolongan situaciones insoportables.
Me alegra tener noticias de tu mujer, de tus hijos y de sus familias, y saber que están bien, así como vos me das igualmente la impresión de estarlo a pesar del clima que te toca vivir en un país tan azotado por el infortunio como el nuestro. Comprendo de sobra que muchas veces has de sentir la angustia de ver a la Argentina sumida en un abismo de contradicciones y de sufrimientos, cuyas razones y responsabilidades no soy yo quien puede juzgarlas pero sí compartirlas a la distancia. En estos meses se diría que se ha abierto una pálida luz que mira hacia el futuro; ojalá la voluntad de los bien pensantes y los que tienen conciencia de la realidad ayude a que ese resplandor se vuelva finalmente una claridad definitiva para el presente y el futuro. Sigo desde aquí la evolución del proceso (tenemos en general buena información, desde luego no oficial ni mucho menos), y te repito que advierto signos alentadores. Ojalá no me equivoque.
Cierro estas líneas, Mariano, porque estoy demasiado fatigado para continuarlas. Quería que sepas cuánto te agradezco tu afecto y tu amistad, y ojalá el futuro me deje mantener con vos este contacto que has iniciado y que te agradeceré siempre. Mis mejores cariños para Gladys y tus hijos, y aquí agrego una sonrisa y un beso de Carol, que supo de tu carta y se alegró, porque recuerda bien la única vez que estuvo con ustedes en casa de Aurora.
Y un abrazo muy, muy fuerte de
Julio
22/10/82
Querido Antonio:
El correo se acumula sobre mi mesa, y respondo demasiado tarde a tu grata invitación que mucho te agradezco. Ocurre que Carol está muy enferma, hospitalizada en Saint-Louis desde hace un mes y medio: bloqueo de su función medular, lo que entraña carencia de glóbulos blancos y una vulnerabilidad total. Ya te imaginas. Sólo vivo para ella y por ella, confiando en que saldrá del paso. Pero no estoy en condiciones de participar en nada por el momento.
Si hubiera otra posibilidad para que yo lea un texto de cronopios, por supuesto lo haré. Avísame si es posible, y cuándo. Ojalá el film321 salga bien (estoy seguro por lo que toca a Berzosa y a ti) y te pido me perdones esta carta triste. Mis afectos a Mercedes y un gran abrazo,
Julio
París, 29 de octubre de 1982
Querida mamá:
Esta mañana me llegó tu carta del 25 de este mes, que me trajo una vez más tu presencia y tu aliento. El estado de Carol sigue siendo el mismo, y los médicos me dicen que se trata de seguir esperando con paciencia el resultado del tratamiento intenso a que está sometida. A pesar de su debilidad, Carol mantiene todo su ánimo y su fuerza moral, que es enorme. Está segura de que va a curarse, lo mismo que yo que la acompaño continuamente. Cada día que pasa es una nueva esperanza de que su organismo terminará por reaccionar, y que podré traerla de nuevo a casa para una feliz convalescencia.
Le leí a Carol la carta que le mandaste, y me pidió que te la agradeciera mucho, así como las flores que le gustaron tanto y que tiene cerca de ella. Cosas así la animan y le dan fuerzas, y todos nuestros amigos le hacen llegar continuamente mensajes de aliento que ella agradece con todo su cariño.
Me alegró saber que los chicos Pereyra las acompañaron en el cumpleaños de Ofelia. Mi carta para ella salió con atraso, pero espero que ya la haya recibido. Sé muy bien que comprende la situación en que estoy, y lo difícil que me es acordarme de todo y mantener al día la correspondencia. Decile que sus buenos deseos de acompañarme me hacen mucho bien, y que para mí es como si ella y vos estuvieran aquí a mi lado para hacerme bien.
El breve comentario que hacés sobre el horrible descubrimiento en Grand Bourg322 se suma a las muchas noticias que leo en los diarios sobre esto. Para mí, desgraciadamente, no es una novedad, y sabés muy bien que sólo por razones de seguridad (seguridad para vos y para Ofelia) no he hecho comentarios políticos en mis cartas de estos últimos años. Pero no sólo he seguido y sigo de cerca los problemas argentinos sino que en la medida de mis fuerzas he luchado y lo sigo haciendo contra el horror de una situación que cada día se conoce mejor allá. Y digo allá, porque aquí la conocemos desde hace mucho; los exilados sabemos más que ustedes sobre la verdad de lo que pasó y pasa, y entre otras cosas sobre la guerra de las Malvinas. Sigo creyendo que en la Argentina se terminará por abrir los ojos a la realidad, y tengo fe en su futuro. Pero entre tanto, ¿quién secará las lágrimas de las madres de la Plaza de Mayo, y las de tantos otros? No te digo más porque sigo creyendo que no debo entrar en estos temas en mi correspondencia con ustedes. Ya llegará el día, y entonces podremos hablar.
Espero que Ofelia y vos sigan muy bien. Me alegró mucho saber que te habías animado a hacer esa salida para la cuestión de tu audífono, y confío en que ya te estás acostumbrando a usarlo; es una cuestión de paciencia, como los anteojos, pero verás que los resultados serán buenos.
