“En una jornada caótica en la ciudad de Buenos Aires sin antecedente alguno en el recuerdo, un puñado de melómanos que colmaron el recinto principal de la Bolsa de Comercio, los integrantes de la Sinfónica Nacional y los dos protagonistas, solista y director, fueron artífices de un hecho cultural de enorme significación. De modo contundente pusieron en evidencia el poder de la música como el mejor remedio para mitigar los males que derivan de la suficiencia de quienes hacen abuso del poder conferido por esa misma sociedad, sean políticos, gremialistas o empresarios. Así, con ribetes casi milagrosos, a la hora indicada la orquesta estuvo en su lugar, el público ocupó la platea y reinó un silencio expectante”.
(Juan Carlos Montero, crónica del concierto ofrecido en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires por la Orquesta Sinfónica Nacional y la violonchelista María Eugenia Castro Tarchini, con dirección de Alejo Pérez. La Nación, 14 de diciembre de 2008).