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La pared de la cocina

Coloqué mucha cinta adhesiva en mis manos,

pegada al revés,

quería sentir aquello que sienten

las moscas en la pared,

las mariposas en el techo,

las pequeñas lagartijas detrás de las refrigeradoras.

Y lo que sentí

fue la fuerza de la gravedad,

bien fuerte

y bien grave,

justo en el centro de mis nalgas.