Un beso para Ofelia, y otro muy grande para vos, con todo el cariño de tu hijo
Julio
Le 11/3/82
Très chers Patricia et Alecio,
Les fleurs sont belles, mais les mots que vous aviez ajoutés le sont encore plus. Il y a dans tout cela le parfum de l’amitié, et je voudrais être capable d’exprimer mieux tout ce que je ressent pendant que je pense à votre visite. Merci, chers amis, je vous embrasse très fort et je me sens un peu moins seul ce soir.323
Julio
París, 10 de noviembre de 1982
Mi querida mamá, querida Ofelia:
Les escribo estas líneas a las dos después de haber recibido las últimas cartas que me enviaron. Hubiera preferido escribir a mano, pero en estos días me resulta difícil y prefiero la máquina para que puedan leer sin dificultad en vez de descifrar garabatos.
Tal vez lo sepan ya por Aurora, que me dijo que iba a escribirles en seguida. Carol se me fue como un hilito de agua entre los dedos el martes 2 de este mes. Se fue dulcemente, como era ella, y yo estuve a su lado hasta el fin, los dos solos en esa sala de hospital donde pasó dos meses, donde todo resultó inútil. Hasta el final estuvo segura de que se mejoraría, y yo también, pero en los dos últimos días solamente ella, por suerte, conservó su esperanza que yo había perdido después de hablar con los médicos. De ninguna manera se lo di a entender, la acompañé como si nada hubiera cambiado, y en las últimas horas conseguí que ya nadie entrara a molestarla y me quedé a su lado cuidándola, hasta que el último calmante que le habían dado la fue adormeciendo poco a poco. No supo nada, no sufrió nada en ese momento final. La enterré el viernes en el cementerio de Montparnasse, un barrio que ella amaba mucho, y todos nuestros amigos estuvieron con ella y conmigo. Puedo decirles, porque pienso que les hará bien, que me acompañaron como ustedes lo hubieran hecho de estar aquí, y eso me ayudó a soportar un poco mejor la distancia que me separaba de Buenos Aires y el hueco infinito de la ausencia de mi Carolita tan querida.
No puedo escribir mucho, me es difícil y ustedes comprenderán. Ya llegará el día en que les hablaré –ojalá que allá, con ustedes– de estos años en que fuimos tan felices. Ahora, mañana, me voy al sur de Francia, a casa de esos amigos que tanto nos cuidaron cuando Carol estuvo enferma hace 4 años y yo el año pasado. Aurora ha querido venir conmigo, y su compañía me hace y me hará mucho bien. Cuando ella vuelva a París, pues sólo tiene dos días libres, yo seguiré a las Baleares, donde tengo amigos queridos, y luego regresaré a París pasando por Barcelona. Estaré ausente dos semanas, y creo que sólo así podré habituarme a la vuelta a este departamento tan lleno de Carol, tan habitado por ella.
Sé que les escribiré con más ánimo, y no tengan miedo por mi salud, que es buena. Me cuido porque tengo la obligación de seguir viviendo por ustedes y por mi trabajo en favor de la libertad de tantos pueblos oprimidos. Les mando a las dos todo mi cariño, y mi recuerdo constante,
Julio
10/11/82
Querido Sergio:
Las flores que llevaban tu nombre acompañaron, junto con las de Tomás, a Carol en su último camino. Si hubiera podido saberlo, sé que hubiera estado orgullosa de sentirse una vez más tan cerca de ustedes y de su pueblo que tanto amó.
Te hablaré más de ella cuando nos veamos de nuevo, espero que en enero. Para vos, para Tulita, para Juanita, cuyos mensajes tanto me ayudaron en las horas negras, todo mi afecto y mi solidaridad de siempre.
Julio
14/11/82
Gracias, Juan Carlos, por tu mensaje que me conforta en esta soledad de la que sólo los amigos pueden arrancarme con su afecto.
Te abraza
Julio
16/11/82
Gracias, Oscar, por tu mensaje que me alienta en estos días huecos. He huido de París pero volveré pronto. Veámonos entonces.
Un abrazo
Julio
29/11/82
Gracias, Silvia, por tu mensaje que me conforta en este momento tan duro. Te abrazo con todo mi afecto,
Julio
29/11/82
Eva, ayer volví a París y encontré la invitación para su concierto del 26. Gracias por enviármela, aunque de todos modos no hubiera ido aun estando en París: Carol murió el 2 de este mes, y yo vivo como en una pesadilla perpetua, sin comprender, sin aceptar. Pero me hizo bien encontrar su tarjeta, fue como una presencia amiga en esta soledad. Gracias y un abrazo de su amigo
Julio Cortázar
29/11/82
Gracias, Jaime, por tu mensaje que me trae tu amistad y que me ayuda a tratar de entender este vacío en que vivo. No puedo hablarte ahora de posibles viajes, acaso el tiempo vaya ordenando un poco el caos.
Te abraza
Julio
Mis afectos a Claudia.
29/11/82
Silvia, recibo hoy tu postal de Túnez. Lo que tengo que decirte es horrible: Carol murió el 2 de este mes, después de dos meses en el hospital donde nada pudieron hacer para salvarla. No puedo agregar nada, salvo que ella te quería mucho y se alegraba con cada una de tus cartas. Estoy en un pozo negro y sin fondo. Pero no pienses en mí, piensa en ella, luminosa y tan querida, y guárdala en tu corazón.
Te abraza
Julio
29/11/82
Gracias, Fernando, por tu mensaje que me alienta en este vacío en que vivo. Quiero que Carmen, tu hija y tú sepan que Carol los quiso mucho en ese breve pero tan hermoso encuentro que tuvimos en tu casa y en Lake Tahoe, y que siempre deseó que volviéramos a encontrarnos algún día. Te agradezco tu generosa oferta de hospitalidad, ojalá llegue un día en que pueda volver –llevándola también a ella en mi corazón– cerca de ustedes.
Con todo mi afecto,
Julio
29/11/82
Queridos Claribel y Bud, estoy bien y los quiero. Pronto enviaré otras cosas (el libro de poemas, etc.) pero ahora les pido que envíen mi mensaje a Erik, que no me puso sus señas. Tengo miedo de que se pierda si lo envío c/o Tomás dados los cambios de nombres, etc.
Viví horas de paz con ustedes, que me ayudaron a sentirme menos destruido. Y espero tanto volver a verlos en nuestra Managua, pronto.
Los quiere tanto,
Julio
29/11/82
Félix, Paquita, a esa casa que siempre tuvieron abierta para mí y en la que también entró Carol, a esa casa volveré pronto para estar con ustedes y también con ella que seguirá junto a mí en todos los viajes que me toque hacer, llegaremos un día los dos, seremos siempre los dos como tú nos ves en esas páginas que me destrozan, Félix, y que a la vez me hacen tanto bien porque son las que yo hubiera querido escribir si fuera capaz de hacerlo. Ahora es el hueco, en un París zombie, no puedo escribir ni vivir mientras veo cómo nacen estas palabras y corre la tarde, sé que ustedes dos lo saben y lo comprenden, que no necesito agregar nada, que los quiero tanto,
Julio
29/11/82
Gracias, Ángel, tu carta me hace bien, me ayuda en este pozo donde estoy metido sin comprender, sin aceptar. No puedo escribirte lo que quisiera, pero abrazala muy fuerte a Marta por mí, y tené la seguridad de que el afecto de los dos me acompaña y me sostiene. Los quiero mucho,
Julio
29/11/82
Gracias, Guillermo, por tus palabras sobre Carol que acabo de leer en Sábado, y que me han hecho tanto bien. Gracias por ser tan bueno y querernos tanto.
Los abraza,
Julio
París, 30 de noviembre de 1982
Greg, tal vez ya lo sepas, Carol se me murió el 2 de este mes, después de dos meses de hospital en que nada pudieron hacer para salvarla. No lo comprendo todavía, estoy en un pozo ciego del que no consigo salir, pero Carol los quería tanto a Clem y a vos y necesito decírtelo y abrazarlos muy fuerte,
Julio
30/11/82
Gracias, Norah, por ese mensaje que me alienta en este vacío que me envuelve. No puedo escribir más pero quiero que sepa que la siento muy cerca y que la abrazo con todo cariño,
Julio
París, 30 de noviembre de 1982
Mi querida mamá:
Hoy me llega tu carta del 21, que me trae todo tu amor y tu consuelo. Anoche estuve con Aurora, que me dijo que había recibido una carta tuya. Me hace tanto bien saber que estás bien de salud, es lo único que me queda para sentirme mejor en esta soledad que [me] toca vivir al fin de mi vida. Quiero que sepas que todos mis amigos han sido maravillosos de bondad y generosidad, y que acompañaron a Carol en todo momento y me acompañaron en esos días en que poco a poco tenía que ir renunciando a la esperanza de salvarla. Me fui de París porque no podía soportar este departamento vacío, su presencia en cada cosa, en cada planta y cada objeto que sus manos habían querido y cuidado. Pasé unos días con los Thiercelin en el sur, luego seguí a las Baleares donde me quedé un poco con Claribel Alegría, y finalmente volé a Barcelona donde tengo amigos que me esperaban.
Ahora, de vuelta, enfrento el deber de trabajar y de seguir adelante, como vos me lo decís en tu hermosa carta. Lo haré, podés estar segura: en enero me voy a Cuba y de ahí a Nicaragua, a pelear por esa gente que lucha contra tanto enemigo salvaje. Y si las cosas siguen como parece, me verás llegar a tu lado antes de esos tres años de que hablás. No sé cómo ni cuándo, pero nos veremos, podés estar segura. Por ahora te pido que tengas como siempre ese valor que tanto admiro en vos, y que te cuides mucho. Dale mis cariños a Ofelia, y gracias otra vez por tu mensaje que es para mí un aliento y una caricia de tus manos. Te quiero, te abrazo mucho,
Julio
París, 1º de diciembre de 1982
Mi querida Aurora:
Como sos muy distraída, te ruego que guardes bien la fotocopia adjunta.
Si un día fuera necesario ejecutarla, deberás ponerte en contacto con Maître Jean-Jacques Ploquin, 25 rue Royale, 75008, quien tiene el original y lo autentificará.
Creo haber hecho lo que debía ahora que me falta Carol. Siempre te había destinado la mitad de mis derechos de autor, pero ahora entiendo que todo el resto de mis bienes debe ir a tus manos además de eso. Creo además que lo que les pido a los Yurki y a vos no puedo pedírselo a nadie más amigo, más bueno y más inteligente.
Basta de solemnidad: un gran beso y todo el cariño de
Julio
N.B.- Inútil decirte que tengo la intención de vivir todo lo que pueda. Pero se vive mejor cuando se tienen las cosas y las camisas bien arregladas.
París, 6/12/82
Querido Jaime:
Gracias por tus palabras tan amigas, y por guardar de Carol una imagen tan dulce y tan bella. Así fue ella para los que amaba, y tú sabes bien que estabas entre ellos y que te guardaba un afecto muy grande.
Contesto brevemente a tu carta: salgo hacia el 5 de enero para La Habana, y entre el 15 y el 20 saltaré a Nicaragua donde me quedaré hasta fines de febrero. Por lo que ves, estaré todo este mes en París.
Shavelzon me telefoneó para decirme que esperaba publicar Deshoras en febrero, y pidiéndome que de Managua fuese unos días a México. Sin duda lo haré para verlo y luego tomar allí un avión de regreso a París.
Creo que con estos datos, la señora Felisa Ramos podrá hacerme llegar las pruebas dónde y cuándo le parezca mejor.
Ojalá nos veamos en Cuba o en Nicaragua. Ya sabes mis fechas, de modo que si hay alguna coincidencia, avísame en seguida.
Gracias otra vez por muchas cosas, Jaime, y un abrazo muy fuerte.
Julio
6/12/82
Gracias, querida Rosario, por tu mensaje que me ayuda a sentirme un poco menos vacío en este presente que no consigo realizar.
Te abrazo muy fuerte,
Julio
6/12/82
Gracias Eva, por su mensaje tan amigo. Ahora que sé que también usted ha sufrido la pérdida de su compañero, sus palabras me llegan todavía más hondo. Perdóneme por no escribir más pero quiero que sepa de mi afecto y de mi gran gratitud
Julio
13/12/82
Silvia, vendrá el día en que pueda escribirte o verte –que sería lo mejor. Ahora no puedo, vivo en otro plano que el de las palabras, y si tu carta me trae tanto cariño por Carol y por mí, no alcanzo a responderla, creo que comprenderás y que vendrá un día en que por fin hablaremos. Tal vez en el 83 me venga a verlos y a conocer tu país. No tengo planes y sólo pienso en terminar el libro que hicimos juntos Carol y yo y que tengo que completar yo solo ahora. Se lo debo, quiero que salga, en este momento es mi única manera de seguir junto a ella, hablándole y escuchándola.
Te quiere
Julio
París, 14 de diciembre de 1982
Mi querida mamá:
Tengo aquí tu carta del 30 de noviembre, que encontré a mi vuelta de ese viaje de dos semanas que hice para alejarme de París. Quiero que sepas que el viaje me ayudó un poco a sentirme menos solo, porque amigos muy buenos me esperaban en el sur de Francia, los mismos que nos ofrecieron tantas veces su casa cuando estuvimos enfermos, y los mismos que fueron nuestros testigos hace un año cuando nos casamos en ese pueblito al lado del cual está su casa. Tuve mucha tranquilidad, y durante cuatro días no hice más que contestar (aunque fueran dos líneas) la enorme cantidad de cartas y telegramas que había recibido de todas partes. No me hubiera sentido bien si no hubiera contestado algunas palabras a cada uno de esos mensajes, pero me llevó días y días terminar; y además podés imaginarte el estado de ánimo con que leía y respondía a todo eso. Pero lo hice, y me sentí mejor. Todavía hoy me siguen llegando mensajes de gente que se enteró tarde, y también los contesto, pero puedo hacerlo con más serenidad, alternando con otras obligaciones.
De la casa de los Thiercelin volé a Mallorca, para estar con Claribel y Bud; me quedé cuatro días con ellos, que fueron como siempre maravillosos de cariño y discreción. Dimos algunos paseos en auto para ir a comer a lugares agradables junto al mar, y escuchamos buena música por las noches y hablamos mucho, porque ellos habían conocido bien a Carol cuando pasamos vacaciones en la casita de Aurora que está al lado de la de ellos, y la querían profundamente; en esos días ella estuvo presente y junto a nosotros todo el tiempo, lo que para mí fue como podés imaginarlo muy dulce y muy terrible a la vez... Y de ahí me fui a Barcelona, primero porque es una ciudad que quiero (te lo he dicho muchas veces); creo que los vagos recuerdos de infancia contribuyen a eso, todo lo que vos me contabas de la ciudad y sus gentes, y además hay ahí una atmósfera que me gusta. Me fui al hotel Colón, que está frente a la catedral y que me gusta porque está al lado del barrio gótico donde es tan bello caminar de noche. Varios amigos vinieron a verme, Paco Porrúa entre otros a quien no veía hace tiempo y que está muy bien. Vino Cristina, una uruguaya poeta a quien quiero mucho, con la que caminé durante horas por la ciudad, y una o dos personas más que me ayudaron a sentirme menos solo. La vuelta a París fue muy dura porque por primera vez tuve que llegar solo a mi casa, abrir la puerta y saber una vez más que la voz de Carolita no me iba a recibir, ni sus brazos, ni su boca, ni todo eso que nos llenó de felicidad y de amor durante todos estos años. Pero ya estoy aprendiendo poco a poco a sentirla presente de otra manera, de hablar con ella sin que esté allí, de consultarla y reírme con ella, y compartir los tragos y las lecturas y los discos. Ahora estoy traduciendo textos de ella del francés al español, porque en el verano hicimos un libro juntos y teníamos que traducirnos mutuamente al final; ya ella no puede hacerlo conmigo, pero yo quiero terminar la traducción de su parte, y quiero que el libro salga. Es algo que le debo porque ella amaba esa idea y trabajó mucho. Por eso dedico todo el día a este trabajo que me hace bien porque es un diálogo permanente con ella. Y así avanzan los días, y yo me preparo a partir para Cuba y Nicaragua en enero, a seguir mi combate de siempre, solo y a la vez con ella que tanto amó al pueblo nicaragüense y donde dejó amigos tan queridos.
Bueno, mamita, en otra te seguiré hablando de esta vida que llevo, ahora quiero que mis líneas te lleguen con todo mi cariño y que el fin de este año te encuentre, las encuentre a las dos muy bien. Cariños a Ofelia, y está segura de que tu hijo está bien y que sigue adelante por muchas, muchas razones. Te quiero tanto,
Julio
20/12/82
Querido Jaime:
Como sé muy bien lo que serás capaz de hacer en tus nuevas funciones, me alegro por España.324 Ojalá no te toque una tarea demasiado abrumadora, pues la imagino difícil y compleja. Deseo tanto que puedas guardar un poco de tiempo para ti, y que dentro de ese tiempo llegue el momento de vernos. Me voy a Cuba y Nicaragua hacia el 5/1, de modo que seguramente pasaré por Madrid y te llamaré en seguida. Que al menos nos encontremos una hora...
Gracias por tu carta, ya sé que en Alfaguara tengo amigos fieles, y además no te imagino demasiado lejos de ellos a pesar de tu nuevo trabajo.
Hasta pronto, espero, con un gran abrazo,
Julio
27/12/82
Mon cher Patron,
La cena que nos ofrecieron Catherine325 y vos la otra noche fue muy hermosa, y me hizo mucho bien estar con ustedes y sentirme por una vez mucho menos solo. Quiero que lo sepas.
He enviado a Scmidt los papeles firmados. Después de pensarlo bien, encontré que épouse Cortázar era horrible, y lo suprimí (cambié todas las etiquetas). Pienso que Carol valía por sí misma, por lo que ella era. Y además, Cortázar llegará en su día a agregar su nombre al lado del suyo, de modo que no tiene sentido poner eso.
Un detalle importante, que te ruego vigiles. En las etiquetas el nombre de Carol estaba escrito así: Carol DUNLOP, es decir sólo el apellido con todas mayúsculas. Eso tampoco me pareció bien, de modo que las nuevas etiquetas dicen:
Carol Dunlop
1946-1982.
Sé que prestarás atención a esto, y te vuelvo a agradecer profundamente –y a Luis también– lo que están haciendo por Carolita y por mí.326 Un beso a Catherine, y hasta pronto, con un abrazo grande,
Julio
28 de diciembre de 1982
Querida Ofelia:
Gracias por tu carta cariñosa, que me hizo bien en estos tiempos tan duros y amargos para mí. Recibí también una de mamá, que voy a contestarle ahora, y me alegró tener esos dos mensajes tan cercanos a mi corazón. De mí no puedo decirte gran cosa, salvo que estoy bien de salud y que salgo de viaje por dos meses el 5 de enero. Voy una vez más a Cuba y luego a Nicaragua, donde estaré dos meses trabajando en todo lo que pueda ayudar a esos pueblos que tanto luchan por su libertad y su dignidad. Luego daré un salto a México, donde va a salir un libro mío de cuentos, y de ahí volveré a París. En estos momentos mi casa tan sola, a pesar del afecto de los amigos, me es por momentos insoportable, y prefiero irme por un tiempo y hacer cosas que espero sean útiles. Volveré con mejor ánimo para encontrar otra vez el lugar donde Carol me dio tanta felicidad y tanto amor durante estos largos –y a la vez tan cortos– años.
Les deseo a mamá y a vos un nuevo año en el que por fin las cosas se estabilicen en la Argentina, haya paz y una esperanza de futuro. Ya sabés que no vacilaré en ir a verlas apenas las circunstancias lo permitan, pero ahora simplemente espero como he tenido que esperar tanto tiempo.
Hasta siempre, con un abrazo muy fuerte de tu hermano
Julio
28/12/82
Mi querida mamá:
Una vez más, tu carta del 14 de este mes me trajo una alegría y me dio ánimo. Aunque creo tener todo el valor necesario frente a algo tan penoso e irreparable, hay momentos en que me falta el coraje y es entonces cuando la cercanía de los amigos y los mensajes que me mandás me ayudan a vencer los malos momentos y reanudar mis tareas con serenidad. Por eso te agradezco tanto tus palabras, que me acompañan y me consuelan.
Quisiera decirte que me gustaría mucho que me escribieras sobre lo que mencionás en tu carta, eso que calificás de premoniciones. Ya sabés que siempre he tomado en serio todo lo que me has dicho o me has contado, y no debés vacilar en escribirme todo lo que quieras sobre cualquier tema, pues encontrarás en mí alguien enteramente abierto a tu espíritu y a tus sentimientos. Las páginas que quieras enviarme serán leídas y queridas como algo tuyo, es decir también muy mío. No vaciles, entonces, si en algún momento sentís el impulso de confiarte a mí en cualquier terreno.
Ya sabés que me voy dentro de unos días, pero no tenés que estar inquieta por mi viaje. Riesgos hay en todas partes, tanto aquí en París como en Nicaragua o en un avión. Hay que darlos por supuestos y asumirlos serenamente. Créeme que en este momento me haría más daño quedarme en esta casa sola que irme por dos meses a trabajar intensamente en las causas que creo justas. Eso me templará el ánimo y me ayudará a volver aquí con un equilibrio que me ha faltado en estos últimos tiempos.
Veo mucho a Aurora, aparte de tantos otros amigos, y ella me ha acompañado y me acompaña con una generosidad y una ternura que no tienen precio. Su cariño por Carol, que fue una de mis alegrías más grandes, y que Carol le retribuía con todo su corazón, me ayuda hoy a soportar mejor este vacío en que me muevo. Está muy bien, y tal vez se vaya a su casita de las Baleares a pasar el mes de enero. Ojalá porque ha trabajado mucho en la Unesco y pienso que debe estar bastante cansada, por eso la animo a que se vaya a cuidar de su jardín y a pasear un poco por esa hermosa isla donde tiene amigos.
Te deseo, a vos y a Ofelia, que el año 83 sea el final de la pesadilla en la Argentina, y que tiempos mejores empiecen por fin para ese desdichado país. Ojalá mi deseo se cumpla, y yo pueda ir por fin a verte apenas las cosas lo permitan. Ahora te envío todo mi cariño de siempre, junto con un gran beso y mi gratitud,
Julio
28/12/82
Gracias, Julio, por tu mensaje tan amigo. Me hace bien pensar que recuerdas la sonrisa de Carol en esos pocos momentos en que estuvimos juntos. Yo vivo una vida de zombie, y me voy a Nicaragua por 2 meses para pelear por esa gente que tanto amo; creo que me hará bien, que volveré más entero.
Ya me dirás de esos planes que tienes acerca de mis manuscritos.327 Envié el de Rayuela hace más de un mes, sin que me confirmaran la llegada, cosa que me inquieta. Unas líneas en ese sentido me tranquilizarían. Mi correo me será reexpedido a Managua, pero se me puede escribir (desde el 20/1/83) c/o Claribel Alegría, Apartado Postal 33, Managua.
Un abrazo de
Julio
28 de diciembre de 1982
Querido Manuel:
Contesto con mucho retraso tu carta del 9 de noviembre. Cuando la recibí, estaba totalmente destrozado por la pérdida de Carol, y me fue imposible escribirle a nadie durante semanas. No estoy mucho mejor ahora, pero siento que mi deber es responderte algunas líneas, máxime cuando en estos días he recibido un largo télex del Decano Ramón de la Torre, y pienso que esta respuesta valdrá para ambas comunicaciones pues sin duda estás en contacto permanente con él.
Tú habías aprobado la fecha aproximada de diciembre de 1983 para mi viaje a Puerto Rico, y yo sigo creyendo que en esa época o tal vez en enero, ese viaje será posible. Pero el télex del Decano cita como fecha de invitación el mes de enero de 1983, cosa completamente imposible, pues en esa época (o sea el mes que viene) yo estaré primero en Cuba y luego en Nicaragua, y no es cuestión de prolongar mi viaje hasta Puerto Rico, pues además tengo que cumplir algunas tareas en México antes de volverme a Francia.
Que quede entonces claro (y te ruego se lo digas al Decano, junto con mi gratitud por su cordial télex) que mi viaje se realizaría a fines del 83 o principios del 84. Tú me decías en tu carta que te confirmara mi acuerdo para ir preparando las cosas. Así lo hago, y a ustedes les tocará elegir el período más adecuado dentro de esa época de fines de diciembre y comienzos de enero.
Volveré a París a comienzos de marzo, y espero encontrar algún mensaje tuyo, para ir cambiando ideas sobre esta cuestión.
Reitérale mi gratitud al señor Ramón de la Torre, y para ti un abrazo fuerte de tu siempre amigo
Julio
P.S.- Será bueno que en la Universidad verifiquen bien mi domicilio, pues el télex llegó a la empresa del coñac Martell, que tuvo la gentileza de enviármelo pero pidiendo que aclarara el asunto porque les ocasionaba problemas. Aquí tienes mis señas exactas:
Julio Cortázar
4, rue Martel
75010 PARIS
Francia.
(Parece broma, pero lo importante es escribir Martel con una sola ele y no con dos...)
28/12/82
Querido Juan Carlos:
Espero que las “Alianas” estarán arreglando con vos el asunto de las publicaciones. Les dije que soy plenamente favorable a la idea, pero como ellas manejan las cosas en un plano crematístico del que yo quiero mantenerme fuera, ya verás vos con ellas la solución. Contás conmigo, te lo repito.
Van unas 2 o 3 fotos que encontré en el desorden de mis papeles. Parecen aptas para ser reproducidas. Ya me dirás.
Salgo el 5 para Cuba y Nicaragua, y vuelvo en marzo. Iré pronto a Barcelona y nos veremos.
Un abrazo
Julio
Le 31 Décembre, 1982
Cher Alecio,
Je ne serais pas à Paris au moment de ton expo à l’Espace, mais je l’imaginerai à ma façon, quelque part à Cuba ou le Nicaragua. Si pendant le vernissage il t’arrive qu’ou te pousse doucement, pense que c’est mon lointain message amical, et réponds par une bonne tape sur le dos, de façon à que moi aussi je réçoive l’écho mental. (D’ailleurs c’est meilleur marché que le téléphone.)
Tu ne seras pas trop surpris par mon absence, car depuis des années nous ne faisons que nous croiser partout. Or, toute croix crée un point central d’intersection, et entre nous ces points s’appellent complicité et appartenance à la race inamovible des cronopes. Ils s’appellent aussi Paris, dont tes photos on fait la plus merveilleuse des acupunctures.
Voilà, tu verras que bientôt on va se croiser de nouveau. Essayons de faire mieux et de nous rencontrer exactement sur le point central, où j’espère qu’il y aura un bistrot.
Ton ami,328
Julio
283 París, 5 de enero de 1982
Señor Philippe Maillot
Oradour/Glane
Estimado señor:
Me parece que su tratamiento para la adaptación al cine de “La noche boca arriba” sigue de cerca el espíritu y el desarrollo del cuento, y se lo agradezco.
Espero ahora el guión prometido, y les escribiré lo antes posible.
Hasta pronto, muy cordialmente.
284 La carta está mal fechada. Es de 1982.
285 Paco Reta.
286 Comité Permanente de Intelectuales por la Soberanía de los Pueblos de Nuestra América.
287 “Polonia y El Salvador: mayúsculas y minúsculas”, texto recuperado en Papeles inesperados.
288 Harry Marcus: “Mi amistad epistolar con Julio Cortázar”, La Verdad, Murcia, 22 de diciembre de 1981.
289 Novela de Marta Traba.
290 Trottoirs de Buenos Aires.
291 Querido Alecio:
Renuncio al teléfono, es inútil llamarte... ¡y que nos llames! Hay un maleficio en algún lugar, por eso te escribo estas líneas para decirte que nos vamos a Guadalupe durante un mes. Al regreso trataremos de encontrarte y de verte.
Amistad y saudades de Carol y de.
292 Mensaje escrito en una tarjeta postal ilustrada con una playa de Guadalupe.
293 Telegrama enviado desde Managua el 7 de marzo de 1982 y publicado al día siguiente en El Nuevo Diario.
294 Su Excelencia François Miterrand
Presidente de la República Francesa
Palacio del Elíseo
París Francia
En vísperas de su viaje a Washington, queremos expresarle nuestra profunda inquietud frente a la situación en América Central. Estamos en Managua, Nicaragua, participando en la reunión del Comité Permanente de Intelectuales por la Soberanía de los Pueblos Latinoamericanos. Hora a hora comprobamos la escalada de las amenazas de los Estados Unidos dirigidas principalmente contra El Salvador y Nicaragua. Frente a las medidas tomadas por el gobierno de Reagan, que no sólo incluyen el apoyo a la Junta salvadoreña en momentos en que las fuerzas de liberación de El Salvador incrementan su presión en vísperas de elecciones repudiadas por el pueblo, sino también diversas maniobras destinadas a provocar una invasión contrarrevolucionaria en Nicaragua, estamos convencidos de que la presencia de usted en Washington puede tener una influencia considerable en la política de los Estados Unidos
en lo que toca al respeto de la soberanía de los pueblos de América Central. Aquí en Managua somos testigos de la gravedad del momento y de la inquebrantable determinación del pueblo nicaragüense y de sus dirigentes de luchar hasta el fin en caso de una invasión orquestada con la complicidad norteamericana, con vistas a someter una vez más a América Central a su política de traspatio. Creemos que la voz de Francia debe escucharse una vez más en estas circunstancias que amenazan la paz en América Central y en todo el mundo. Crea en nuestra solidaridad y reciba nuestras esperanzas y deseos por el éxito en su gestión.
295 Deshoras, México, Nueva Imagen, 1983.
296 París, 22 de abril de 1982
Sr. Dick Oosting
Director ejecutivo
Sección holandesa de Amnistía Internacional
AMSTERDAM
Querido Sr. Oosting:
Le mando una breve declaración para la conferencia del 30 de abril/2 de mayo:
El crimen cometido por razones políticas prueba por sí mismo no sólo que esas razones carecen de validez alguna, sino que son también una amenaza permanente para la humanidad. La lucha de AMNISTÍA INTERNACIONAL contra tan odiosas prácticas merece recibir el pleno apoyo de todos los que creen en la justicia como máxima garantía de la libertad.
Con la amistad de.
297 París, 22 de abril de 1982
Señor Philippe Maillot,
LA ROCHELLE
Muy señor mío:
Deseo decirle que el guión técnico y los diálogos de su proyecto de adaptación cinematográfica de mi cuento “La noche boca arriba” me parecen de excelente calidad y muy fieles al espíritu del relato.
Espero que tendrá la posibilidad de realizar pronto su proyecto, y puede contar con mi colaboración eventual en el momento de los ajustes definitivos.
Reciba, estimado señor, mis mejores deseos.
298 Debía tratarse del artículo de Salzman: “Mitos y propuestas del destierro”, Alsur, Buenos Aires, 1 de marzo de 1982.
299 Société à responsabilité limitée.
300 La entrevista fue publicada en Diana Cooper-Clark: Interviews with Contemporary Novelists, Londres, Macmillan, 1986. Carol Dunlop alude a ella en “De cómo somos ya un espacio sin límites donde cristaliza la realidad”, en Los autonautas de la cosmopista.
301 París, 23 de abril de 1982
Querida Diana:
¡Bueno, ya está! ¡Viva!
Terminé esta mañana. No me atrevo a escuchar los resultados porque los conozco. Mi inglés es tan horrible que puedo imaginarme tu cara cuando lo escuches. Pero como no me diste ninguna posibilidad de hablar en francés o en español, he tenido que hacer frente y aquí va.
He tratado de contestar a todas las preguntas, y Dios sabe que eran muchas. En tres o cuatro casos las dejé caer porque no tenía nada que decir. Espero que no te importe.
Como me imagino que tienes una copia de tu carta, me limité a numerar las preguntas y me referí en cada caso al número.
¿Qué vas a hacer con esto? Te sugiero que cuando tengas un texto (literal o directamente revisado por ti) me lo envíes, para ayudar un poco si puedo. Carol, mi mujer, será de gran
ayuda en esta etapa porque solía ser americana (y también bostoniana) de modo que conoce el inglés como yo quisiera conocerlo. Si prefieres seguir adelante sin mi intervención, yo no me opongo.
Bueno, que lo pases bien (lo digo con la lengua en la mejilla), y muchas gracias por tu paciencia antes, ahora y después (me temo que ahora la necesitarás).
Afectuosamente.
302 Den andra himlen och andra berättelser [“El otro cielo” y otros relatos], Estocolmo, Bromberg, 1982.
303 Marc Netter, jefe de prensa de Trottoirs de Buenos Aires.
* Me refiero a los periodistas, por supuesto.
304 Incluida en Los autonautas de la cosmopista o Un viaje atemporal París-Marsella con el título: “De cómo escribimos una carta que no por insólita dejaba de merecer respuesta, cosa que no aconteció, y de cómo en vista de ello los expedicionarios decidieron ignorar tan incalificable conducta y llevar a buen término lo que en ella se explicaba de la manera más galana y detallada”.
305 París, 10 de mayo de 1982
Señor Jean-François Lopes, PARÍS
Estimado señor Lopes:
He leído con atención el guión de adaptación cinematográfica de uno de los episodios de mi novela Rayuela, que usted titula La pavana de Berthe Trepat.
Su guión no sólo me parece muy fiel al espíritu de ese episodio sino también sumamente original desde el punto de vista cinematográfico pues recrea con un lenguaje visual lo que yo busqué en plano de la escritura, sin caer por ello en la “literalidad” como suele ocurrir en este tipo de adaptaciones.
Por esta razón me alegra haber conocido su guión y espero que pueda realizarlo pronto, deseándole mucho éxito en su tarea.
Reciba, estimado señor Lopes, mi cordial saludo.
* Un cable o carta es mejor, pues estaremos de viaje todas estas semanas.
306 Destructor británico hundido por la Armada Argentina.
307 Alude al n.º 30 de Review, septiembre-diciembre de 1981, en el que aparecieron el artículo de Ana María Barrenechea “Hopscotch and its Logbook” y el texto de Cortázar “América Latina: exilio y literatura”, traducido por John Incledon.
308 El 30 de julio de 1982 el Servicio de Inmigración de los Estados Unidos negó el pedido de visado formulado por la Universidad de Maryland en nombre de Rama, como señalaba The Washington Post, por “subversive”.
309 Cortázar escribió para la inauguración de ese encuentro, celebrado en México del 9 al 14 de septiembre de 1982, “Para empezar a dialogar”, recogido en Argentina: años de alambradas culturales.
310 Castigo divino.
311 “El ‘Torito’: pasión y descanso”, Sábado (suplemento cultural de Unomásuno), México, 3 de julio de 1982.
312 “El escritor y su quehacer en América Latina”, recogido en Argentina: años de alambradas culturales.
313 “El escritor y su quehacer en América Latina” apareció en El País Semanal, Madrid, 17 de diciembre de 1982.
314 “En defensa de Ángel Rama”, recogido en Papeles inesperados.
315 Poema incluido en Obras completas, vol. IV (Poesía y poética).
316 Se refiere a la entrevista filmada Julio Cortázar: Modelos para desarmar, dirigida por Frank Janney y publicada en 1983 por Ediciones del Norte, Hannover (New Hampshire).
317 Sosnowski tenía la idea de hacer una selección de los ensayos de Cortázar. El proyecto no se llevó a cabo hasta el año 1994, cuando Alfaguara publicó Obra crítica en tres volúmenes; el tercero, a su cargo.
318 En Hispamérica, revista que dirigía Sosnowski, no apareció ningún relato de Cortázar.
319 “Casa tomada”, en Mary Ellen Kiddle y Brenda Wegmann, eds.: Perspectivas, Nueva York, Holt, Rinehart & Winston, 1983.
320 Noticias del extranjero.
321 José María Berzosa: Antonio Saura: Quelques reveries d’un promeneur solitaire ou presque.
322 En octubre de 1982 se tuvo noticia de que en el cementerio de Grand Bourg, localidad cercana a Buenos Aires, había una gran cantidad de cadáveres sin identificar.
323 11/3/82
Mis muy queridos Patricia y Alecio:
Las flores son bellas pero las palabras que ustedes añadieron lo son todavía más. Hay en todo ello el perfume de la amistad y quisiera ser capaz de expresar mejor todo lo que siento mientras pienso en la visita de ustedes. Gracias, queridos amigos, los abrazo muy fuerte y me siento esta noche un poco menos solo.
324 Jaime Salinas fue nombrado director general del Libro y Bibliotecas.
325 Catherine Lecuillier.
326 Luis Tomasello y Julio Silva diseñaron la lápida bajo la cual descansan Carol Dunlop y Julio Cortázar en el cementerio de Montparnasse.
327 Julio Ortega colaboró en las gestiones para la adquisición de los manuscritos cortazarianos conservados en la Benson Latinoamerican Collection de la University of Texas.
328 31 de diciembre de 1982
Querido Alecio:
No estaré en París en el momento de tu exposición en el Espace pero a mi manera lo imaginaré, en algún lugar de Cuba o Nicaragua. Si durante la inauguración sientes un ligero empujón, piensa que es mi lejano y amistoso mensaje y contéstame con una buena palmada en la espalda, de manera que yo también reciba el eco mental. (Por otra parte es más barato que el teléfono.)
Mi ausencia no te sorprenderá demasiado pues desde hace años no hacemos más que cruzarnos en todas partes. Pero toda cruz crea un punto central de intersección y entre nosotros esos puntos se llaman complicidad y pertenencia a la raza inamovible de los cronopios. Se llaman también París, con la que tus fotos han hecho la más maravillosa de las acupunturas.
Bueno, verás que pronto nos cruzaremos de nuevo. Tratemos de que nos salga mejor y que nos encontremos exactamente en el punto central, donde espero que haya un bar.
Tu amigo.